COLOMBIA

“Sin movilización popular la paz corre peligro”

El nuevo Acuerdo de Paz fue firmado por el presidente de Colombia Juan Manuel Santos y el líder de las FARC-EP “Timochenko”. Se inicia un nuevo camino en el que se deberá luchar para garantizar su cumplimiento.

Se vuelven a sentar las bases para el Acuerdo de Paz en Colombia.

El 24 de noviembre se firmó en Bogotá, Colombia, un nuevo acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC-EP. En el encuentro participaron Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Timoleón Jiménez, también conocido como “Timochenko”. Los acuerdos de paz podrían terminar con un conflicto de 52 años que ya lleva cientos de miles de muertos y cerca de cinco millones de desplazados.

Este será el segundo intento de aprobar el acuerdo de paz ya que el texto inicial fue rechazado el pasado 2 de octubre en un plebiscito. La derecha pro imperialista utilizó todo su arsenal mediático para que ganara el “No”, cosa que finalmente sucedió por un margen muy pequeño. Esta situación obligó a una renegociación de varios puntos del documento y durante más de 40 días se atendieron las propuestas de gran parte de los sectores que votaron por el “No”. Finalmente, luego de reunirse más de 500 propuestas, se hicieron modificaciones en 56 de los 57 ejes temáticos del acuerdo, el que será finalmente refrendado por el Congreso colombiano. A pesar de este esfuerzo, el sector liderado por el ex presidente Álvaro Uribe, que representa a la oligarquía colombiana pro imperialista y guerrerista, rechazó el nuevo documento y se mostró dispuesto a embarrar la cancha nuevamente.

La paz en Colombia obligaría a los yanquis a retirar sus bases militares del territorio colombiano y al mismo tiempo acabaría con un negocio millonario con el que se beneficia el Complejo Militar-Industrial. Por este motivo es que Estados Unidos no está interesado en que se llegue a un acuerdo, a pesar de las felicitaciones de oficio de Obama hacia Santos.

De aprobarse los acuerdos, miles de campesinos podrían recuperar sus tierras que fueron arrebatadas por los paramilitares en el pasado. El paramilitarismo en Colombia es financiado por los grandes dueños de la tierra, que son los que terminaron quedándose con esas tierras robadas. La oligarquía colombiana, que vive del saqueo y del tráfico de droga, es el principal aliado del imperialismo yanqui y los dos se benefician con la guerra. La familia Uribe pertenece a este sector del poder real.

Durante las últimas negociaciones se produjeron varios asesinatos de líderes sociales y campesinos por parte de la derecha. En los últimos días hubo 5 asesinatos de militantes del movimiento de izquierda Marcha Patriótica. También en lo que va del año fueron asesinadas 200 personas con total impunidad. El ministro del interior, Juan Fernando Cristo, afirmó que estos ataques demuestran que hay una amenaza regional contra el proceso de paz. El presidente Juan Manuel Santos condenó los asesinatos de forma contundente.

A pesar del revés con el triunfo del “No” y los últimos ataques contra sectores del pueblo, la paz llegará más temprano que tarde y nuevas puertas se abrirán para que el pueblo colombiano pueda continuar su lucha por la liberación nacional y social, pero esta vez bajo una nueva coyuntura. La clave del triunfo, juntos los acuerdos, seguirá siendo la movilización popular para defenderlos en las calles.