El 2020, que coincidió con el debut de Alberto Fernández en el sillón de Rivadavia, será recordado como el año del coronavirus. El gobierno continúa capeando la tormenta de la doble pandemia (la macrista y la sanitaria) acentuando mes a mes el rumbo popular que el pueblo demandó en las urnas.
El pasado 10 de diciembre el gobierno de Alberto Fernández cumplió un año de gestión. Ya un año que el pueblo copó la Plaza de Mayo para celebrar bajo un sol abrasador el final de los cuatro años neoliberales en los que, con Mauricio Macri a la cabeza, se produjo un saqueo sin precedentes en la historia moderna de nuestro país. A la imperante y compleja tarea de reconstrucción, desendeudamiento y necesidad de orientar las políticas de Estado hacia valores de inclusión, en el marco de una coalición amplia y compleja como lo es el Frente de Todos, se le sumó la impensada y catastrófica crisis del coronavirus, que cristalizó las tambaleantes estructuras financieras y económicas del mundo y de nuestro país. Bajo esa extraordinaria coyuntura el gobierno puso el foco donde había que ponerlo y articuló políticas públicas de emergencia y de cara a lo que viene.
SALVAR VIDAS EN EL AÑO DE LA PESTE
Ante los primeros efectos de la pandemia en la salud pública, el gobierno orientó sus esfuerzos en ganar tiempo para pertrechar nuestro vapuleado sistema de salud, área degradada a secretaría en tiempos de Macri. Fue así que se estableció el ASPO, con alto acatamiento en los primeros meses, que salvó vidas y permitió la construcción de más de sesenta hospitales modulares en todo el país, junto a la adquisición de insumos críticos. Además, la Argentina será productora de la vacuna de Oxford, y logró un trascendental acuerdo con la Federación Rusa por la Sputnik V.
LOS MUERTOS NO PAGAN DEUDAS
El camino del desendeudamiento, uno de los bastiones de campaña de Fernández, comenzó con la fructífera negociación con los acreedores privados. A diferencia de los cuatro años anteriores, las divisas ahora no se escapan en el ciclo vicioso de la toma de deuda y la fuga. Bajo la premisa de reestructurar para crecer, Argentina ganó aire para reactivar el mercado interno y hacerse de divisas, a la par que negocia con el FMI la cuantiosa suma que le prestó a Macri para su campaña política, en lo que constituyó una deuda que tiene que ser revisada.
MEDIDAS QUE PALIARON LA CRISIS
Ante la significativa retracción económica producto de la pandemia, fueron implementadas una serie de medidas paliativas para los trabajadores y el sector productivo, que significaron la movilización de importantes recursos para hacer frente a la crisis. Entre ellas se cuentan el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) en tres etapas; la Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), que morigeró el déficit de las PYMES; también se declaró como servicio público y esencial a las telecomunicaciones, en momentos en que el teletrabajo y la educación virtual fueron la norma; la prohibición de despidos por decreto, que supuso un enfrentamiento con una fracción de la burguesía industrial; el congelamiento de tarifas, y el reforzamiento de todos los planes de asistencia.
LOS DUEÑOS DE LA TORTA LA TIENEN QUE PONER
Llegando las últimas semanas del año fue aprobado por ambas cámaras el Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas, que afectó por única vez a cerca de 10.000 multimillonarios y significó un triunfo político y simbólico de relevancia ante la avaricia de los que mucho tienen en un contexto de honda crisis económica. Los recursos se destinarán en un 65% al pago de jubilaciones y asignaciones sociales.
LA OPULENCIA PORTEÑA EN JAQUE
Tras la gravísima intentona golpista de la Policía Bonaerense, que bajo la fachada de un reclamo salarial rodeó la residencia del gobernador Kicillof y la propia Quinta de Olivos, encabezada por oficiales exonerados y retirados de esa fuerza, el gobierno salió por arriba con una jugada inteligente: la transferencia de un punto de la coparticipación federal de la CABA a la Provincia de Buenos Aires. No fue una medida caprichosa, sino más bien una restitución tras el arrebato macrista de 2016.
CUIDAR A LOS MAYORES
Frente a una campaña de prensa agorera y mentirosa, el gobierno modificó la fórmula jubilatoria, que en un contexto de extrema crisis significó un aumento jubilatorio que no resulta suficiente, pero a mediano plazo permitirá ir aumentando progresivamente, semestre a semestre y emparejado con los niveles inflacionarios, el poder adquisitivo de nuestros mayores.
PATRIA GRANDE
El retorno de un modelo nacional y popular en la Argentina significa un revés importante para el imperialismo en la región. En este sentido, puede afirmarse que el camino de la integración regional ya comenzó: Argentina impulsa la reconstrucción de UNASUR, un contrapeso al proyanqui Grupo de Lima, y junto con AMLO, Alberto fue una pieza clave para salvar la vida de Evo Morales y Álvaro García Linera permitiendo que se exilien en nuestro país luego del golpe. Fue el propio Presidente argentino quien entró a Bolivia con Evo, tras el triunfo del MAS en elecciones libres.
DERECHOS PARA CUERPOS GESTANTES
Al cierre de esta edición estamos a las puertas de la media sanción que resta para que sea ley el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, histórica reivindicación del movimiento feminista, que fue enviado al congreso por el Poder Ejecutivo. En iguales condiciones se encuentra el plan de los 1000 días, para brindar cobertura a madres recientes.
JUSTICIA Y DEMOCRACIA
El gobierno impulsó una reorganización del sistema judicial que aún está en proceso, y comenzó a desarticular los llamados “sótanos de la democracia”, que vía espionaje ilegal, fueron bastión de la impunidad macrista. En ese sentido, se comenzó una tarea de democratización de la AFI que incluyó que los fondos destinados a esa entidad vuelvan a ser públicos y se vieran reducidos.