El 18 de mayo amanecimos con el anuncio de Cristina de la que será nuestra fórmula presidencial para las próximas elecciones. Cuando todos aguardaban una definición sobre el filo del cierre de listas, CFK lo transmitió con un mes de anticipación. Todavía hay quienes no logran sobreponerse. En el video que publicó en las redes, la compañera argumenta con solidez el porqué de su decisión. Algunos de los trazos principales ya los había expuesto semanas antes durante su presentación en la Feria del Libro, en particular cuando se refirió a la necesidad de construir un nuevo contrato social.
El pasado 21 nuestro Partido emitió un comunicado con la posición política de los comunistas, cuyo fragmento citamos: “Desde el PCCE queremos expresar nuestro respaldo militante a la decisión de la compañera Cristina de impulsar la postulación de Alberto Fernández para la presidencia de la Nación, ocupando ella el lugar de la vicepresidencia. Tal como lo afirmara en numerosas oportunidades, Cristina iba a promover las acciones que fueran necesarias para aportar a la construcción de la unidad más amplia que nos permitiera derrotar al neoliberalismo. Lo hizo con claro sentido estratégico, ubicando las complejidades que atraviesan al Mundo, a América Latina y a la Argentina.
La realidad de nuestro país es dramática. Macri deja tierra arrasada, con una deuda externa colosal, crisis económica y social y millones de pobres y desocupados. Los grados de dependencia al FMI son neocoloniales y el nivel de injerencia de los Estados Unidos en las decisiones nacionales y latinoamericanas nos exige concebir la mayor amplitud para enfrentar a un enemigo principal todavía poderoso. Cristina nos convoca a construir un gran frente patriótico para triunfar en octubre y una coalición de gobierno más amplia aún para poder gobernar. El desafío es el de la reconstrucción nacional. Por eso creemos que la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner expresa políticamente los enormes objetivos que tenemos por delante en las actuales condiciones de nuestro país.”
Si ya existía cierta zozobra en los varios campamentos de la derecha, la novedad terminó provocando un verdadero desparramo. Macri ratifica su candidatura por lo menos una vez al día; los radicales no salen de Cambiemos pero quieren cambiar de nombre, también de candidato y sumar a la parte del peronismo afín; el peronismo afín (Alternativa Federal) aisló a Lavagna y confirmó la realización de internas, por ahora; Massa negocia con unos y con otros, con un margen cada vez más angosto; Vidal no quiere ser la vice de Macri, resiste pero no el ‘Plan V’ y pergeña la posibilidad de ir como una suerte de colectora de Macri y Massa en la provincia de Buenos Aires. Mientras más se enroscaba el culebrón, Cristina sorprendió nuevamente: Axel Kicillof y Verónica Magario encabezarán la fórmula para gobernador y vice en territorio bonaerense.
Nos esperan semanas álgidas. Más allá de la aparente confusión que embarga a aquellos a los que confrontamos, lo cierto es que detrás están los yanquis, por lo tanto nada está dicho definitivamente. En Merlo, ante una enorme marea humana, Cristina advirtió que no alcanza con la voluntad de dos dirigentes, por más grande que sea. Por su parte, Alberto llamó a discutir con todos, no sólo con los convencidos.
En línea con esto, reiteramos lo que afirmamos en nuestro posicionamiento político: “Porque necesitamos recuperar la dignidad para nuestro pueblo, porque tenemos que reestablecer nuestra soberanía, porque es necesario salir del imperio de la timba y recuperar un proyecto de crecimiento con inclusión social, vamos a construir la victoria de octubre. Este es el compromiso de los comunistas, siempre con la conducción de Cristina”.