Una multitud se convocó frente al Museo de Arte de San Pablo, en la esquina que se disputan las fuerzas democráticas con los golpistas que desde 2015 organizaron acciones con el fin, finalmente concretado, de derrocar a Dilma Rousseff. La principal consigna de la marcha fue la negativa a la PEC 55, una propuesta de enmienda constitucional que el gobierno neoliberal pretende aprobar con el fin de congelar el gasto público por los próximos 20 años. La movilización marcó la recuperación rotunda de las calles paulistas por parte del Frente Pueblo Sin Miedo (integrado, entre otros, por el PT, el PCdoB y el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra), a pesar del ninguneo intencional por parte de los medios dominantes, que siguen respaldando a Temer, un presidente surgido de un golpe parlamentario y acosado por los constantes casos de corrupción gubernamental que aparecen relativos a su gabinete y que han ocasionado la renuncia de seis ministros en seis meses de gestión.

En este contexto movilización y resistencia, el ex pre Lula sostuvo que tanto él como Cristina enfrentan a “una orquesta de invenciones y acusaciones” desde el Poder Judicial y los medios hegemónicos de comunicación con el fin de neutralizar a las fuerzas populares en el escenario electoral. Además, consideró que los gobiernos de Macri y Temer tienen “la misma concepción de la economía”, aprovechando la crisis autoinflingida para justificar el ajuste sobre los trabajadores.

Lula también homenajeó vía redes sociales al compañero Fidel. “Murió mi amigo y compañero, el más grande de todos los latinoamericanos”, dijo. “Mantuvimos una relación afectiva e intensa, buscando formas de emancipación para nuestros pueblos”, afirmó. Posteriormente publicó un video pintando una pared con las palabras “Viva Fidel”, como humilde homenaje al Guerrillero del Tiempo.