El escándalo de espionaje y chantaje que explotó el reciente verano, donde se mezclan escatológicamente jueces, fiscales, diputados y periodistas con el armado de causas para proscribir a opositores, nos sorprende a diario con un nuevo capítulo de la podredumbre de ciertos sectores de la Justicia Federal y que investiga Alejo Ramos Padilla.

La fundamentada recusación realizada por el Juez de Dolores a los Consejeros de la Magistratura Mahíques y Pichetto, pone sobre el tapete una más de las operaciones judiciales a las que ya nos tiene acostumbrados el Gobierno Nacional en esta etapa.

La causa desató en el Presidente de la Nación una verborragia incontenible y desde los medios de comunicación ordenó a su Ministro de “Justicia” el pedido de juicio político contra el magistrado, que aprovechando la presencia del actual candidato a vicepresidente y la mayoría circunstancial que se produjo, se está concretando en estos días.

La rebeldía del fiscal federal Stornelli, tan dispuesto a pedir encarcelaciones preventivas a impu-tados ajustados a derecho, y que se negó a concurrir a indagatoria en cinco oportunidades haciendo uso de sus fueros funcionales, es tal vez el signo más contundente de la arbitrariedad de Comodoro Py y sus jueces.

Pichetto, Mahíques y Camaño fueron las firmas necesarias para el avance del cuestionamiento a Ramos Padilla, y le garantizan a Macri la aplicación de una sanción al Juez y su apartamiento de la causa, favoreciendo su llegada a Comodoro Py para asegurar que la llamada causa D´Alessio muera por inacción del juzgado al que se le otorgue y no se resuelva hasta el fin de su mandato.

Como antecedentes de esta maniobra, cabe recordar la apropiación indebida del puesto que ocupa Tonelli desplazando a Anabel Fernández Sagasti, el cambio de reglas de juego con respecto a la condición de abogado de los consejeros (forzando la Constitución) para desplazar al Senador Godoy, el “cafecito” polémico de Lorenzetti al que invitó al Senador Pais para asegurar los 2/3 para promover el juicio político a Freiler.

Es de resaltar el desplazamiento en las ternas de candidaturas para ocupar cargos en los estrados judiciales, de los cuales fueron víctimas varios jueces que alcanzaron metas sobresalientes en sus concursos. Tal el caso de la candidata a reemplazar a Carlos Rozansky en el TOF 1 de La Plata o de Ramos Padilla en su postulación en la Cámara Electoral, privilegiando a amigos del ejecutivo.

Ni que hablar de los “sorteos” de causa que siempre caen en tres juzgados federales. Fenómeno que se agudiza si se trata del Juzgado de Claudio Bonadío, fiscalía de Carlos Stornelli y el objeto procesal dirigido a CFK.

Desde Justicia Legítima, se “rechazó enfática y republicanamente” el pedido de juicio político a Ramos Padilla afirmando que es una vergüenza y un virtual “suicidio” de los consejeros que avalen esta resolución.

La posibilidad de que el avance de la investigación de la causa que se tramita en Dolores termine comprobando la matriz extorsiva de Cambiemos (en connivencia con determinados tribunales federales para estigmatizar y proscribir a la oposición) provoca pánico en las filas del gobierno.

Tal y como afirma Alberto Fernández, es imperativo revisar procesos, causas y sentencias judiciales a fin de restaurar el Estado de Derecho, convertido en papel mojado por la administración actual.