FALSA ESTABILIDAD

Economía real vs. timba financiera

Las declaraciones del gobierno sobre el rumbo económico son una fábula. Los últimos números del estimador mensual muestran una caída de la economía en septiembre: bajó un 0,3% respecto a agosto, y el acumulado interanual registra una contracción del 3,6% del PBI. Analizando sector por sector, casi todos los rubros retrocedieron, salvo los sectores primarios. Los datos positivos de julio y agosto, que Milei utiliza para argumentar un supuesto repunte económico, se deben únicamente a un arrastre estadístico impulsado por el sector agropecuario. Este sector, tras la sequía del año pasado, mostró un crecimiento extraordinario en esos meses. El ministro Caputo, aferrado a su ficción, está desesperado por sostener expectativas positivas para evitar una corrida hacia los dólares paralelos que podrían forzar una devaluación. Los números cuentan la historia real: caídas históricas en la industria, el comercio, el consumo y más, con una recesión que se profundiza. No hubo crecimiento en “V” ni en forma de pipa, como algunos auguraban. Seguimos en el fondo de una “L”, con leves repuntes ocasionales en sectores primarios, alternados con meses de caída o estancamiento.

Inflación en dólares

El gobierno presume de su “éxito” al bajar la inflación, pero esto es otra fábula insostenible. La baja solo parece importante en comparación con los primeros meses de gestión, cuando la devaluación de diciembre disparó la inflación a récords históricos. Comparado con años previos, la reducción no es realmente notable. Además, esta reducción momentánea se logró a costa de una brutal recesión, con caídas históricas en el consumo de la clase trabajadora y la clase media. Sectores medios que antes podían ahorrar o comprar dólares hoy no llegan a cubrir gastos básicos como servicios, supermercado, alquiler y medicamentos. A esto se suma la intervención del gobierno para mantener un tipo de cambio atrasado (crawling peg del 2% mensual) lo que limita de momento los márgenes para subir precios. Sin embargo, la inflación en dólares cerrará el año en torno al 110%, lo que significa que hoy se necesitan más del doble de dólares para comprar el mismo producto que hace un año. Los precios en moneda dura de bienes básicos en Argentina son ahora mucho más altos que en el resto de la región, en algunos casos hasta el doble o el triple. Lo vemos en las caídas estrepitosas de turismo internacional hacia el país, la caída de rentabilidad de la economía y la caída de la inversión sobre PBI. Esto evidencia que este gobierno está dilapidando los ahorros que los trabajadores, e incluso sectores empresariales nacionales, acumularon durante el kirchnerismo. Millones de argentinos están quemando sus reservas para llegar a fin de mes. Si el tipo de cambio continúa atrasandose y no se implementa un plan de desarrollo productivo, la industria argentina podría enfrentarse a un quebranto total en el mediano plazo.

Un modelo Insostenible

En este modelo neoliberal, además de algún sector primarizado, lo único que crece es la especulación, hoy bajo el nombre de “carry trade” o bicicleta financiera. Todo este andamiaje que pretende convertir a nuestra Patria en una colonia del imperialismo, solo se puede sostener manteniendo el consumo masivo paralizado e interviniendo aún más en el mercado cambiario mediante más deuda externa. Como siempre, los recursos naturales son la garantía, como lo demuestra la reciente entrega de nuestras reservas de oro a Londres. La pregunta es ¿quiénes se benefician de este saqueo? Son los mismos grupos económicos concentrados y transnacionalizados que dominan desde la última dictadura militar: empresarios, en su mayoría nucleados en AEA, cuyas fortunas diversificadas y especulativas permanecen intactas, incluso a costa de la caída de la producción nacional. Entre ellos se encuentran Paolo Rocca (Techint), Héctor Magnetto (Grupo Clarín), Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó), Luis Pagani (Arcor), Carlos Miguens (Patagonia Gold), Alfredo Coto, Cristiano Ratazzi (Grupo Modena), Federico Braun (La Anónima) y Luis Pérez Companc, por nombrar algunos.

Desde el campo nacional y popular debemos salir a dar el debate en las calles y esclarecer a una parte de nuestro pueblo que, aunque hoy más pobre, se siente esperanzado con este gobierno. Este modelo neoliberal ya lo vivimos en varias oportunidades y siempre estalló por los aires, incluso con inflación cero, como fue el gobierno de De la Rúa durante la crisis del 2001. El pueblo argentino, encabezado por sus trabajadores pero también integrado por las pymes y una parte de la alicaída burguesía nacional, solo podrá lograr nuevas y mejores conquistas bajo un modelo de industrialización robusto, insertado en el nuevo mundo multipolar, con China socialista a la cabeza, y construir un nuevo empresariado que sirva de base para reemplazar a la casta oligárquica que actualmente sostiene y financia el saqueo encabezado por Milei.

 

Economía real sin repunte

(Últimos datos del EMAE de septiembre)

Caída mensual del PBI: -0,3%

Caída interanual del PBI: -3,6%

Por sector (interanual)

  • Comercio general: -8,3%
  • Venta en supermercados: -12,8%
  • Industria manufacturera: -6,2%
  • Pesca: -25%
  • Construcción: -16%
  • Hoteles y restaurantes: -5,9%
  • Electricidad, gas y agua: -4,2%
  • Petróleo, gas y minería: +7,6%
  • Sector Agropecuario: +3,1%

Más timba y menos inversión

Mientras la economía real cruje, “los mercados” están exultantes con tasas de interés positivas en dólares y con una leve caída del riesgo país que augura nueva toma de deuda externa. El “exitoso” blanqueo de casi 24 mil millones de dólares no se podría entender si no fuera por este esquema especulativo del “carry trade” -o bicicleta financiera- en el que estamos insertos. Los dólares ingresan al sistema y se “invierten” en instrumentos en pesos que ofrecen alta rentabilidad (plazos fijos, por ejemplo, a un 35% anual con el dólar prácticamente planchado) para luego, con esas ganancias, comprar más dólares o seguir especulando. Nada de eso va hacia inversión productiva. Esto ayuda a proporcionar una baja de la inflación transitoria ya que seca la plaza de pesos y fomenta la venta de dólares, pero refuerza a la vez el deterioro del tipo de cambio real y potencia la probabilidad de una salida explosiva ante una corrida cambiaria. Mientras tanto, las ganancias en moneda dura son fabulosas siempre y cuando el especulador (“inversor”) sepa cuándo retirarse. Las tasas de inversión real a la baja con Milei demuestran que estos movimientos multimillonarios no ingresan al circuito productivo.

Inversión real promedio por presidente

  • Javier Milei: 13,5% del PBI
    (apenas por arriba del año de pandemia)
  • Mauricio Macri: 14,3% del PBI
  • Alberto Fernández: 14,9% del PBI
  • Cristina Kirchner 1: 17,1% del PBI
  • Cristina Kirchner 2: 15,9% del PBI
  • Néstor Kirchner: 17,8% del PBI