SALARIOS DE POBREZA
Suma fija, una decisión impostergable
La idea de compensar la inflación galopante (en abril la comida aumentó 10,1% y acumuló 41,2% en lo que va del año) con una suma fija se viene exigiendo desde hace bastante tiempo desde el sector kirchnerista del Frente de Todos. Y se viene postergando desde el albertismo con el argumento de que las paritarias están haciendo dicho trabajo.
Los números y la evolución de los salarios indican que las paritarias no son suficientes, y en muchos casos no tienen el poder de negociación que el gobierno supone que tienen. Las paritarias dependen enteramente del poder de negociación de las partes y vemos que incluso en el sector privado formal los resultados son bajos. En la amplia mayoría de los trabajadores informales, literalmente no tienen poder de negociación. Es por ello que la idea de incorporar por decreto una suma fija al salario dado el contexto de aceleración inflacionaria que no se detiene pese al último “paquete de medidas”, es impostergable.
Los promedios anuales de los salarios reales del sector privado registrado, entre 2015 y 2019, muestran una caída del 13%. Luego, en el lapso 2019 a 2022, volvieron a caer un 3%. En total, un 15% en términos reales tomando promedios anuales. En la informalidad la situación empeora: los salarios informales cayeron 38,5% en el mismo lapso según datos del INDEC.
CUANDO SE IMPLEMENTÓ LA SUMA FIJA, FUNCIONÓ. En enero de 2020 el gobierno realizó una amplia convocatoria a un Consejo Económico y Social e impulsó el otorgamiento de sumas fijas que alcanzó a trabajadores del sector privado y a estatales, y sirvió de base para las negociaciones paritarias. Asimismo, las sumas fijas se extendieron a las jubilaciones con el fin explícito de mejorar la igualdad distributiva al interior del universo de jubilados. La pandemia cortó este proceso que no se retomó. Ya Néstor Kirchner había utilizado la suma fija en 2003 y 2004, en un contexto de una capacidad de negociación de los sindicatos muy baja; y esos aumentos sirvieron luego de base de sustentación de las negociaciones paritarias.
ANTECEDENTES INMEDIATOS. Hay casos donde la capacidad de negociación sindical incluye sumas fijas como parte de los acuerdos. Es el caso de los gremios ferroviarios, que cerraron un acuerdo paritario con un aumento cuatrimestral del 37%, más una suma fija por única vez del 11,2%.
Recordemos que estamos ante un fenómeno muy raro, que es el de trabajadores formales empobrecidos. El salario formal privado promedio quedó $40.000 pesos por sobre la canasta básica total (pobreza) actualizada en abril por el Indec, de un hogar de 4 miembros; mientras que la mediana, la medida que divide en dos el universo salarial privado registrado, se ubica $40.000 por debajo. Lo que podría servir de parámetro para cuantificar la suma.
¿Qué espera el gobierno para implementarla? Los números demuestran que no son suficientes las paritarias. Además estamos en un año electoral clave, donde el enojo de esos trabajadores empobrecidos puede reflejarse en opciones reaccionarias. No hay respuesta negativa razonable. Por eso ¡Suma fija ya!
Ya Néstor Kirchner había utilizado la suma fija en 2003 y 2004, en un contexto de una capacidad de negociación de los sindicatos muy baja. Esos aumentos sirvieron luego de base de sustentación de las negociaciones paritarias.