200 AÑOS DEL ENCUENTRO DE GUAYAQUIL
Un bicentenario por la unidad latinoamericana
La revolución por la emancipación llevaba más de una década desplegándose por toda la geografía de Hispanoamérica. En esos gloriosos años, desde los primeros estallidos contra la institucionalidad colonial (Chuquisaca, el 25 de mayo de 1809; Caracas, abril de 1810; Buenos Aires, 25 de mayo de 1810) las fuerzas patriotas de Sudamérica con sus dos grandes ejércitos de liberación, el de San Martín desde el sur y el de Bolívar desde el norte, van confluyendo hacia el Perú -independizando virreinatos y capitanías- para enfrentar al mayor poderío militar español asentado en América.
En 1822 era necesaria una cooperación militar entre los ejércitos de Bolívar y San Martín para el triunfo final. Tras enviar una parte de sus tropas para ayudar a las mandadas por Sucre, San Martín decidió viajar a Guayaquil, y explicó sus razones: “La causa del continente americano me lleva a realizar un designio que halaga mis más caras esperanzas: Voy a encontrar en Guayaquil al Libertador de Colombia. Los intereses generales del Perú y de Colombia, la enérgica terminación de la guerra y la estabilidad del destino a que con rapidez se acerca la América hacen a nuestra entrevista necesaria, ya que el orden de los acontecimientos nos ha constituido en alto grado responsables del éxito de esta sublime empresa”.
San Martín era el más interesado en el encuentro, pues en el interior del Perú todavía había 2000 soldados regulares y 43000 milicianos realistas, y si bien había destacado regimientos para que junto con milicianos armados hostigaran a esas fuerzas, no tenía poder decisivo como para vencerlas definitivamente. Buenos Aires le recortaba recursos y la oligarquía peruana comenzaba una campaña de difamación para desbancar al Libertador. Bolívar, que contaba con el apoyo del gobierno de la Gran Colombia, le responde de inmediato: “Ese momento lo había deseado toda mi vida y sólo el de abrazar a V.E, y el de reunir nuestras banderas, puede serme más satisfactorio, acepte V.E, con bondad los testimonios más francos de mi profunda consideración y respetos de V.E, atento, adicto servidor.” Los libertadores ya venían comunicándose y en su correspondencia puede seguirse la comunión de ideas que ostentaban, el interés común por la independencia de la Patria Grande.
Durante los días 26 y 27 de julio de 1822 finalmente se reunieron en Guayaquil José de San Martín y Simón Bolívar. Del encuentro surgió la unión de los dos ejércitos libertadores con el fin de derrotar definitivamente al colonialismo español. Tiene una repercusión fundamental para la historia de nuestros pueblos ya que hizo del esfuerzo de guerra continental por la independencia de toda Sudamérica una solo lucha, lo cual representaba el objetivo de Bolívar y de San Martín. En la batalla de Ayacucho, último y decisivo capítulo de la independencia Sudamericana, combatieron militares del Perú, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Bolivia y México.
Los temas que se trataron en supuesto secreto fueron los concernientes a la definitiva liberación americana. Su importancia y su legado fue el paso que dieron los libertadores por la unidad latinoamericana; 200 años después sigue siendo una necesidad de los pueblos para enfrentar al imperialismo. Con la guía de Cuba socialista, ejemplo de internacionalismo y solidaridad frente a los pueblos, la Venezuela bolivariana refundada por Hugo Chávez y conducida por Nicolás Maduro, la Nicaragua Sandinista, Honduras y Bolivia retomando la senda democrática y popular, junto a los pueblos de Perú, Chile y Colombia alzándose contra el neoliberalismo, México y su firmeza, pronto Brasil con Lula a la cabeza en la lucha común por la segunda y definitiva Independencia de la Patria Grande.