PARAGUAY
El pueblo toma las calles
Paraguay pasó de ser uno de los países menos afectados por la pandemia durante gran parte de 2020, a tener hoy un sistema de salud al borde del colapso. Tanto los casos como las muertes comenzaron a escalar a una velocidad preocupante, al pasar de un promedio de 15 muertes por día hace apenas un mes, a un promedio de 30 en los últimos días (con un pico de 41 el martes 15 de marzo); y de menos de mil nuevos casos por día a cerca de dos mil en ese mismo lapso. Para un país con apenas 7 millones de habitantes, la escalada de estos números podría llevar a una crisis sanitaria inminente.
El gobierno reaccionario de Mario Abdó Benítez, si bien fue uno de los primeros en tomar medidas de cuarentena en la región a principios de 2020, no se preocupó por aumentar las camas disponibles ni el oxígeno, ni siquiera se interesó en adquirir vacunas y medicamentos cuanto antes, a pesar de que ya se veía venir lo que estaba sucediendo en el resto del mundo. Lo que sí hizo fue emitir deuda por 1600 millones de dólares mediante venta de bonos (supuestamente para combatir la pandemia) y que hoy nadie sabe a dónde fueron a parar.
La cuarentena, en un país con casi el 70% de los trabajadores en la informalidad y una desigualdad extrema, no se pudo sostener y todo terminó por desmadrarse a fines del año pasado y estallar en una crisis social durante el mes de marzo de este año. Así, el pueblo paraguayo, con los trabajadores de la salud a la cabeza, salió a manifestarse de forma masiva, como pocas veces visto en los últimos tiempos, reclamando la renuncia de todo el gobierno. Como era de esperar, las protestas están siendo duramente reprimidas con saldos de decenas de heridos y detenidos.
Mientras Argentina espera una segunda ola de contagios en medio de una campaña de vacunación y con un sistema de salud en condiciones relativamente óptimas, Paraguay está atravesando su primera ola tardía al borde del colapso y con el pueblo en las calles.