AVANZA EL PLAN NACIONAL DE VACUNACIÓN
Con decisión política
En los últimos días de diciembre de 2020 comenzó a implementarse el Plan Nacional de Vacunación contra el COVID 19 en nuestro país. A dos meses de su inicio, ya se encuentran vacunadas un millón de personas.
Desde el inicio de la pandemia, el Gobierno nacional dejó en claro la decisión de avanzar en las negociaciones con todos los laboratorios que venían desarrollando vacunas contra el COVID 19. Fue así que, a pesar de los embates de la derecha para deslegitimar la campaña de vacunación, el Gobierno nacional estableció acuerdos con diferentes laboratorios en una estrategia que permitió ir abasteciendo de forma gradual la llegada al país de diferentes dosis.
En la provincia de Buenos Aires se diseñó un plan estratégico de vacunación, comenzando por etapas para establecer prioridades (personal de salud, pacientes de riesgo, personas mayores). La Sputnik V fue de las primeras dosis en llegar a nuestro país, en medio de una campaña de desprestigio por parte de la oposición, por ser una vacuna desarrollada en Rusia.
En un contexto mundial de escasez y profunda desigualdad en el acceso a las vacunas contra el COVID 19, donde los países imperialistas buscan abastecerse de vacunas incluso en algunos casos superando ampliamente el número de su población, las campañas de vacunación comienzan a tropezar debido a la sobredemanda y problemas de distribución.
En la actualidad hay 130 países que no cuentan con ninguna dosis. Sin embargo, desde el Gobierno aseguran que Argentina es un país prioritario para la Sputnik V. Tal es así que hace unos días se conoció la noticia de que el laboratorio argentino Richmond será el productor local de la vacuna Sputnik V contra el COVID 19, emprendiendo para tal fin la construcción de una planta en Pilar.
Mientras que desde los gobiernos nacional y provincial se trabaja para garantizar el acceso a la vacunación de toda la población, el gobierno macrista de la Ciudad de Buenos Aires dejó en evidencia el modelo de salud excluyente que aplican: un sistema de turnos restringido, horarios de inscripción en la madrugada, hasta imágenes de adultxs mayores bajo la lluvia esperando ingresar a la sala de vacunación. Un contraste muy notable con la implementación en la Provincia de Buenos Aires, donde existe un registro público para que cualquier persona pueda pre inscribirse, y los turnos son organizados por franjas de horarios.
Por otro lado, desde CABA se buscó repartir las dosis, que son un recurso del Estado nacional, a través de las obras sociales (excepto PAMI) y prepagas, para que estas las distribuyan entre sus afiliadxs. Este sistema perverso utiliza un sistema de salud público apoyado en criterios empresariales; claro que los medios hegemónicos de comunicación poco hablan sobre este accionar del gobierno de Larreta. Prefieren seguir generando intentos de desestabilización, en un contexto donde la lucha a nivel mundial es por erradicar el virus.
El gobierno argentino fue uno de los primeros países en adquirir las dosis para comenzar de forma escalonada el proceso de vacunación gratuita. Fue una decisión política el fortalecimiento del sistema sanitario público, como forma de hacerle frente a la pandemia. La lucha desigual de los países por acceder a las vacunas dejó al descubierto una vez más las desigualdades existentes en un mundo neoliberal. Los países imperialistas acopian vacunas, en muchos casos para el triple de su población, mientras que en otras regiones del mundo las dosis aplicadas se cuentan con los dedos de una mano.