PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Dos programas financieros, dos proyectos de país

La Legislatura bonaerense aprobó el presupuesto y una ley fiscal impositiva equilibrada, no así la ley de financiamiento, en la que el gobierno pide autorización para endeudarse por hasta USD 3.038 millones, lo que requiere de una mayoría parlamentaria especial. Cabe destacar que el presupuesto provincial pasó de $34 billones en 2025 para hacer un dique frente a las políticas nacionales de ajuste, a $41,4 billones proyectados para el 2026.

Este esfuerzo en el incremento de la inversión no se da en cualquier contexto. Javier Milei amenazó hace unos meses con una intervención de PBA, le adeuda a la provincia un total de $12,9 billones en concepto de deudas directas, fondos previsionales, obras públicas abandonadas y programas nacionales. La emergencia económica se materializa en un 5,7% de caída de la actividad económica, 175 mil despidos y 5 mil empresas cerradas. Cabe la aclaración de que Buenos Aires no es una provincia que elige endeudarse. El endeudamiento no es la matriz de su política económica, ni esta deuda es nueva, como si lo es en el caso nacional, por más de USD 90 mil millones. Es la deuda heredada del gobierno de Vidal, por lo cual esta gestión enfrenta por un lado esos vencimientos, y por otro,  la necesidad de poder sostener la inversión social y con la continuidad del plan de obras como motor del crecimiento económico.

En conferencia de prensa, el gobernador Axel Kicillof afirmó: “Tras haber reducido la carga de la deuda que recibimos y de los intereses, no estamos pidiendo fondos extraordinarios ni estamos tomando nueva deuda para obras faraónicas. Con este proyecto simplemente estamos solicitando los recursos necesarios para cubrir los vencimientos y sostener el normal funcionamiento de la provincia. Buscamos también aportar a los municipios que tienen que afrontar cada día más dificultades en un contexto en el que la recaudación se contrae y las necesidades aumentan. Por más dificultades que tengamos, en la Provincia no vamos a actuar con negligencia o desprecio: la respuesta nunca va a ser que no hay plata, sino analizar qué podemos hacer para acompañar a los que sufren. En estos dos años fuimos objeto de una inédita situación en la que el Gobierno nacional busca asediar y ahogar financieramente a nuestra provincia. A pesar de eso, la Provincia nunca se detuvo y seguimos haciendo las obras que necesita nuestro pueblo: cuidamos la austeridad, pero con sensibilidad, sin trasladarla a los bonaerenses que sufren la crisis económica. No estamos dispuestos a afrontar los vencimientos de deuda con recursos que se detraigan de los presupuestos para la salud y la educación: la Legislatura debe decidir para evitar más sufrimiento del pueblo, y en favor del orden económico y social de nuestra provincia. Con sinceridad, con firmeza y convicción democrática, les pido a los legisladores que apoyen esta ley en favor de los intereses de 17 millones de bonaerenses”.

Frenar y obstaculizar el programa financiero que defiende a las y los bonaerenses del ataque y el ahogo financiero y legal de la Nación, es una lisa y llana irresponsabilidad, e implica ir directamente contra el pueblo bonaerense, que se endeuda en cuotas para comer y que votó en octubre con un ultimátum de Trump. Votar la Ley de Financiamiento excede la defensa de Axel y su rol principal en este presente, así como en perspectiva. Hay que ser y parecer, estar a la altura y no hacer uso y abuso de la frase tan mentada “nadie se salva solo”, mientras persisten en la práctica especulaciones y oportunismos que nos pueden llevar a un borde peligroso.