1976 – 16 DE SEPTIEMBRE – 2016
40 años de la Noche de los Lápices
Por Rodolfo G. Módena
Este 16 de septiembre se cumplirán cuarenta años de la trágica “Noche de los Lápices”, cuando la dictadura cívico-militar genocida instaurada con el Golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976 secuestró, torturó, asesinó e hizo desaparecer a un conjunto de estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata.
Las víctimas fatales registradas de aquella criminal cacería fascista fueron Claudio de Acha (17 años), Gustavo Calotti (18 años), María Clara Ciocchini (18 años), María Claudia Falcone (16 años), Horacio Úngaro (17 años), Francisco López Muntaner (16 años) y Daniel Racero (18 años). Muchas más sufrieron amenazas, allanamientos, secuestros y torturas en esas oscuras jornadas de septiembre del 76 que excedieron, antes y después, al 16 de septiembre mismo.
La versión más difundida de aquel suceso atroz fue la dada por el sobreviviente Pablo Díaz en el histórico Juicio a las Juntas, sustanciado en 1985 contra las tres primeras Juntas Militares de la dictadura, por iniciativa del entonces Presidente Raúl Alfonsín. La misma se centró en la lucha que aquel año llevaban adelante los estudiantes secundarios por el Boleto Estudiantil como causa principal de la salvaje represión sufrida por los adolescentes platenses.
Otra versión conocida, la de la también sobreviviente Emilce Moler, alumna del Bachillerato de Bellas Artes de la UNLP y militante de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), rama secundaria de la Juventud Peronista, hace hincapié en la militancia política de la juventud argentina de aquellos años (si bien algunas víctimas no tenían militancia alguna y cayeron igual) como causal de escarmiento de los genocidas para con los más jóvenes que abrazaban los sueños y la lucha por una sociedad mejor.
De hecho, durante aquel mes de septiembre, además de los siete compañeros desaparecidos, fueron innumerables los estudiantes represaliados en diversos grados, así como diversas sus procedencias políticas. La más golpeada sería la UES, pero también lo fue la Federación Juvenil Comunista, el GESA, la JSA y otras organizaciones de izquierda.
Los jóvenes comunistas de aquellos días, con Jorge Pereyra a la cabeza como Secretario General de la FJC, teníamos conciencia del significado del drama represivo que estaba viviendo el pueblo argentino, particularmente el movimiento obrero y lo más avanzado de la joven generación: era la respuesta brutal de la oligarquía y el imperialismo norteamericano (de quienes los militares fueron el instrumento asesino), frente al avance de las luchas populares y los sueños de la juventud por una Patria liberada, una Latinoamérica unida y el futuro socialista de la Humanidad.
Hoy, a cuarenta años, las luchas estudiantiles han avanzado en la conquista del Boleto Educativo, pero la lucha por la misma causa revolucionaria de generaciones continúa y continuará, desde la resistencia al neoliberalismo hasta acabar -más temprano o más tarde- con el sistema burgués de la explotación del hombre por el hombre.