REFORMA PREVISIONAL

De nuevo el saqueo

El proyecto de Ley para modificar la fórmula de movilidad de los haberes jubilatorios y en consecuencia la estructura del sistema previsional, obtuvo su media sanción en el Senado. Afuera, unos 300 mil trabajadores se movilizaron para resistir las llamadas reformas laboral y previsional.

La vertiginosidad con la que la derecha asentada en el gobierno está transformando la realidad económica y social en nuestro país, es alarmante. La semana pasada, el proyecto de Ley de la llamada Reforma Previsional obtuvo su media sanción en el Senado. En el mismo momento, alrededor de 300 mil trabajadores se convocaron en las puertas del Congreso para resistir el paquete antipopular que desde el Ejecutivo macrista pretenden imponer, y que entrecruza a los trabajadores activos, pasivos y desocupados; los que están en relación de dependencia o sin relación de dependencia. A todos. Y cuando hablamos de trabajadores, hablamos de familias enteras.

No es caprichoso hablar de jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y AUH en relación con la toma de deuda, que parece no tuviera nada que ver con lo que ocurre todos los días en los hogares, en la mesa familiar, por mencionar una de las necesidades vitales. Las famosas Lebacs suman 1,2 billones de pesos que van a generar, este año, 210 mil millones de pesos en conceptos de intereses. Estos intereses son parte del denominado déficit del que se habla todo el tiempo y que pretende solucionarse con recursos públicos, desfinanciando al Estado y sus distintos organismos.

La “solución” que pretenden imponer los ceos-funcionarios del gobierno, es “ahorrar” más de 100 mil millones de pesos, es decir ajustar los haberes que provienen de los fondos de la ANSES para el pago a jubilados, pensionados, titulares de derecho de la AUH, etc.

Con la ley de movilidad jubilatoria, sancionada durante el gobierno de Cristina, la fórmula para adecuar los aumentos se calcula (todavía) en función de la evolución del incremento salarial de los trabajadores activos y los recursos que la ANSES obtiene con los aportes, las contribuciones patronales, el impuesto a las ganancias, el IVA y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (que con CFK generaba recursos financiando proyectos productivos). La media sanción aprobada en el Senado con texto promovido por Pichetto, se basa en el siguiente esquema: 70 por ciento sobre la tasa de inflación, 30 por ciento sobre la variación del salario formal privado (RIPTE). De este modo el haber jubilatorio que en marzo debería ascender a 8115 pesos, quedará tan sólo en 7660. Este ajuste en los haberes es una de las “recomendaciones” del FMI, así como la de aumentar la edad jubilatoria y la de disminuir la tasa de sustitución (relación entre el último salario del trabajador con el haber inicial como jubilado).

El planteo de sustituir la fórmula de movilidad, es violatoria de la Constitución porque no se pueden afectar derechos garantizados. La nueva fórmula se aplicaría en forma retroactiva respecto a un período pasado, es decir que en marzo del 2018 se tendría en cuenta el trimestre julio-diciembre del 2017, actualizándose los montos según la inflación de seis meses antes. Además, para el año que viene están planteado un techo para las paritarias del 10 por ciento. Si el salario disminuye, el haber inicial de un jubilado también.

Una olla y un revoltijo de ingredientes como metáfora: achicamiento del mercado interno, salarios a la baja, despidos de trabajadores y por lo tanto menos aportes por salario y contribuciones patronales. Y un factor determinante que es el del permanente acicateo en la construcción del sentido común (hay gente que no se merece ni AUH ni jubilación porque no hicieron suficiente esfuerzo). Además de precarizar aún más las condiciones de vida, van a intentar que se consensue que el Sistema Previsional actual no es sustentable, no sirve y hay que volver al sistema privado de las AFJP que enriquece a los organismos financieros.

Durante los gobiernos de Néstor y Cristina alcanzamos una cobertura social del 98 por ciento, y se llegó al casi 81 por ciento del salario mínimo, vital y móvil. Y sobre todo, se hizo del Sistema Previsional, un sistema solidario. Eso es lo que hay que defender.