DIA DE LA INDEPENDENCIA

Patria sí, Colonia no

Por Rodolfo G. Módena

Si uno los apura un poco a la mayoría de los miembros del actual gobierno neoliberal con la pregunta de ¿cuál es el Día de la Independencia?, seguramente nos responderán que es el “4 de julio”. Lamentablemente, también, mucha gente de nuestro pueblo respondería lo mismo, intoxicada como está por la maquinaria mediática y cultural del imperialismo norteamericano y sus socios locales. Es parte de la batalla de ideas que debemos seguir librando.

Parece un anacronismo tener que hablar todavía de estas cosas, pero no, porque es tan actual la disyuntiva como que un tal Mauricio Macri es presidente de la Argentina y un tal Donald Trump el de los Estados Unidos.

El 9 de Julio de 1816 en Tucumán, mientras San Martín preparaba el Ejército de Los Andes en Mendoza y empujaba a los diputados de Cuyo a dejarse de cavilaciones y declarar la Independencia, Manuel Belgrano daba su última gran batalla dentro de aquel congreso en el mismo sentido patriótico e independentista que lo había llevado a ser uno de los principales y más sacrificados líderes de la Revolución de Mayo.

Claro que esto poco les importa a nuestros actuales gobernantes de plástico, entre hipócritas y cínicos, caretas y entreguistas, miserables engranajes del capital y cipayos del imperialismo.

“¿Hasta cuándo esperamos nuestra independencia? ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien dependemos? ¿Qué relaciones podremos emprender cuando estamos a pupilo? Los enemigos, y con mucha razón, nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos. Esté usted seguro que nadie nos auxiliará en tal situación, y por otra parte el sistema ganaría un 50% con tal paso. Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Veamos claro, mi amigo: si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito”.

Esto le decía José San Martín a Tomás Godoy Cruz en su carta histórica apremiante. Tan lejos como años luz de las vergonzosas palabras del presidente Macri, cuando en el acto por el Bicentenario de nuestra Independencia le dijo al heredero de “Fernandito”, Juan Carlos de Borbón: “Estoy acá (en Tucumán) tratando de pensar y sentir lo que sentirían ellos en ese momento. Claramente deberían tener angustia de tomar la decisión, querido Rey, de separarse de España”.

La angustia de San Martín, si se la pudiera llamar así, no era la de romper lazos con España sino por las vacilaciones en declarar la Independencia que ya llevaba seis años demorada desde la Revolución del 25 de Mayo de 1810.

Y así, todo lo contrario, como todo lo contrario fue ese triste Bicentenario de la Independencia en 2016 con relación al maravilloso, popular, democrático y realmente festivo Bicentenario de la Revolución de Mayo en 2010, cuando gobernaba Cristina y Néstor Kirchner aún estaba entre nosotros y la Casa Rosada estuvo abierta al pueblo como nunca antes en la Historia.

Ahora, el cipayo en la Casa Rosada no participó del tradicional acto del Día de la Bandera, del 20 de junio en Rosario, por temor a las manifestaciones de repudio a su gestión. A cambio, nos entrega de regalo a la voracidad usurera del Fondo Monetario Internacional y le pone rejas a la Plaza del Pueblo.

En el pobre acto de Tucumán de este 9 de Julio, volvió con sus muecas grotescas. A cambio, se avanza en la entrega de nuestra soberanía en Malvinas, acordando con el Reino Unido la explotación de los recursos naturales, ictícolas e hidrocarburíferos en nuestro territorio usurpado, además de blanquearle al enemigo imperial su despliegue militar en el Atlántico Sur y su proyección geopolítica sobre la Antártida Argentina. Y del submarino ARA San Juan y sus 44 tripulantes desaparecidos: “esa te la debo”.

Ahora, el cipayo en la Casa Rosada, ese que se dice católico y no sabe ni persignarse, acaso cante “God save the queen” antes que el Himno Nacional Argentino.

Pero hoy, este 9 de julio de 2018, en el Día de la Independencia, el nuestro, millones de argentinas y argentinos salimos a las callas y plazas de la República. Y reventamos la Avenida 9 de Julio para gritar a viva voz: ¡La Patria no se rinde, viva la Patria!!!