NUESTRO RÍO PARANÁ
Las aguas turbias se van aclarando
Durante los últimos meses se ha puesto en la palestra del debate nacional la cuestión de la soberanía sobre las vías navegables fluviales, especialmente sobre el Río Paraná, el Río de La Plata y su proyección marítima.
El vencimiento de la concesión/privatización menemista de la vía troncal del Paraná, ha despertado la conciencia nacional y el debate. Ya es una victoria nacional y popular el haber instalado la discusión y el conocimiento de nuestro pueblo de semejante cuestión estratégica. Su visibilización es, de por sí, un logro importante. La batalla por su recuperación soberana, una asignatura patriótica.
El Río Paraná es una de las grandes venas abiertas de Argentina. Por él transita más del 75% de la producción nacional y hace largos 25 años que se encuentra enajenado. Resulta una verdadera afrenta el manejo del río y de decenas de puertos en manos privadas, transnacionales asociadas con oligarcas locales, fuera del control soberano del Estado, evadiendo impuestos, sobre o subfacturando según sus propios intereses mezquinos, manejando y mintiendo sistemáticamente en los pesajes de las cargas, triangulando y contrabandeando hacia y desde Paraguay, y hasta pagando peaje en el Puerto de Montevideo.
Es por ello, también, que además de la necesaria recuperación del río y de sus puertos, cobra tanta importancia el proyecto del Canal Magdalena en el Río de La Plata, proyecto clave para la salida nacional al mar, clave además para los puertos de la Costa Atlántica, los puertos de la Patagonia, las Islas Malvinas y nuestra proyección antártica, clave para la integración nacional de Norte a Sur, articulando con diversos proyectos en marcha de integración ferroviaria de Oeste a Este del país.
Comúnmente se la llama “hidrovía”, resemantización que pretende ocultar el sentido mismo del Río Paraná, río fundante de nuestra nacionalidad.
Ese es el nombre de la empresa transnacional que lo viene usufructuando a expensas del pueblo argentino: “Hidrovía Sociedad Anónima”, conformada por el grupo belga Jan de Nul y el holding Emepa SA. Ruta fluvial de 1.635 km que permite la salida hacia el océano a las embarcaciones de carga por los ríos Paraná, Paraná de las Palmas y Río de la Plata. Un servicio concesionado (privatizado y extranjerizado como los puertos), con cobros de peaje privado para el mantenimiento, dragado y balizamiento que bien podría realizar el Estado Nacional en colaboración con los Estados Provinciales de Misiones, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires; lo mismo que la administración de los puertos, el control de las exportaciones, los cobros de impuestos y peajes pertinentes, los pesajes claros de las cargas, etc.
Y la causa nacional del Río Paraná nos convoca, también, al renacer de nuestra marina mercante destruida por el neoliberalismo, con la enorme potencialidad de nuestros grandes astilleros estatales Tandanor y Almirante Storni (Complejo Industrial Naval Argentino-CINAR) y Río Santiago de Ensenada (ARS, dependiente del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires).