LAWFARE EN ARGENTINA

Persecusión contra CFK: punto por punto

Se dijo que en esta causa se revela “la mayor matriz de corrupción de nuestro país”. Es curioso que Luciani pueda afirmar algo semejante, no sólo porque jamás investigó como fiscal la matriz de corrupción de la Argentina, sino que, además, se negó y obstaculizó una investigación decente de esta causa. ¿En base a qué hace esas afirmaciones temerarias?

En efecto, se están investigando 51 obras realizadas en la Provincia de Santa Cruz, producto de una denuncia realizada por el ex interventor de Vialidad Nacional macrista, Javier Iguacel, a los 15 días de asumir. Otra curiosidad: tuvieron que cambiar los informes de Vialidad presentados en la causa, porque en el primero la propia agencia no advertía irregularidades significativas en ninguna obra.

¿Y qué hicieron las defensas, tanto en la causa como públicamente? Pidieron se periten todas las obras y una auditoría general sobre toda la obra pública durante el período 2003-2015. Naturalmente la respuesta de la Justicia fue negar este pedido, probablemente protegiendo los intereses empresariales de quienes realmente llevaron la obra pública durante ese período. Es decir, la gran matriz de corrupción de la que hablan los fiscales es, en verdad, sobre la base de una porción bastante pequeña y direccionada políticamente respecto de toda la obra pública. A quiénes se llenan la boca hablando de la corrupción ¿no les produce intriga? ¿Por qué son tan complacientes?

Pero hay más. Los fiscales ni siquiera se preocuparon por investigar debidamente las pocas obras sobre las que sí quisieron focalizarse. Lo único esperable era peritar las 51 obras en la Provincia de Santa Cruz, pero no. Sólo permitieron peritar 5. Menos del 10%. Y sobre esas 5 no obtuvieron ninguna prueba que confirme la hipótesis acusatoria. Hay tres peritos que dicen tres cosas completamente distintas sobre la misma documentación peritada y nadie tuvo intenciones de profundizar ni dilucidar las tremendas contradicciones que hay en la causa.

Repasemos para entender: toda la matriz de corrupción y la asociación ilícita que cinematográficamente presenta el fiscal se apoya en el peritaje del 0,2% del total de la obra pública vial de nuestro país sobre ese periodo. Es notable cómo construyen el relato. Porque encima ese peritaje de solo 5 obras no pudo comprobar lo que sostienen y fue severamente cuestionado en el coloquio de peritos de este mismo juicio oral. ¿Por qué pasa esto? Lo que sucede, en pocas palabras, es que lo que falta en este caso es prueba, y que la prueba que hace falta se negaron a producirla.

Cuando decimos, desde el inicio, que se han trastocado todas las garantías de defensa en pos de avanzar en un proceso judicial estamos hablando justamente de esto: una disociación absoluta e irreconciliable entre la acusación y la prueba. Esto es, entre un relato y lo que se puede realmente probar. Un juicio que omite la prueba tan relevante que pide la defensa es, lisa y llanamente, un juicio arbitrario e ilegal.

Es por eso que los fiscales usaron horas de su alegato en decir que no se iban a apoyar sobre versiones periodísticas, pero, en lo que pareciera las conclusiones adelantadas de su alegato, usaron horas y horas en mostrar material periodístico sin ningún valor probatorio. Necesitan apoyarse en cualquier cosa que diga lo mismo que ellos no pueden probar. 

Otro punto importante es el uso de los fiscales sobre el mentado caso López: un condenado confeso que pasó sólo meses en prisión, cuando debía cumplir una pena de 7 años y que fue liberado por el macrismo como arrepentido a cambio de una declaración que luego se demostró falsa. Otra ironía de esta Justicia que no quiso seguir la pista del dinero que le encontraron a López. En cuanto Estados Unidos identificó tan sólo un fajo de 100.000 dólares que conducía a un banco de un allegado del macrismo, decidió no investigar de donde salieron los otros 8.900.000 dólares que López no pudo justificar.