80 AÑOS DEL INICIO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Las dos Españas

Por Rodolfo G. Módena

Entre el 17 y 18 de julio de 1936, se perpetró la sublevación militar fascista que dio inicio a la trágica Guerra Civil Española, de la que se cumplieron 80 años.

En las elecciones generales de 16 de febrero de ese año había triunfado el Frente Popular, formando gobierno con más del 60% de los diputados electos.

La ultraderecha avanzaba en Europa, con Mussolini afirmado en Italia (desde 1922), la dictadura de Salazar en Portugal (1932), el triunfo de Hitler en Alemania (1933) y varios gobiernos de parecido signo en otros países.

Entonces, el VII Congreso de la Internacional Comunista (1935), a instancias del búlgaro Jorge Dimitrov, lanzó la línea política del Frente Popular para unir a las fuerzas democráticas y populares contra la amenaza negra del nazi-fascismo.

Tal línea demostró su viabilidad y éxito en aquellas elecciones españolas. Pero había que destruir el “mal ejemplo” en la cuna: el fascismo contraatacó y España iría a convertirse en el principal campo de batalla de la gran conflagración mundial en ciernes.

La neutralidad cómplice de las “potencias democráticas” (Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos), con su política de “no intervención”, facilitó la efectiva intervención militar de Portugal, Italia y Alemania en apoyo de Franco y su banda falangista alzada contra la democracia.

La República y el heroico proletariado español solo contarían con el trabajoso respaldo en armas y suministros de la lejana Unión Soviética y la combatividad de las gloriosas Brigadas Internacionales impulsadas por la Tercera Internacional y sus Partidos Comunistas.

Los falangistas contaron con fuerte apoyatura naval y terrestre italiana (decenas de buques de guerra y submarinos bloqueando el Mediterráneo y 50.000 efectivos fascistas), además de la Legión Cóndor nazi (con la que la Luftwaffe haría el bautismo de fuego de sus modernos cazas y bombarderos sobre posiciones republicanas y ciudades indefensas, el transporte de tropas, artillería y sus tanques Panzer), contando con el inestimable sostén logístico y de retaguardia del vecino Portugal salazarista.

Las condiciones objetivas del contexto político y militar no podían ser más desfavorables para la República. Acaso las que le hicieran decir al tan amado poeta comunista andaluz Rafael Alberti, en su Nocturno de 1937: “Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, / lo desgraciado y muerto que tiene una garganta / cuando desde el abismo de su idioma quisiera / gritar lo que no puede por imposible, y calla. / Siento esta noche heridas de muerte las palabras”.

Sólo la bravura del pueblo conciente de España pudo resistir durante casi tres años el asedio fascista, librando memorables combates al grito de “¡No pasarán!” lanzado por “Pasionaria”, la inolvidable líder comunista Dolores Ibárruri.

La República fue derrotada el 1º de abril de 1939, pero su herencia heroica, su inmenso sacrificio y su épica y ética poéticas, se volvieron -para siempre- en inmortal arma moral del humanismo revolucionario internacional.

Sólo la bravura del pueblo conciente de España pudo resistir durante casi tres años el asedio fascista, librando memorables combates al grito de “¡No pasarán!”.