CIENCIA Y TECNOLOGÍA: Ajuste a la soberanía.
Van por una de las troncales para el crecimiento y desarrollo de nuestra Patria. Recorte de presupuesto, menos científicos y técnicos; quitarle el rol al MinCyT y vaciar el Conicet. La posibilidad de un nuevo éxodo. La organización de los trabajadores de la ciencia y su rol en torno a un proyecto político soberano.
El desmantelamiento del área de Ciencia y Tecnología, después de doce años de una política para el crecimiento y desarrollo de nuestro país, es sin lugar a dudas una de las medidas más determinantes del gobierno neoliberal de rostro macrista, en materia de reducción de recursos del Estado, para el regreso a una Argentina sin soberanía.
El año pasado se recortaron 3 mil millones de pesos del presupuesto. En el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), por ejemplo, se refleja en las vacantes de los investigadores (un 60 por ciento menos) para los próximos años y en los 500 científicos que fueron recomendados y pasaron todas las instancias de evaluación, pero a los que no les permitieron ingresar. Ahora pretenden reubicarlos en distintos puntos del país con roles diferentes a los que podrían ocupar dentro del Conicet, según el Plan de Ciencia e Innovación Tecnológica 2020 forjado durante el gobierno de Cristina después de la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MinCyT) como política estratégica. Detengámonos en estas dos cuestiones: según el Plan 2020, el presupuesto de inversión debía elevar de 3 a 4,6 investigadores cada 1000 personas que conforman la población económicamente activa; es decir, cada 1000 trabajadores. El objetivo era que en 2020 tuviéramos 20 mil trabajadores de la ciencia más que hoy, distribuidos en el Conicet, en la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conea), Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y en las universidades: 20mil trabajadores más en planta permanente.
Respecto del MinCyT, pretenden desjerarquizarlo convirtiéndolo de nuevo en una secretaría dependiente del Ministerio de Educación, quitándole así el lugar estratégico de la ciencia y la tecnología que acercó la actividad a la cotidianeidad de nuestro pueblo, la hizo más palpable, más visible. Además implicaría no concluir proyectos como el de Pampa Azul (estudios sobre el Mar Argentino, en el que están involucrados distintos ministerios bajo la coordinación del MinCyT), la creación de empresas mixtas como Y-TEC, el impulso de centros tecnológicos, la vinculación y articulación con universidades, todas cuestiones que se pensaron con un ministerio, un presupuesto y recursos humanos para llevar adelante una política de Estado acorde con un proyecto de país soberano. En voz de los trabajadores que se organizan, resisten y quieren evitar un nuevo éxodo: “La ciencia como generadora de recursos estratégicos para la producción de saberes y pensamientos, como producción de nuevas tecnologías”.
Si en el 2000 Domingo Cavallo mandó a los investigadores a “lavar los platos”, ahora Macri le dice que se transformen en emprendedores y creen empresas. Por un lado, pretenden dar por tierra la necesidad de las ciencias básicas (por ejemplo los procesos de investigación que están en función de combatir enfermedades), las ciencias sociales y de humanidades que dan cuenta del crecimiento de la pobreza o del fraude del sistema de voto electrónico que pretendieron implementar; por otro lado, y de forma privada, que se generen investigaciones de impacto económico. Pero en el contexto de destrucción de Pymes, del mercado interno, de un modelo agroexportador que no necesita de trabajo con valor agregado, de un proyecto de país con desocupados y excluidos, ¿a quién beneficiarían esas investigaciones?
En palabras de Roberto Salvarezza, segundo precandidato a diputado nacional por Unidad Ciudadana en la Provincia de Buenos Aires: “El futuro era otra Argentina, por eso los científicos estamos en un lugar destacado dentro de un espacio político. Tenemos que llevar el mensaje de que han cortado el proyecto de la Argentina del futuro. La ciencia y la tecnología son la punta del iceberg de la educación pública. La vamos a defender desde el Congreso”.
Si en el 2000 Domingo Cavallo mandó a los investigadores a “lavar los platos”, ahora Macri les dice que se transformen en “emprendedores y creen empresas”.