GANÓ EL FRENTE AMPLIO

A dar vuelta el tiempo como la taba

Uruguay es uno de los países con una pobreza infantil de las más altas de Latinoamérica. Hay 150 mil niños, jóvenes y adolescentes en situación de pobreza (un 20 por ciento según datos oficiales). Cuando el Frente Amplio llegó al poder en 2005 había 40 por ciento de pobres, y la redujo al 9 por ciento. Lacalle Pou desmanteló el acceso universal a la salud y un sistema de calidad, así como bajó la inversión en educación. Se suman los casos resonantes de corrupción ligados al narcotráfico y la problemática de la inseguridad que se ha acelerado en paralelo al deterioro de los indicadores sociales. 

Bocinazos y gritos de euforia estallaron en la capital Montevideo, bastión del Frente Amplio en el país, al conocerse las proyecciones que atribuyeron la victoria a Orsi. Finalmente, poco después de la media noche y con el 100% de los circuitos escrutados, se confirmó que la fórmula del Frente Amplio había conseguido la victoria con 1.196.603 votos, mientras que la del oficialista Partido Nacional logró 1.101.185 votos.

Si bien la votación de octubre no alcanzó para la victoria en primera vuelta, cambió la correlación de fuerzas en el Parlamento, donde hoy tiene mayoría la llamada Coalición Republicana. El Frente Amplio consiguió la mayoría en el Senado y 48 de las 99 bancas de diputados, lo cual indica la necesidad de negociar para conciliar leyes en la Cámara Baja.

El FA además fue la opción más votada en 10 de los 19 departamentos del país, un hecho inédito. En octubre, la suma de votos de los partidos de la coalición gubernamental superó unos cuatro puntos porcentuales al FA. Esta cifra se dio vuelta en el balotaje. El Frente Amplio creció con relación a 2019 en un número importante de votos y volvió a crecer con respecto a 2019 en el balotaje. Fue la única fuerza política que ha crecido en este período en forma sustancial en todo el país.

El triunfo electoral del Frente Amplio abre la puerta a una nueva etapa de expansión de derechos en Uruguay. Orsi expresó con claridad que el Frente Amplio propone lograr un crecimiento económico sin dejar a nadie atrás. Para lo cual se comprometió a garantizar aumento de los salarios, en particular lo más relegados (inferiores a $25.000); el incremento de las becas estudiantiles e incorporar a las y los docentes a los cambios en la educación; la atención a la pobreza, a la pobreza infantil en particular, como una emergencia; el compromiso con una política de salud y de vivienda que responda a las urgencias. Asimismo, aseguró que tendría una política que diera respuesta a una porción importante del electorado que votó por el SÍ en el plebiscito de la seguridad social (cerca de un millón) con el aumento de las jubilaciones mínimas (en etapas), recuperando la política del Frente Amplio que el gobierno de derecha cortó, y también el derecho a jubilarse a los 60 años.

En seguridad ocurrió algo parecido, planteó soluciones concretas e inmediatas, como incorporar 2.000 policías más, retomar el despliegue del PADO (Programa de Alta Dedicación Operativa puesto en marcha en 2016), pero también combatir el lavado de activos para enfrentar el creciente peso del narcotráfico y atacar las causas de la violencia.

Con 20 años de experiencia política, Orsi hizo hincapié en su promesa de gobernar con una izquierda renovada, centrada en la redistribución de los ingresos para impulsar el crecimiento económico. Asimismo, propone incentivos para revitalizar las actividades esenciales del país, como la agropecuaria, la industria, el turismo y los pequeños negocios.

El Frente tiene el desafío de cumplir sus promesas de impulsar el crecimiento económico y atacar la desigualdad, retomar la senda de una sociedad más integrada. Tiene además una gran relevancia para la región.