MARCHA DE LA RESISTENCIA Y MARCHA FEDERAL

Dos Plazas, dos momentos, una misma lucha

PLAZA DE MAYO, 26 AGOSTO. La Marcha de la Resistencia volvió a congregar, durante 24 horas continuas, a miles de personas bajo la consigna Por el derecho a trabajar, resistir sin descansar. Cristina conducción. Bajo una lluvia que no dio respiro y un frío que invitaba a amontonarse, se llevó a cabo la ronda histórica, testigo y protagonista de la resistencia del pueblo a la más feroz dictadura que haya vivido nuestro país. Desde el escenario tomaron la palabra Máximo Kirchner, Edgardo Depetri, Agustín Rossi, Mario Secco, intendente de Ensenada y Hebe.

“Doce años de felicidad me hicieron pensar que no volveríamos a hacer esta marcha, pero desde que asumió este salvaje de Macri al poder empecé a pensar que íbamos a necesitar algunas marchas de la resistencia”, reflexionó Hebe durante su discurso en el que pidió “pensar qué vamos a hacer con los compañeros que se quedaron sin trabajo” debido a las políticas de ajuste aplicadas por el gobierno de Cambiemos.

Por su parte, Secco comenzó su discurso refiriéndose a que en los doce años de gobierno kirchnerista, Ensenada se transformó en el segundo polo industrial que más aporta al PBI de la Provincia de Buenos Aires. “Ese es legado que nos dejó Nestor y Cristina. Entonces, nos paramos de manos y denunciamos que se empieza a ver el hambre y la miseria en nuestros pueblos”, señaló al referirse a las consecuencias de 8 meses de gestión macrista.

Durante de cierre de la Marcha, el diputado nacional del Frente para la Victoria, Máximo Kirchner, criticó al gobierno de Mauricio Macri de “ver fantasmas en todos lados” y hablar de que los trabajadores son los que ponen palos en la rueda mientras ellos solo tienen “un plan de negocios para las transnacionales en vez de tener un plan de gobierno para el pueblo”. Llamó a la unidad para defender lo conquistado y señaló que “hay que tener los brazos bien abiertos, los oídos bien abiertos, los ojos bien abiertos (…) y el corazón bien grande para enfrentar un modelo económico cuya principal consecuencia siempre es explotar las miserias de todos, de volvernos más individualistas (…) Van por los derechos de los trabajadores, y se los dijo Cristina incontables cantidad de veces (…) Hay que organizarse, hay que estar alegre, en estas peleas tristes no se gana. Les mostraron la zanahoria de ganancias y hoy tenemos el palo de la desocupación sobre millones de trabajadores, más gente pagando ganancias que antes, más desocupados que antes. Han inflado otra vez la deuda externa (…) Esta no puede ser solo una Marcha de la Resistencia, sino que también tiene que ser una marcha de la construcción”, señaló en su alocución.

PLAZA DE MAYO, 2 DE SEPTIEMBRE. La movilización comenzó en la mañana del miércoles 31 de agosto. Una columna partió desde la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia y otra, en representación del Nordeste Argentino (NEA) salió a las 8 desde la provincia de Misiones. Una tercera formación arrancó a las 11 desde la ciudad de Esquel. Una cuarta, del Noroeste Argentino (NOA) salió desde la provincia Jujuy tras un acto realizado frente al penal de Alto Comedero, donde permanece detenida Milagro Sala. La quinta y última columna, en representación de Cuyo, partió desde el Cerro de la Gloria, ubicado en la ciudad de Mendoza. Todos se agruparon bajo la consigna de “un pueblo movilizado para terminar con el tarifazo, los ajustes y los despidos”.

La marcha es la reedición de una similar que se realizó en 1994, a cinco años del gobierno de Carlos Menem. Sin embargo, entre ambas existen muchas diferencias. La del viernes por lo menos cuadruplicó a la del ‘94. A mediados de los ‘90 se venía de un proceso de destrucción sistemática del empleo, el movimiento piquetero era más numeroso que el sindical y el protagonismo lo tenían los piquetes. Ahora venimos de 12 años de crecimiento del empleo y avances de los derechos de los trabajadores. Por eso las columnas sindicales fueran tan numerosas y que junto a los movimientos sociales, partidos, los sectores juveniles y derechos humanos se contabilizaran unas 200.000 personas en la Plaza el viernes 2.

Convocada por las dos CTA, la movilización contó con la participación de gremios de la CGT disconformes con la posición de la cúpula (Corriente Federal de Trabajadores) que expresaron desde las bases una unidad de acción y articulación con el propósito de defender el empleo y oponer un plan de lucha, como se mostró en los masivos actos de Rosario y Córdoba antes de llegar a Plaza de Mayo. “Si tuviéramos que contar los que estamos acá, la cantidad de asambleas, de plenarios, de encuentros, pero así se fue construyendo, desde abajo, fíjense, desde abajo y desde el borde”, señaló el compañero Hugo Yasky.

Los discursos priorizaron el llamado a la unidad para enfrentar las políticas económicas del macrismo. Así lo señalaba Yasky en un gran discurso de cierre: “Esa unidad es el mapa del campo popular, que el liberalismo y el neoliberalismo quiere dividido, quiere roto, quiere que cada pedacito no encastre con el otro. Si ellos nos logran dividir, van a lograr dominarnos. Si nosotros construimos la unidad con la convicción de que esa unidad es para la lucha, por la liberación, por la emancipación social, la justicia social. Si esa Unidad la construimos somos invencibles.”

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El aguante bajo la lluvia durante las 24 horas de la Marcha de la Resistencia.

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Imponente postal de la Autopista 9 de Julio Sur durante la Marcha Federal.

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Pablo Pereyra saluda a Hebe durante el cierre de la Marcha de la Resistencia.

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Una nutrida columna del PCCE se hizo sentir en la Marcha Federal.

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Las Madres (LF) al frente de la columna de ATE en la Marcha Federal.