SIEMPRE JUNTO A LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

“Son tiempos de unión y de firmeza frente al imperialismo”

En estos momentos, una vez más nos convocan la conciencia y la solidaridad, porque creo que somos y compartimos esta idea, que somos muy conscientes del grave peligro que corre el proyecto unitario que representa esta Alianza, y también del valor de los pronunciamientos solidarios que toda Nuestra América debe a la hermana Venezuela -líder indiscutible de la independencia regional, desde los tiempos de Bolívar y sus campañas libertarias- y que hoy enfrenta una grosera y concertada campaña de descrédito que busca enmascarar otro intento de golpe de Estado.

Lo han intentado tantas veces que ya no es posible esconder los propósitos detrás del gastado pretexto de transparentar los resultados electorales oficiales, prácticamente antes del tiempo establecido para ello, mientras por otra parte se da por hecho y no se cuestiona la postura incivilizada, violenta, fascista de una parte de la oposición que se niega a aceptar todo lo que no la beneficie. Las desafiantes posturas asumidas por esos grupos políticos advirtiendo que no reconocerían otros resultados que no fueran los que ellos pronosticaban mostraron muy temprano, prácticamente al cierre de las urnas, que se avecinaba una nueva fase de todos los anteriores y fracasados intentos de derrocar a un gobierno legítimo con una combinación de violencia interna e injerencia extranjera.

Hace apenas unas horas el Tribunal Supremo de Justicia, tras un exhaustivo peritaje de los recaudos presentados por el ente electoral nacional y partidos políticos que participaron en los comicios, emitió un veredicto inapelable que confirma la victoria del presidente Nicolás Maduro en las elecciones del pasado 28 de julio del presente año. Como era de esperar, los mismos extremistas que desconocieron los resultados oficiales y desacataron la orden del Tribunal Supremo, enseguida desataron su arsenal de engaño contra el fallo definitivo, intentando negar la legitimidad del poder convocante, y por consiguiente también la de la Constitución.

La voluntad de la mayoría debe ser respetada. El pueblo venezolano votó con total conciencia a favor de la dignidad, de su soberanía y por la paz. Y ha respaldado ese voto con masivas manifestaciones populares en las calles de toda Venezuela, aunque esos hechos, como explicaba Maduro, sean silenciados o disminuidos por reportes sesgados, abiertamente pro oposición, de los medios de comunicación occidentales que sirven al imperio.

No es la primera vez que el imperialismo estadounidense y las oligarquías regionales e internacionales muestran rechazo y desprecio por la voluntad de nuestros pueblos. No es la primera vez que intentan detener procesos políticos contrarios a sus intereses, porque estos procesos favorecen el bienestar de los pueblos y la defensa de los bienes nacionales.

No es posible permanecer indiferentes ante una calculada articulación de las oligarquías regionales, el imperialismo, los emporios de las comunicaciones y las plataformas digitales contra Venezuela. Hoy contra Venezuela, mañana contra cualquiera de nuestros países y pueblos.

Hoy se intenta anular los poderes del Estado establecidos en la Constitución venezolana, para ser sustituidos por estructuras paralelas y con documentación de dudoso origen, que son presentadas como legítimas. Muchos de los que desde el exterior aprovechan la situación creada en Venezuela a favor de sus intereses políticos, que exacerban, promueven y estimulan la desestabilización, son los mismos que, sin elementos probatorios y claramente como excusas para desviar la atención de sus fracasos políticos, tratan de deslegitimar los genuinos movimientos populares en sus países con acusaciones de intromisión extranjera.

Aquí decimos que con absoluta irresponsabilidad se estimula concertadamente el regreso a los planes de desestabilización en Venezuela, y eso en Nuestra América no podemos permitirlo. En Venezuela se dirime el conflicto entre las visiones del mundo claramente en pugna. De un lado, la visión emancipadora, la nuestra, la que defiende el futuro y la justicia social en beneficio de todos. Del otro, prevalece el interés por preservar el sistema de injusticias y hegemonías que la Revolución Bolivariana ha tenido la osadía de confrontar.

Son tiempos de unión y de firmeza frente al imperialismo y las oligarquías, que aprovechan la más mínima oportunidad para atentar contra el triunfo y la estabilidad de cada fuerza de orientación popular, así como de entorpecer las políticas de desarrollo social y destruir los sueños alcanzados en caso de que conquisten el poder.

Defenderemos siempre y sin ambigüedades lo que defiende y respalda con su voto el pacífico, honorable y querido pueblo de Venezuela que, castigado por injustas medidas coercitivas unilaterales y en medio de circunstancias muy adversas, ha logrado, con mucho trabajo y empeño, el renacer económico y social de la nación.”