SE HUNDE EL NEOLIBERALISMO
La esperanza del pueblo
La rápida implosión de la experiencia neoliberal en nuestro país obligó a los factores de poder locales (devenidos desde hace largas décadas en satélites del imperialismo norteamericano) a precipitar sus acciones dirigidas a impedir una salida política que represente los intereses del pueblo y la nación. No importa cómo, el objetivo de los yanquis es sacar a Cristina del juego, y hacerlo de forma definitiva. Cuando el enemigo se asusta, se vuelve más peligroso. La compañera es objeto por estas horas de una maniobra de persecución y saña que no registra antecedentes en nuestra historia reciente. ¿Hasta dónde están dispuestos a avanzar? La presencia de veneno entre sus ropas luego del allanamiento (mejor dicho golpe comando) contra su vivienda en Buenos Aires nos exime de interpretaciones subjetivas. Asistimos a un deterioro de la vida democrática y violación de los derechos constitucionales que no pueden ni deben naturalizarse en el sentido común de la sociedad. Hoy la lucha es por la Patria y es también por la defensa de la democracia.
El impacto de la crisis económica y social es demoledor y golpea a millones de compatriotas. Los niveles de empobrecimiento son dramáticos y aumentarán en el transcurso de los próximos meses. Los chicos se desmayan por hambre en las aulas, los jubilados penan por cubrir sus necesidades básicas y los laburantes ven como miles de fábricas bajan sus persianas por la caída de la actividad económica, el brutal ajuste tarifario y el aluvión de productos importados. Las familias se endeudan para pagar los servicios públicos, para sostener sus alquileres o solventar sus gastos corrientes, fundamentalmente de alimentación. Las universidades públicas resisten el ahogo presupuestario, las escuelas públicas crujen por la emergencia en infraestructura y los magros salarios docentes, y los científicos (muchos de ellos repatriados entre los años 2003-2015) vuelven a padecer la exclusión de una Argentina dependiente. El refuerzo de la vacuna contra la meningitis en los chicos de 11 de años implica una erogación anual de 1,5 millones de dólares. La bajaron del calendario oficial.
600 millones de dólares se subastaron sólo el pasado 28 de agosto para intentar contener la divisa norteamericana, que no obstante superó la barrera de los 32 pesos (la devaluación ya es del 60% en lo que va del año). Miles de millones de dólares se van mensualmente por el agujero de la especulación. Ya nadie se anima a proyectar la inflación para el año en curso, muy por encima del 30%. El gobierno nacional corrió a suplicar un nuevo auxilio de FMI, pero aun así está muy lejos de poder cubrir los 28 mil millones de dólares en papeles de deuda argentina que vencen en lo que resta de 2018. En tan sólo dos años y medio, nos situaron en las puertas de un default. ¿Quién le presta a un país al borde de la cesación de pagos? El mismísimo Macri viajará en las próximas semanas a los Estados Unidos para implorar al Tesoro norteamericano un nuevo préstamo.
Mientras dan vueltas buscando morderse la cola, crece el descontento social en todo el territorio nacional, miles de luchas irrumpen en torno a reivindicaciones concretas como respuesta al ajuste, con niveles de masividad inéditos como el que se expresó en la ciudad de La Plata luego de la salvaje represión de María Eugenia Vidal a los trabajadores de Astilleros Río Santiago.
Es difícil anticipar cuál va a ser el acontecimiento que desencadene un conflicto social de mayores proporciones. Condiciones sobran. No por nada el gobierno apresta a las fuerzas represivas (incluidas las Fuerzas Armadas) para militarizar las calles, aplastar la protesta y desmovilizar apelando al factor miedo. Pero un miedo inquietante embargó días atrás al campamento de la derecha. La extraordinaria intervención de Cristina en el Senado expuso una vez más la distancia sideral que existe entre la ex presidenta y el resto de la dirigencia política argentina. Aun con cuadernos, fotocopias, allanamientos, arrepentidos y cadena nacional sin interrupciones, la valoración social de CFK sigue creciendo mientras se desmorona la imagen de Macri y el gobierno nacional. Tanto que ni los propios se movilizan como otrora. Con el raiting en baja, el juez y asiduo visitante de la Embajada juega a todo o nada en el intento por proscribir al mayor liderazgo político del último medio siglo. Los yanquis están nerviosos, razón por la cual no podemos subestimarlos. Debemos estar preparados, en la calle se va a definir, una y otra vez, el destino inmediato de nuestra Patria.