DECLARACIÓN POLÍTICA DEL PCCE
100 años de lucha: Un Partido para la liberación y el socialismo.
Este 6 de enero conmemoramos los 100 años de la fundación de nuestro querido Partido Comunista. A nuestro entender, uno de los acontecimientos más significativos de la historia de las luchas del Siglo XX. Generaciones enteras de comunistas dedicaron sus vidas al objetivo estratégico de la liberación nacional y social y el camino argentino al socialismo. Lo hicieron al calor de la construcción de un Partido que fue escuela de heroísmo, gran parte de cuya existencia (hoy centenaria) transcurrió en condiciones adversas, entre clandestinidad, persecución y proscripción.
El proceso fundacional estuvo precedido de varios años de intenso debate en las filas del Partido Socialista en torno a la actitud frente a la Primera Guerra Mundial interimperialista. Bajo el influjo del marxismo-leninismo, un grupo de jóvenes entre los que se destacaban Victorio Codovilla, Rodolfo Ghioldi y Luis Emilio Recabarren, se alzó contra la guerra y la traición de las dirigencias claudicantes de la II Internacional. El desenlace sería el Congreso del 6 de enero de 1918 en La Verdi del barrio porteño de La Boca, en el que se constituyó el Partido Socialista Internacional, nombre inicial de nuestro Partido, que adoptaría el nombre de Partido Comunista en 1921. El 12 de abril de ese mismo año nacía nuestra gloriosa Federación Juvenil Comunista (FJC), cuyo dirigente más emblemático, Jorge Calvo, fue asesinado en 1950 por bandas fascistas.
El nuevo partido atravesaría una década de fuerte lucha ideológica (se la denominó de “bolchevización”) en pos de asimilar el leninismo y una interpretación científica de la realidad argentina y latinoamericana. Fue en su VIII Congreso de 1928, cuando el Partido Comunista definió su primera caracterización de la estructura económico-social argentina como país capitalista dependiente con resabios feudales, así como el carácter de la revolución necesaria: democrática, antioligárquica y antiimperialista con vistas al socialismo.
En aquellos primeros años comenzaría a gestarse un atributo que resultaría esencial en la vida de nuestro Partido: el internacionalismo proletario. Primero con la solidaridad hacia la naciente Unión Soviética, agredida por 14 potencias extranjeras. Luego con Sandino en 1928, con la República Española, con el Ejército Rojo y el pueblo soviético durante la Segunda Guerra Mundial, con el heroico pueblo de Vietnam, con la Revolución Cubana, contra el envío de tropas a Corea, en Santo Domingo contra la invasión, con la Revolución Sandinista, con el FMLN salvadoreño, por mencionar sólo algunas de las imborrables experiencias que son motivo de orgullo y marca fundamental de nuestra identidad. El ejercicio consecuente del internacionalismo también se expresó hacia el conjunto de los Partidos Comunistas hermanos, fundamentalmente de América Latina.
El enfoque de clase de los comunistas constituyó un aporte al movimiento sindical argentino: fundamos gremios principales de la historia del movimiento obrero. Es el caso de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Asociación Obrera Textil, el Sindicato de la Carne, el de la Construcción, de los madereros, entre otros. Logramos dirigir una de las centrales de trabajadores que sería parte constitutiva de la CGT. Destacados dirigentes sindicales integraron nuestras filas, hombres y mujeres, siempre respetados por su combatividad, sacrificio y disposición a poner el cuerpo. En democracia o en dictadura.
En octubre de 1946 (6 meses después de la asunción del General Perón) se realiza el XI Congreso del Partido Comunista, que en las elecciones de febrero había participado en los marcos de la Unión Democrática. Bajo el impulso fundamental de Victorio Codovilla, se llama a analizar el nuevo escenario político, y en particular a trabajar por las reivindicaciones comunes junto a las masas peronistas. El Partido resuelve respaldar el Primer Plan Quinquenal y la primera Campaña contra la Carestía de la Vida. Se inicia allí un camino, una práctica política que es parte esencial de la línea histórica de nuestro Partido. Comunistas y peronistas confluiríamos en los movimientos de masas, en las mismas luchas y en las mismas cárceles. Cuando el golpe del ’55 contra Perón, una parte importante del Partido se movilizó hasta las puertas de la CGT a pedir armas para defender al gobierno constitucional. En aquellas circunstancias es asesinado y desaparecido en Rosario el destacado dirigente comunista Juan Ingallinella.
