ECUADOR
Revolución Ciudadana o neoliberalismo
Ante la contundente victoria del correísmo en las elecciones generales, Ecuador se encamina a celebrar un balotaje entre dos proyectos de país. Andrés Arauz, economista y ex ministro de Rafael Correa, se perfila para ser el próximo presidente.
El pasado 7 de febrero se celebraron elecciones generales en la hermana República del Ecuador, en donde se impuso por amplio margen el candidato del correísmo, Andrés Arauz (Unión por la Esperanza), con el 32,7% de los votos. Trece puntos por encima del banquero neoliberal Guillermo Lasso (Movimiento CREO), que cosechó el 19,7%. El tercer lugar fue para Yaku Pérez, del “Movimiento Indígena Pachakutik”, que obtuvo el 19,4 %; y el cuarto lugar para la “Izquierda Democrática” con el 11,98%. El dato de color es el resultado del partido oficialista “Alianza País”, actualmente cooptado por el presidente Lenin Moreno, que obtuvo un paupérrimo 1,5% de los sufragios. Un resultado que pinta de pies a cabeza la desastrosa gestión neoliberal y corrupta del traidor Moreno. Hay que destacar también la elevada participación electoral que llegó a un histórico 82% del padrón.
Si bien la Revolución Ciudadana no pudo imponerse en primera vuelta, el resultado muestra a un correísmo fuerte, que consiguió un gran resultado pese a todas las trabas legales, persecuciones y demás artilugios del que fueron víctimas. Recordemos que la alianza electoral Unión por la Esperanza (UNES) pudo registrarse ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) recién a fines del 2020, prácticamente a último momento, luego de varios intentos de proscripción. Finalmente, y gracias a la presión internacional y a la movilización del pueblo, el Frente UNES pudo registrarse.
La campaña de ataques contra el correísmo no se detuvo desde entonces. Incluso el Estado colombiano se metió de lleno en la campaña al acusar al equipo de Arauz de recibir dinero de la guerrilla del ELN. La OEA, presidida por el títere proimperialista de Luis Almagro también intervino en favor del gobierno de Lenin Moreno en plena campaña. El último manotazo de ahogado del poder real fue el intento del Fiscal General de retirar las computadoras del CNE para hacer “una pericia” (completamente ilegal) y poder dilatar aún más la segunda vuelta. “Los ecuatorianos no aguantamos más este Gobierno y no vamos a aceptar que se extienda el mandato del señor Lenin Moreno. La segunda vuelta electoral debe realizarse el 11 de abril sin falta, no queremos que el señor Lenin Moreno siga en el Gobierno después del 24 de mayo”, denunció Arauz.
La contienda electoral también mostró un claro derrumbe de la derecha neoliberal histórica (representada por Lasso) que no llegó ni al 20% de los votos y cuyos electores migraron hacia otros candidatos menores. Tal es así que la segunda vuelta pudo haberse dado entre el correísmo y los “indigenistas” de Pachakutik, un movimiento que se autodefine como de “izquierda”, cuyo principal servicio a los yanquis fue procurar dividir el voto progresista. También el cuarto lugar corresponde a una fuerza que se autodefine de “izquierda” (tanto como Yaku Pérez). Sabemos que estos sectores no son de fiar, pero frente a un balotaje entre la Revolución Ciudadana y el banquero neoliberal de Lasso, las probabilidades de que las bases de estos sectores depositen su confianza en Arauz son muy altas.
La Revolución Ciudadana deberá desandar el desastre económico y social generado por el neoliberalismo de los últimos años, que se sumó a la crisis generada por la pandemia y su mal manejo. Una situación catastrófica, en donde Moreno imitó a la Argentina de Macri al pedirle un préstamo impagable al FMI, al tiempo que aplicaba una doctrina de shock contra la inversión pública. “Tenemos índices alarmantes: empieza a haber desnutrición aguda en la población ecuatoriana, subas en los indicadores de pobreza y de desigualdad, y ahora tenemos la triste cifra de que el 60% de las familias declaran que no pueden cumplir con las necesidades básicas. Nuestra prioridad de forma excluyente es evitar un problema de hambruna en Ecuador, y tenemos que realizar transferencias directas a las familias, sobre todo a las madres de familia, para poder retomar el consumo y reactivar la economía familiar”, declaró con contundencia Arauz.