NIVELES DE HAMBRE Y MISERIA SIN PRECENDENTES

El neoliberalismo es un crimen

La caída de cinco puntos del PBI, una inflación desbocada, un dolar a mil quinientos pesos, jubilados empobrecidos, despidos en masa, destrucción del poder adquisitivo para la clase obrera, nula actividad económica, la producción industrial paralizada, desfinanciamiento educativo, un 60 por ciento de pobreza, el consumo de carne más bajo de la historia, endeudamiento externo exorbitante, envios de lingotes de oro a Inglaterra sin explicaciones, venta del patrimonio nacional (inmuebles y terrenos) y todo esto sin sufrir ningún conflicto bélico, pandemia, bloqueo económico ni sanción internacional. Este desastre es consecuencia exclusiva de las políticas económicas de Javier Milei y la casta que representa. 

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en lo que va de 2024, el 70% de las niñas y niños vive en situación de pobreza y el 30% bajo la pobreza extrema. Más de un 1.500.000 de niñas y niños se van a dormir sin cenar en la Argentina. En un país que, como se jactan las representaciones patronales rurales, posee capacidad de producir lo suficiente para alimentar a 500 millones de personas, pero que no le garantiza ni provee alimentos -a menos del 4% de esa cifra- de quienes que habitan nuestro suelo y padecen hambre.

Crece la violencia social y familiar, los problemas de salud mental están aumentando entre las infancias y jóvenes. En la Argentina se suicidaron 383 adolescentes en el año 2020, el 90% de entre 15 y 19 años. En este grupo, el suicidio representó la principal causa externa de muerte (30%), y lamentablemente ese año se discontinuaron dichas estadísticas. 

La pobreza entre adultos mayores se ha incrementado, alcanzando actualmente (según el Barómetro Social de la UCA) a más de un millón de personas, mientras que la indigencia alcanza a más de ciento cincuenta mil. Cuando se suman las situaciones críticas de vulneración de los diferentes conjuntos identificados más arriba, puede llegar a dimensionarse la tremenda realidad social argentina. 

Cómo llegamos al presente estado de situación. Al respecto hay que considerar que no fue debido a catástrofes, guerras o calamidades naturales, sino que la misma es resultante de la creciente primarización de la economía del país por parte de dirigentes que se subordinaron a los intereses de grandes grupos económicos internacionales aliados a la burguesía local desnacionalizada, que tiene como forma de enriquecerse extraer del territorio nacional todos los recursos para monetizarlos de la manera más rápida y fugarlo al extranjero. La destrucción de puestos de trabajo en los últimos 8 meses supera los 350.000 en el sector del empleo formal (público y privado), que ilustra sobre el impacto mayor adicional que sufrió la desocupación en los sectores informales o informalizados.

El país se encuentra actualmente en crisis, con un gobierno agresivo que no deja de maltratar a quienes piensan distinto, sea oposición o parte de su propio espacio político. La violencia inoculada desde el ejercito de trolls libertario contra personalidades públicas, artistas, periodistas, dirigentes y todo aquel que se corra un milímetro del fundamentalismo liberal profesado por el presidente, están generando un territorio fértil para todo tipo de aventura antidemocrática. Estamos en peligro como sociedad, la respuesta está, como siempre, en el grado de organización y movilización que tenga el pueblo para defender la Patria y sus instituciones democráticas.