Se abre una nueva etapa política en nuestro país, con la compleja tarea de reconstruir una Nación donde, en tan sólo cuatro años, el neoliberalismo produjo verdaderos estragos en su tejido económico y social. Deuda exorbitante, desocupación de dos dígitos, pobreza de 41 puntos, salarios y jubilaciones de hambre, colosal caída industrial y una sumisión completa a los designios del imperialismo norteamericano. La recuperación de derechos y conquistas será gradual y paulatina aunque, como bien señaló Alberto Fernández en su discurso de asunción, la urgencia pasa por los más humildes.
La colosal demostración en las calles del pasado 10 de diciembre dotó al nuevo gobierno del respaldo necesario para instrumentar de forma inmediata un conjunto de medidas que comiencen a reparar la crítica coyuntura que hoy atravesamos. El componente casi excluyente de esa Plaza (y alrededores) fue el de la “gente suelta”, no organizada, que dijo presente durante largas horas bajo un sol impiadoso. Esa masividad es fruto de un proceso de resistencia que se inició en diciembre de 2015, con miles de luchas políticas, sociales y sindicales (muchas a pesar de la complicidad de una parte de la dirigencia gremial) orientadas por un liderazgo que ha sido leal, con contados antecedentes en nuestra historia, a la causa del pueblo: el de la compañera Cristina. Esa coherencia es la que le permite hablar en nombre de esas mayorías. “Presidente, confíe en el pueblo, ellos no traicionan, sólo piden que los defiendan y los representen (…) Puedo equivocarme, pero saben que digo lo que pienso y hago lo que siento. Nunca algo diferente. Tengo coraje, y el coraje se demuestra en el llano. El coraje y la lealtad, ese valor que algunos creen que significa seguir a un líder político. Pero la lealtad entre la política y el pueblo es a dos puntas. Los pueblos no son tontos ni zonzos”, afirmó CFK.
En su comparecencia ante la Asamblea Legislativa, el Presidente anticipó una serie de lineamientos que comienzan a materializarse en el proyecto de declaración de las emergencias económica, social y sanitaria que ingresó a Diputados al cierre de esta edición, y que abordamos en detalle en estas páginas. La decisión de encarar la renegociación de la monumental deuda heredada, supeditada a la recuperación económica, es una definición central. Por otra parte, es necesario mensurar también la determinación de impulsar una reforma del Poder Judicial, la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia, la condena al lawfare y al chiquero de las prisiones preventivas. La presencia de las delegaciones de Cuba Socialista, de la República Bolivariana de Venezuela y de las representaciones de la República Popular China y la Federación Rusa, rompe de hecho con el alineamiento de Macri a los Estados Unidos. No por nada los yanquis no tardaron en exteriorizar su tirria.
El imperialismo va a buscar frustrar la experiencia que se inicia, en la medida que el gobierno nacional reafirme su vocación soberana. Los factores de poder locales beneficiados por el neoliberalismo (complejo agro-exportador, capital financiero transnacional y monopolios energéticos) ya muestran los dientes y esbozan sus primeras reacciones ante las medidas anunciadas. El accionar desestabilizador se comenzó a diseñar con el resultado puesto de las PASO.
Días atrás, la compañera Cristina estuvo presente en las asunciones de la compañera Mayra Mendoza en Quilmes y Jorge Ferraresi en Avellaneda. También en La Matanza, el municipio más populoso del país, donde su ascendencia política y electoral es determinante. El denominador común en sus exposiciones fue el de la necesidad de avanzar hacia una redistribución más justa de la riqueza: disyuntiva de hierro en el escenario que se abre.
Los comunistas hacemos nuestras sus palabras. Todo lo que se oriente hacia ese objetivo, nos va encontrar en las calles bancando, creando conciencia y organizando esa conciencia.