A UNA SOLA VOZ

¡Que aparezca Santiago, ya!

Hace más de cuarenta días que la pregunta se hace eco en una gran parte del pueblo argentino y la comunidad internacional. Hay anticuerpos para la movilización y organización popular, que NO quiere volver a los años más oscuros de nuestra Patria.

A pesar de los intentos del gobierno por sembrar miedo y desmovilizar, una verdadera multitud colmó la Plaza de Mayo y diferentes plazas del país al cumplirse un mes de su desaparición forzada.

A más de 40 días de su desaparición forzada, no sabemos dónde está Santiago Maldonado.

Esta es la pregunta que una gran parte del pueblo argentino se hace en voz muy alta, de modos distintos y la desparrama a los cuatro vientos. Es la pregunta que recorre diferentes lugares del mundo. Es la pregunta que convocó a la movilización del pasado 1º de septiembre cuando se cumplió un mes desde que la gendarmería se lo llevara en el operativo denunciado por distintos testigos sobre territorio mapuche. La dirección estuvo a cargo del Jefe de Gabinete del ministerio de Seguridad, Pablo Nocceti. Que si pasó por casualidad, que si pasó a saludar. Bullrich mintiendo en el Congreso y los inventos de que lo vieron acá y acuyá. Cada indicio falso, cada puesta en escena con la que han intentado desviar el sustento de la causa, confirma lo que todos sabemos. Hoy la carátula habla de desaparición forzada. Testigos declarando con valentía. Abuelas, Madres, Hijos, organizaciones sociales y políticas acompañando a la familia y acompañándonos a nosotros mismos. Fortaleciendo y organizando los anticuerpos que tenemos contra el accionar represivo del Estado.

La brutalidad con la que actuaron las fuerzas de seguridad después de la culminación del acto del 1º de septiembre, es muestra de cómo van delineando su política represiva ante los reclamos genuinos utilizando, entre otros, los viejos mecanismos. Los “armados” de situaciones con policías de civil y servicios de inteligencia mediante. Así lo evidenciaron las imágenes que numerosos medios de comunicación y redes sociales visibilizaron. Compatriotas convertidos en cronistas filmando con celulares la cacería con la que la “mano de obra ocupada” y “refinada” en sus tareas, salió a escarmentar y colaborar con las tapas de los diarios del día siguiente. La intención del poder concentrado de ocultar una Plaza de Mayo colmada y a una sola voz exigiendo la aparición con vida de Santiago. Y el miedo, sembrar miedo. El relato de muchos de los jóvenes golpeados, detenidos y amenazados de ser los próximos desaparecidos, da cuenta de cómo están minando el terreno. No se miden, al contrario.

En Rosario, una clase abierta planificada para debatir sobre la desaparición forzada de personas fue interrumpida por la Gendarmería, que finalmente se retiró. Se asignó un 0800 para denunciar a los docentes que llevan la discusión a las aulas. Detienen a jóvenes que hacen pintadas con el rostro de Santiago. Todo esto en medio de una economía que nos lastima a todos; de protestas de trabajadores, de estudiantes, de jubilados.

Desde que asumió, el gobierno neoliberal de rostro macrista puso en marcha mecanismos represivos de diversa intensidad. Se sabe que después de octubre tienen el objetivo de implementar más medidas que atenten contra la calidad de vida, cuando no la vida, de la mayoría de los compatriotas. A medida que avanza la política de ajuste, avanza el accionar represivo del Estado para intentar amedrentar y disciplinar, porque cada vez es mayor la resistencia de los distintos sectores populares.

La ausencia forzada de Santiago parece ser un nuevo jalón de este accionar estatal. Una suerte de nuevo punto de partida. Comenzaron con la detención de Milagro Sala, continuaron con los palos, gases y balas a los trabajadores que defienden sus puestos de trabajo; los allanamientos en locales de organizaciones sociales en Córdoba; atentados contra locales partidarios.

Seguiremos movilizándonos y resistiendo el ajuste y seguiremos preguntando: ¿dónde está Santiago? ¡Aparición con vida, ya!