En tiempos de la resistencia a la “Fusiladora”, el camarada Codovilla insiste con la línea de la unidad frentista con el peronismo. En marzo de 1962, el Partido decide apoyar las listas de Unidad Popular encabezadas por Andrés Framini, que arrasa en la provincia de Buenos Aires. En julio del mismo año, el camarada Victorio presenta su informe al CC denominado “Significado del ‘giro a la izquierda’ del peronismo”. Este enfoque abriría el camino al XII Congreso del PC (1963) en el que Codovilla plantea la necesidad de un Partido Único de la Revolución conformado por peronistas, comunistas y los socialistas de izquierda de entonces. En ese marco se convoca a construir comandos unitarios entre comunistas y peronistas. “Omisiones” que la historia oficial se ocupó de ocultar cuidadosamente.
Bajo este influjo es que despunta nuestro querido Jorge Pereyra, por entonces dirigente de la Fede, que juega un rol fundamental en la reconstrucción de la juventud comunista luego de la escisión promovida por sectores maoístas en 1967. En 1974 Jorge es electo Secretario General de la FJC, y desde allí se impulsa la creación de centenares de coordinadoras de juventudes políticas en todo el país, con la JP y la Fede como principales protagonistas. Eran tiempos de las AAA y la última dictadura cívico – militar, donde cientos de nuestros militantes fueron encarcelados, torturados y desaparecidos.
El XVI Congreso de 1986 sería otro acontecimiento importante en la historia de nuestro Partido: un hecho político sin precedentes por su carácter autocrítico y el intento de reafirmación y proyección de la línea del frentismo de liberación.
A poco andar, sin embargo, la mayoría circunstancial encabezada por Patricio Echegaray en el Comité Central del Partido lo condujo a un proceso errático, con vaivenes a diestra y siniestra, entre el trotskismo y la socialdemocracia, con la línea confusa de la “unidad de la izquierda” que llevó al Partido al límite de su liquidación. Fue entonces que buena parte del Partido, con Jorge Pereyra al frente, propuso el debate de la línea y la defensa del Partido en un Congreso Extraordinario: la discusión era “unidad de la izquierda” o frentismo de liberación.
La respuesta fue de oídos sordos y expulsiones a mansalva, por lo que, agotadas las instancias orgánicas, relanzamos Nuestra Palabra en 1994 y convocamos al Congreso Extraordinario de 1996, donde dimos nacimiento al PCCE.
La crisis de 2001 nos encontró afirmados en el enfoque frentista, y el emerger de Néstor Kirchner nos tuvo entre los primeros en respaldarlo, concientes de que se abría una nueva perspectiva histórica para la Patria. Fue así que desde un principio adherimos al Frente para la Victoria y al kirchnerismo como manifestación de un nuevo movimiento histórico nacional llamado a superar falsas antinomias del pasado y abrir caminos nuevos de unidad popular para la liberación nacional y social.
Hoy, esta nueva etapa de resistencia al neoliberalismo, nos encuentra a los comunistas en Unidad Ciudadana, reconociendo el liderazgo y conducción de la compañera Cristina, construyendo unidad en todos los campos con los compañeros peronistas y de otras expresiones del campo popular. Siempre afirmando nuestra identidad histórica, nuestra ideología marxista-leninista y la línea del frentismo de liberación.
Es por eso que a 100 años de nuestra fundación, hoy y en las luchas por venir,los comunistas del PCCE nos reivindicamos como legítimos herederos del 6 de enero de 1918, de las mejores tradiciones del Partido Comunista de la Argentina, de Jorge Pereyra y de Victorio Codovilla.