Cristina, cuya ascendencia entre los obreros se sustenta en 12 años de transformaciones, llamó a participar masivamente junto a los trabajadores y trabajadoras para que “el gobierno vea al pueblo”. Mientras, enfrenta a los perros judiciales que buscan por todos los medios proscribirla, silenciarla, borrarla de la política. Ella es la alternativa del campo popular, la única que está en condiciones de liderar un proceso de organización y gobierno de las grandes mayorías.