La semana pasada el Estado genocida de Israel bombardeó nuevamente la Franja de Gaza y atacó a la población civil con artillería pesada, provocando una nueva masacre con decenas de muertos y mutilados. Este nuevo acto criminal se enmarca en una ofensiva del imperialismo a partir del triunfo electoral del criminal Benjamin Netanyahu en las elecciones generales israelíes del 9 de abril pasado. Al mismo tiempo, Estados Unidos posicionó un nuevo buque de guerra con misiles en el Golfo Pérsico, y amenazó a los socios comerciales de Irán para que dejen de comprarle petróleo (entro ellos a China). “No se puede lograr la estabilidad en el Medio Oriente sin enfrentar a Irán” dijo el Secretario de Estado de yanqui, Mike Pompeo, en una reciente cumbre pro imperialista en Varsovia, capital de Polonia; mientras que Netanyahu fue más allá y comentó que las naciones participantes deberían “sentarse junto a Israel para promover el interés común de la guerra contra Irán”. Más claro imposible. El imperialismo quiere volver a sembrar de muerte la estratégica región de Medio Oriente.

Por su parte, el presidente Iraní, Hasan Rohani, se refirió a la situación actual como una “guerra total” de presión económica y política “sin precedentes en la historia desde la Revolución de 1979”.

La administración de Trump “justificó” su accionar con la falsa narrativa de que Teherán es un peligro para la Seguridad Nacional de EE.UU. y sus aliados, particularmente Israel. La realidad es que Irán es un obstáculo para el imperialismo en sus planes de dominación. El país persa tiene una economía soberana diversificada, con gran presencia del Estado, y vive un proceso de industrialización de gran magnitud, pese a las sanciones y bloqueos. Por eso el verdadero objetivo de EE.UU. e Israel es destruir la economía iraní y su capacidad de defender a países agredidos como Siria, Irak, Líbano, Palestina y Yemen.

“La dignidad y el progreso asombroso de la nación iraní en los últimos 40 años se debe a su resistencia ante la arrogancia, con el ávido y criminal Estados Unidos a la cabeza. Ellos nunca nos pondrán de rodillas”, resaltó el líder iraní, el Ayatolá Alí Jamenei, en referencia a estas nuevas agresiones.