LO QUE DEJÓ OBAMA

Un revival escalofriante

La presencia de Obama fue tratada en los medios hegemónicos a partir de sus puntos más burdos y banales, soslayando el análisis de los “acuerdos” bilaterales. El rol del imperialismo en el golpe genocida del ’76 y la cínica respuesta del Nobel de la Paz.

Ya se siente el retorno de las “relaciones carnales”. La visita de Barack Obama a nuestro país fue tratada por los formadores de la agenda mediática como la bendición del “hermano mayor” al gobierno de Macri en sus primeros 100 días de gobierno. Las trivialidades de las reuniones bilaterales fueron ventiladas por el mismo macrismo y difundidas por la prensa oficial. Mientras eso sucedía, el gobierno escondía los acuerdos discutidos con la administración Obama. No obstante esto, la propia Casa Blanca dio a conocer algunas pinceladas, todas con tintes represivos.

•Acuerdo para combatir delitos graves: el Pentágono invitó a la Argentina a participar en un programa de cooperación, y el Comando Sur intercambiará información con el Ministerio de Seguridad argentino. Se borronean los límites entre la seguridad interior y la defensa nacional, concepción rechazada a lo largo de 33 años de democracia.

•Se acordó también una declaración conjunta de cancilleres en apoyo de la OEA, que es objetivamente un ninguneo a UNASUR y CELAC.

•Argentina se compromete a recibir un número significativo de refugiados de las zonas bombardeadas en Siria. Los yanquis y sus aliados bombardean y saquean Medio Oriente, nosotros recibimos a las víctimas.

•Funcionarios argentinos recibirán capacitación de la DEA y el FBI, grandes responsables del crecimiento del narcotráfico y la criminalización de sectores marginados en América Latina.

•El FBI también ayudará a montar una red de “Centros de Fusión de Inteligencia” en nuestro país. En esos Centros, creados luego de los ataques del 9-11 por el Ministerio de Seguridad Nacional yanqui, comparten información la CIA y la SNA con el FBI, las Fuerzas Armadas y el gobierno.

•En mayo, el Pentágono realizará el primer encuentro de trabajo con las Fuerzas Armadas argentinas desde 2009. El gobierno de CFK había cancelado estos intercambios durante la gestión en Defensa de Nilda Garré.

De la tan anunciada lluvia de inversiones se habló poco o nada. Mantienen sí en secreto las conversaciones respecto a un TLC, en particular para no anticipar una reacción del MERCOSUR. Obama respaldó el ajuste del nuevo gobierno y sus efectos de pobreza, desempleo y recesión. “A veces el dolor del corto plazo y el tener que tomar sanciones decisivas en una etapa tan temprana es lo más oportuno, en lugar de dejar las cosas para mañana”, declaró Obama, en una justificación del shock neoliberal que muestra el cinismo más descarnado del imperialismo.

Ni siquiera un pedido de disculpas por parte de los EE.UU. respecto a su participación activa en el Golpe cívico-militar que en estos días cumplió 40 años. Obama evitó reconocer la responsabilidad estadounidense y amagó con justificar abiertamente la represión ilegal, explicando que se dio en el contexto de la “lucha contra el comunismo”, argumento de las dictaduras de entonces para avanzar con los secuestros, asesinatos y desapariciones de sectores obreros y populares. El tiempo de las relaciones carnales está de vuelta. El de organizarnos para frenar este penoso revival también.