EL CONTRASTE POLÍTICO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Un modelo inclusivo en plena tormenta neoliberal
Después de ser reelecto en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof se presenta como la oposición más firme a las pretensiones de la ultraderecha neoliberal de mantenerse en el poder. Dando señales políticas claras de por dónde debe transitar nuestro país para lograr un desarrollo político y económico independiente, soberano y con inclusión social.
Durante los primeros cuatro años de su gestión, y a pesar de haber transitado la doble pandemia que significó el macrismo, con Vidal como la gestora de la miseria bonaerense, y el covid-19, Axel realizó obras en 87 hospitales, se incorporaron ambulancias cero kilómetros, se triplicaron las camas de las terapias intensivas y se construyeron nuevos centros de salud. IOMA, que había sido totalmente desfinanciado, se reestructuró y se pudo revertir esa situación ruinosa poniendo a la obra social al servicio de los trabajadores de la provincia y sus familias.
Hoy la provincia de Buenos Aires tiene un sistema de salud mucho mejor y más integrado, solidario e inclusivo; la antítesis del modelo privatista de los mercenarios de las prepagas a quienes Milei los liberó de todas las regulaciones para que lucren con las necesidades sanitarias del pueblo. Al respecto, sentenció en su momento Kicillof “Llegamos a una provincia a la que llamamos tierra arrasada y un sistema sanitario deteriorado, abandonado y desfinanciado. Tal era el abandono en infraestructura, condiciones de trabajo, que ni bien asumimos declaramos la emergencia sanitaria por unanimidad. Sobre un diagnóstico tan complejo, comenzó la reconstrucción del sistema de salud. En infraestructura, en términos de equipamiento, en insumos, en tecnología, pero sobre todo en materia de derechos de los y las trabajadoras”.
Axel se planta ante Milei y marca las diferencias denunciando los intereses y el sometimiento que encubre la Ley Bases, tan buscada por la Libertad Avanza, el PRO y demás legisladores entreguistas de los intereses nacionales. Como expresó Kicillof, la decisión del gobierno nacional de dar de baja la construcción de una planta de Gas Natural Licuado (GNL) de la estatal YPF en la provincia de Buenos Aires y realizarla en Río Negro, es puro revanchismo: “desde que asumió, Milei no soporta haber perdido las tres elecciones en la provincia. No solo no ganó la provincia, sino que tampoco ganó ni un solo municipio”, por eso “su campaña es perjudicar y hacer daño para castigarla a ver si lo votan” en los próximos comicios, fustigó. Según Kicillof, ese es el motivo por el cual el Presidente “entró en una disputa permanente” con el gobierno bonaerense. Además, “es una venganza porque la provincia no acompaña y no está dispuesta a cambiar sus votos en el Congreso”, agregó en alusión a la decisión del peronismo provincial de no haber apoyado la Ley Bases y el paquete impositivo que impulsó el gobierno nacional.
Un modelo con desarrollo productivo, soberano y con inclusión social es lo que Kicillof viene construyendo como un capítulo del modelo nacional y popular que llevaron adelante Néstor y Cristina, que representa todo lo que la derecha neoliberal quiere eliminar. El horizonte estratégico que plantea el Gobernador bonaerense está en las antípodas del sometimiento cipayo al que nos conduce Javier Milei, que nos devuelve, como nos tienen acostumbrados la burguesía nativa, a los peores momentos de las relaciones carnales con EE.UU. e Israel.
La verborragia de Milei contra China, Rusia y Brasil, que con su fundamentalismo ideológico hace que nuestro país pierda la oportunidad histórica de caminar por la senda de la independencia económica formando parte de los BRICS, es propia de una marioneta dirigida por Washington. En consecuencia, las relaciones diplomáticas entre Argentina y China están en su peor momento. A raíz de esto, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, tomó una postura audaz opuesta a la del presidente de la nación y en el cierre del Primer Congreso de Sinólogos Latinoamericanos, afirmó que fue “un error no haber incorporado Argentina a los BRICS”. Mirar el futuro desde una perspectiva soberana nos une en un proyecto multipolar, busca un mundo más justo y solidario.