24 DE MARZO
El Golpe y la deuda
Por Rodolfo G. Módena
Este 24 de marzo se cumplen 46 años del golpe de Estado cívico-militar de 1976 y la instalación de la dictadura genocida en nuestra Patria. Huelga relatar todo el horror que sembró el Terrorismo de Estado porque está presente, cotidianamente en la memoria del campo nacional y popular.
En 1983, con la recuperación de la democracia, todos, o casi todos, dijimos “NUNCA MÁS” a los golpes de Estado, “NUNCA MÁS” a las dictaduras, “NUNCA MÁS” al Terrorismo de Estado, pero faltó decir “NUNCA MÁS” a la verdadera y profunda causa de aquella tragedia, de aquellos crímenes de Lesa Humanidad. Y esa causa no era otra que garantizar los intereses de los monopolios transnacionales, la oligarquía nativa, el imperialismo norteamericano y el Fondo Monetario Internacional.
Los comunistas comenzamos, entonces, a levantar las consignas de “NO AL FMI”, “FMI O PUEBLO”, “NO A LA DEUDA EXTERNA”, “PATRIA O FONDO MONETARIO”, etc., consignas que expresaban, circunstanciadamente, la consigna madre de nuestro programa y línea política: “LIBERACIÓN O DEPENDENCIA”.
El endeudamiento y la desnacionalización de la economía argentina fueron instrumento y objetivo -dictadura y genocidio mediante- para profundizar la pérdida de soberanía nacional y la dependencia del imperialismo. La deuda externa durante la dictadura cívico-militar había pasado de 7 mil millones de dólares a 45 mil millones.
En 1983, el gobierno de Raúl Alfonsín, con Bernardo Grinspun como ministro de Economía, intentó hacerle frente a la oligarquía, a Estados Unidos gobernado por Ronald Reagan y al FMI por la crisis de deuda externa heredada. Se intentó conformar un “Club de Deudores” latinoamericanos con el Consenso de Cartagena, pero la presión de los acreedores, el FMI y los Estados Unidos, sumado a la falta de voluntad política de los gobiernos de entonces, hizo fracasar la iniciativa. Bernardo Grinspun renunció en 1985, y a partir de entonces el gobierno de Alfonsín claudicó y todos los gobiernos democráticamente electos con posterioridad (hasta el 2003) no hicieron más que profundizar la misma política económica antinacional y antipopular que había venido a imponerse con Martínez de Hoz y la dictadura del 76.
Durante la segunda Década Infame del gobierno de Carlos Menem, con Domingo Cavallo como Ministro de Economía, se llegó al paroxismo de la dependencia, el endeudamiento externo, la liquidación de la industria nacional y el desguace del Estado con la brutal entrega de sus empresas y recursos estratégicos para la soberanía nacional. El territorio mismo fue presa de la extranjerización más aberrante.
El gobierno del radical Fernando De la Rúa, también con Domingo Cavallo de Ministro de Economía, fue claramente continuista. El sobreendeudamiento externo y virtual gobierno del FMI, desocupación calamitosa, pobreza y marginación social extremas condujeron a la crisis del 2001, el estallido social del 19 y 20 de diciembre, la fuga en helicóptero, desgobierno, varios presidentes interinos en pocos días y el país -sin exagerar- al borde de su disolución nacional.
Duhalde intentó estabilizar el barco, pero su responsabilidad en la sangrienta represión al movimiento popular con la Masacre de Avellaneda del 26 de junio de 2002, terminó por echarlo por la borda y buscar el bote salvavidas de una salida apresurada, convocando a elecciones para el 27 de abril de 2003.
El 25 de mayo de 2003, el compañero Néstor Kirchner -y los dos mandatos de Cristina- tomó el toro por las astas y en un giro copernicano puso a la Argentina de pie. Priorizó las necesidades populares de trabajo, salud, educación, vivienda y salario por sobre la inflación, recuperó el mercado interno, Aerolíneas Argentinas, los ferrocarriles, YPF, etc., pero además tomó la decisión patriótica del desendeudamiento externo con una quita extraordinaria y nos desembarazó de la tutela del FMI.
El triunfo de Macri en 2015 significó un retroceso significativo a las políticas neoliberales y, otra vez, el escandaloso endeudamiento externo y la sumisión a los dictados del Fondo Monetario.
El gobierno del Frente de Todos recibió una pesada carga con la deuda macrista a la que se sumó la pandemia que sí se abordó excelentemente. Sin embargo, como el Partido dijo en NP nº374 (03/03/2022): Según el presidente, el actual acuerdo es “el mejor acuerdo que se puede tener”. No compartimos su planteo. Si bien los plazos de pago se incrementan de 4 a 10 años (con otros cuatro de gracia) saldaríamos la deuda en el año 2034 pero con el organismo metido en nuestro Banco Central imponiendo decisiones económicas. El presidente niega que habrá un ajuste, un tarifazo y una reforma laboral o previsional (como suele reclamar el FMI); la realidad es que en la práctica vamos a estar atados a sus imposiciones, además de haber legitimado el acuerdo criminal entre el organismo y el gobierno de Macri.
Esta cuestión vuelve a ser una asignatura pendiente, por lo que, este 24 de marzo decimos con fuerza y convicción: “PATRIA O FONDO MONETARIO”, “FMI NUNCA MÁS”.