Por Rodolfo G. Módena

El 22 de mayo de 1930 nacía, en la localidad de Coronel Moldes, Departamento de Río Cuarto, Provincia de Córdoba, Agustín Tosco, apodado “el Gringo” por su ascendencia piamontesa.

El que llegaría a ser el más grande líder sindical argentino se destacó, desde adolescente, por su apego al estudio, su avidez por la lectura y su militancia estudiantil en la escuela secundaria.

“Nací en el sur de Córdoba en el año 1930. Mis padres eran campesinos y yo trabajé junto a ellos, desde chico, una parcela de tierra. Después de cursar el colegio primario, me trasladé a la ciudad e ingresé como internado a una escuela de Artes y Oficios. Allí se discutía mucho y ese diálogo permanente me incitaba a profundizar la lectura. Siempre me gustó leer. En mi propia casa con piso de tierra y sin luz eléctrica, me había construido una pequeña biblioteca, precaria pero accesible. De adolescente solía preferir a Ingenieros; aunque positivista, enseñaba cosas”.

Estudió en la UTN y a los 19 años comenzó a trabajar como ayudante electricista en la empresa provincial de energía (actual EPEC) dedicándose de lleno a la actividad gremial, llegando a ser Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, Secretario Gremial de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLyF), uno de los fundadores de la CGT de los Argentinos (1968) y uno de los principales dirigentes del histórico Cordobazo del 29 de mayo de 1969, del que este año se cumple el 50º Aniversario.

La gesta obrera y popular del Cordobazo, enfrentando a la política económica antiobrera, antinacional y proimperialista (antecedente directo de lo que hoy denominamos neoliberalismo) del entonces Ministro de Economía Adalbert Krieger Vasena, significó el principio del fin de la dictadura fascista de Juan Carlos Onganía.

Diría el Gringo Tosco al respecto: “Hay momentos en que el pueblo sintetiza en la acción los pasajes más significativos de su historia”. Así también, hay líderes que sintetizan los pasajes más significativos de la historia de ese pueblo y de la lucha de clases. Así, el nombre de Agustín Tosco es sinónimo de Cordobazo, es sinónimo de clase trabajadora y de obrero revolucionario.

Para ese entonces Tosco ya tenía una sólida formación marxista leninista y, si bien se definía como marxista independiente, mantenía vínculo político con el PRT y, principalmente, con el Partido Comunista de la Argentina.

Para Tosco, la cuestión del antimperialismo, la lucha por la liberación nacional y el camino al socialismo requerían de la unidad obrera y popular contra el enemigo principal como condición sine qua non. Por ello, lejos de todo sectarismo afirmaba: “Para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su compañero y su hermano”.

El Gringo también comprendía claramente la cuestión nacional cuando decía que: “El camino de todos los pueblos hacia el socialismo lleva intrínsecas las características nacionales de cada país”. Asimismo, comprendía el fenómeno nacional del peronismo y supo forjar la unidad con las masas peronistas, con la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y con grandes dirigentes sindicales peronistas como con Atilio López (UTA) en la gestación del Cordobazo o con Raimundo Ongaro (Gráficos) en la dirección de la CGT de los Argentinos.

Máximo exponente del sindicalismo de liberación, combatió contra la oligarquía y el imperialismo, contra las dictaduras surgidas de los golpes de Estado del 55 y del 66, así como contra el colaboracionismo cómplice de la burocracia sindical. Sufrió prisión con Aramburu y con Onganía. Sufrió la persecución y la amenaza de muerte de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) de José López Rega.

El Gringo falleció en la clandestinidad el 5 de noviembre de 1975, a la edad de 45 años, víctima de una grave enfermedad cerebral y siendo atendido en sus últimas instancias por un equipo médico del Partido Comunista encabezado por el recordado camarada, Dr. Jorge Viaggio.

“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas”. Eso advertía Rodolfo Walsh en su artículo “Cordobazo” publicado en el Periódico de la CGT de los Argentinos, en 1969.

Por ello, haciendo honor a la advertencia del gran periodista revolucionario decimos: ¡Gloria a la memoria del Cordobazo! ¡Tosco vive en las luchas del presente contra el neoliberalismo, por la liberación nacional y el socialismo! ¡Hasta la victoria siempre!