Alberto Fernández llama “plan pospandemia” al conjunto de casi 60 medidas económicas divididas por región, que apuntarán a la reactivación y serán articuladas una vez superado el coronavirus. La obra pública, y puntualmente la construcción de viviendas, tendrá un lugar central según lo comunicado por el primer mandatario debido a que no reviste la necesidad de adquirir divisas del exterior y genera empleo genuino en un sector que necesita soluciones con prontitud.“Es hora de que repensemos un modo de producción antes que un modo de enriquecimiento financiero”, sostuvo en una entrevista el Presidente en los últimos días.
Las presiones corporativas coparon la agenda pública. Es cuestión de encender las pantallas o navegar por los portales y ver las noticias, en las que todos los días se encargan de exigirle al gobierno nacional respuestas en favor del establishment. Son tiempos importantes porque la decisión y orientación político-económica, de acá en adelante, será la que siente las bases para lo que viene.
También fueron públicas las opiniones de distintos integrantes del campo popular que respaldan al Frente de Todos (entre ellas las de Madres de Plaza de Mayo), pero que han mostrado diferencias con ciertas señales del gobierno de cara al rumbo económico y político por tomar. Puntualmente, la sesgada foto del último 9 de julio, en la que el Presidente se sentó junto a la crema del poder real en la Argentina. “Que estén los representantes de los poderes fácticos sentados en la mesa del 9 de julio no significa que el gobierno va a responder linealmente a sus demandas”, aclaró Fernández, quien además se encargó de responderle a las Madres con una prontitud y un respeto saludables.
En este sentido, la resolución del tema de la cuantiosa deuda externa, acuciante en la actualidad y estructural de cara al futuro, resulta nodal. Nuestro país no hará una nueva propuesta que la que ya hizo, que hasta fue auditada por el FMI. Fueron elocuentes las palabras del Ministro de Economía Martín Guzmán al respecto: “Argentina en el 2016 accedió al mercado de crédito internacional endeudándose en tasas del siete por ciento anual en dólares, cuando el mundo pagaba tasas cercanas a cero. Para poder pagar eso, el país tendría que haber crecido mucho. Los acreedores sabían que estaban tomando un riesgo. No hay deudor irresponsable sin acreedores irresponsables. Y lo que nosotros les estamos pidiendo no es que ellos pierdan siquiera, es que ganen menos. Aceptar lo que ellos piden, significa más desempleo, más angustia para la gente, tener por ejemplo que ajustar jubilaciones, que es algo que nosotros no vamos a hacer. La idea no es comprometernos con pagos que le impidan a la argentina efectuar todas las políticas públicas que necesita para poder recuperarse”.
El modelo de Macri, basado en la especulación financiera y la sideral toma de deuda con fondos de inversión carroñeros como BlackRock, llevó al país a la actual crisis económica que engrosó aún más su envergadura tras la pandemia. El desafío es invertir el circuito: transferir recursos a los trabajadores y poner en escena un modelo de desarrollo productivo con trabajo y salarios fuertes. “Espero que la Argentina se recupere con sus propios recursos, con el impulso del Estado y que dejemos de endeudarnos porque la deuda nos condiciona”, sostuvo el Presidente en una entrevista de hace pocos días. En este sentido, el gobierno rechazó una contraoferta efectuada por un grupo de bonistas que suponía una menor quita en comparación a la última oferta realizada por Guzmán.
El Presidente también anticipó que en los próximos días será presentado al Congreso el prometido proyecto de Reforma Judicial, que supone un reordenamiento de la justicia federal desde sus estructuras, fusionando fueros (Comodoro Py con el fuero Penal Económico, y unificar el fuero Civil y Comercial con el Contencioso Administrativo) y la creación de un centenar de nuevos juzgados en toda la extensión del país. También se le dará impulso al sistema acusatorio por el cual los fiscales serán responsables de las investigaciones, en lugar de los jueces. Esta medida también es importante para diagramar el país que viene, ya que actúa sobre un resorte fundamental en el que el lawfare hizo pie.
Ejes de la próxima etapa
- Alberto Fernández llama “plan pospandemia” al conjunto de casi 60 medidas económicas divididas por región, que apuntarán a la reactivación y serán articuladas una vez superado el coronavirus. La obra pública, y puntualmente la construcción de viviendas, tendrá un lugar central debido a que no reviste la necesidad de adquirir divisas del exterior y genera empleo genuino en un sector que necesita soluciones inmediatas.
- La resolución del tema de la cuantiosa deuda externa, acuciante en la actualidad y estructural de cara al futuro, resulta nodal. Nuestro país no hará una nueva propuesta que la que ya hizo. “Aceptar lo que ellos piden, significa más desempleo, más angustia para la gente, tener por ejemplo que ajustar jubilaciones, que es algo que nosotros no vamos a hacer”, afirmó el ministro Martín Guzmán.
- Respecto a las PyMES, sector muy golpeado por la pandemia, el gobierno preparó un proyecto de moratoria fiscal que se discutirá en el Parlamento, de hasta sesenta cuotas y con una tasa de interés fija hasta el año próximo. Uno de los puntos novedosos del articulado, respecto a otras moratorias, radica en la impasibilidad de que las empresas eludan la normativa cambiaria o realicen operaciones con títulos.
- Por su parte, para Fernández el necesario y demorado impuesto a las grandes fortunas es un asunto a tratar en el Congreso. Este proyecto del Frente de Todos, que ya está listo para ser presentado, significaría un aporte extraordinario y por única vez que abarcaría a 12.000 personas físicas.
- En los próximos días será presentado en el Congreso Nacional el prometido proyecto de Reforma Judicial, que supone un reordenamiento de la justicia federal desde sus estructuras, fusionando fueros (Comodoro Py con el fuero Penal Económico, y unificar el fuero Civil y Comercial con el Contencioso Administrativo), y la creación de un centenar de nuevos juzgados en toda la extensión del país. Esta medida también es importante para diagramar el país que viene, ya que actúa sobre un resorte fundamental en el que el lawfare hizo pie.