A CONTRAMANO
Está en juego nuestra Nación
En el arranque de su intervención ante la XVI Cumbre de los BRICS realizada recientemente en Kazán, Rusia, el camarada Xi Jinping señaló: “A medida que el mundo se adentra en un nuevo periodo definido por las turbulencias y la transformación, nos enfrentamos a decisiones cruciales que darán forma a nuestro futuro. ¿Debemos dejar que el mundo descienda al abismo del desorden y el caos, o debemos esforzarnos por reconducirlo por la senda de la paz y el desarrollo? Esto me recuerda una novela de Nikolay Chernyshevsky titulada ¿Qué hacer? La determinación inquebrantable y el impulso apasionado del protagonista son exactamente el tipo de fuerza de voluntad que necesitamos hoy en día. Cuanto más tumultuosos se vuelven nuestros tiempos, más debemos mantenernos firmes en la vanguardia, exhibiendo tenacidad, demostrando la audacia de ser pioneros y haciendo gala de la sabiduría necesaria para adaptarnos”. En consecuencia, los BRICS avanzan en lineamientos realmente estratégicos. En primer lugar: la desdolarización del comercio entre los países que componen el bloque, que hoy representa el 37% de la fuerza económica mundial. Rusia, India y China ya realizan transacciones en sus respectivas monedas. Por otro lado, la creación de un sistema financiero alternativo al SWIFT, hoy hegemónico en los movimientos bancarios a nivel global. Ya lo están haciendo, no se trata de una declaración de buenas intenciones. Hoy son los BRICS además (China, Rusia e Irán fundamentalmente) quienes evitan una escalada nuclear en Medio Oriente, que pondría en riesgo a todo el planeta tierra. El Estado sionista de Israel busca involucrar hoy a los Estados Unidos directamente en su cruzada genocida, antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Lo mismo busca Ucrania en su conflicto con Rusia. ¿Qué pasaría si Irán respondiera proporcionalmente a las provocaciones de Israel? ¿O Rusia, ante las crecientes intromisiones terrestres en su frontera? Responden, pero con tenacidad, audacia y sabiduría, como orienta el líder comunista chino, aplicando el mismo criterio frente a las trapisondas de los yanquis lanzadas desde Taiwán.
Afuera de los BRICS, y en un contexto regional que tiende a afirmarse hacia la izquierda (ver elecciones en Uruguay) Milei pisa el acelerador en la medida que se acorta la mecha política y social. Va por los trenes, por nuestra línea aérea de bandera, por fabricaciones militares, nuestro sistema científico-técnico, por áreas sensibles del Estado (AFIP por ejemplo) y hasta deja en manos extranjeras la impresión de nuestros billetes al interrumpir el funcionamiento de la Casa de la Moneda. Un proceso objetivo de desnacionalización y transnacionalización de nuestra economía, tal como definieron los comunistas cubanos a este fenómeno en la década del 90. La borrachera financiera que celebran los mercados por estas horas (dólar bajo, caída del riesgo país, bonos en alza, etc) esconde una enorme transferencia de recursos vía fuga, bicicleta financiera o carry trade, según expresión técnica. Las grandes empresas que cotizan en Bolsa (Techint, Bulgheroni, Mindlin, Caputo, Eurnekian, por citar unos pocos) son los ganadores excluyentes, los que le pusieron el banquito a Milei para que llegue a la presidencia. Mientras, en el primer trimestre de 2024 se perdieron 655.000 puestos de trabajo, especialmente en sectores con contratos laborales precarios, y 100.000 en el ámbito formal (CIFRA-CTA). La caída de la economía real es colosal, también la de los ingresos de los asalariados. La actividad industrial enlazó 15 meses consecutivos en negativo tras caer un 7,4% en agosto. Un auténtico industricidio. Con los salarios planchados, en el mes de octubre la canasta básica de alimentos que se prevee para octubre casi duplicará la del mes anterior. No hay plata, no obstante los intereses fantasmas que se pagan por Lecap sumaron 3 billones de pesos en septiembre. Toto Caputo y Federico Sturzenegger son los popes del gabinete económico. No puede fallar.
Frente al genocidio social, se multiplican las luchas. Al cierre de esta edición se lleva adelante un paro general en el área del transporte de fuerte impacto. La iniciativa de la comunidad universitaria no se detiene y ya se prepara una gran marcha federal para los últimos meses del año. Los estatales agrupados en la ATE impulsan paros y movilizaciones frente al desguace de resortes estratégicos del Estado nacional. En la década del 90, el compañero Jorge Pereyra hablaba de la necesidad de un centro coordinador de las luchas para golpear unificadamente las políticas de saqueo. Hoy vuelve a imponerse el mismo criterio. Paulatinamente se masifican los conflictos, a pesar de las prácticas burocráticas y entreguistas de una parte del sindicalismo argentino. Tenemos que salir a buscar aquellos que se incorporan a la lucha social, todavía dispersa, y darle un cauce político, una expectativa electoral y un programa de transformaciones. Como señalamos al principio de este editorial, el contexto mundial y latinoamericano es de avance y de profundización de la lucha de clases. A la defensiva está el imperialismo norteamericano y sus fuerzas aliadas. Los comunistas tenemos que razonar cómo aplicar la línea del Partido en cada lugar, en cada situación concreta; en definitiva, estar en la calle, en cada conflicto y acumular en función de un torrente más general. Unidad popular y unidad de aquellos que estamos dispuestos a impulsar los cambios de fondo en nuestra Patria sigue siendo una orientación de hierro. Ubicar al enemigo principal y establecer la política de alianzas más amplia posible para derrotarlo es parte también de nuestro método de análisis, absolutamente vigente. En este camino, es con Cristina y con Axel Kicillof, referentes indiscutidos del campo nacional y popular en la coyuntura actual de nuestro país. No puede haber contradicción en esto, el resto es metafísica.