Por Rodolfo G. Módena

En este nuevo Aniversario de la Revolución de Mayo, al tiempo que rendimos homenaje a aquella histórica gesta fundante de nuestra nacionalidad, a los jóvenes patriotas de 1810 y de la Guerra de la Independencia, nos vuelve a la memoria la genial contribución al pensamiento nacional que hiciera nuestro inolvidable Héctor P. Agosti, el gran pensador marxista-leninista y gramsciano argentino, al rescatar las ideas de Esteban Echeverría sobre “la Revolución Interrumpida” y el “partir de lo que somos para saber lo que debemos ser”, como llave maestra para la interpretación dialéctica de la Historia Argentina. En lo que, con Agosti, los comunistas argentinos definimos como la Línea de Mayo.

Decía Echeverría en Cartas a De Angelis: “… ¿por qué critiqué entonces y ahora a los unitarios? Porque en mi país y fuera de él hay muchos hombres patriotas que están creyendo todavía, que la edad de oro de la República Argentina está en el pasado, no en el porvenir; y que no habrá, caído Rosas, más que reconstruir la sociedad con los viejos escombros o instituciones, porque ya está todo hecho. Como esta preocupación es nocivísima, como ella tiende a aconsejarnos que no examinemos, que no estudiemos, que nos echemos a dormir y nos atengamos a los hombres del pasado; como ese pasado es ya del dominio de la historia, y es preciso encontrarle explicación y pedirle enseñanza, si queremos saber dónde estamos y adónde vamos; como por otra parte yo creo que el país necesitará, no de una reconstrucción, sino de una regeneración, me pareció entonces y me ha parecido ahora conveniente demostrar, que la edad de oro de nuestro país no está en el pasado sino en el porvenir; y que la cuestión para los hombres de la época, no es buscar lo que ha sido, sino lo que será por medio del conocimiento de lo que ha sido.”

Néstor Kirchner lo sabía perfectamente cuando dijo que él venía a tender un “puente de plata” para las futuras transformaciones. Siempre lo recordaba Jorge Pereyra cuando, con él al frente, los comunistas del PCCE asumimos al kirchnerismo como un nuevo movimiento histórico nacional, popular, democrático y latinoamericanista, llamado a forjar una nueva generación en la Línea de Mayo: la Generación del Bicentenario.

El 25 de mayo de 2003, al asumir la Presidencia de la Nación, Néstor nos decía: “Venimos desde el Sur del mundo y queremos fijar, junto a ustedes, los argentinos, prioridades nacionales y construir políticas de Estado a largo plazo para de esa manera crear futuro y generar tranquilidad. Sabemos adónde vamos y sabemos adónde no queremos ir o volver (…) Queremos ser la generación de argentinos que reinstale la movilidad social ascendente, pero que también promueva el cambio cultural y moral (…) En este marco conceptual queremos expresar los ejes directrices en materia de relaciones internacionales, manejo de la economía, los procesos de la salud, la educación, la contención social a desocupados y familias en riesgo y los problemas que plantean la seguridad y la justicia en una sociedad democrática (…) Anhelo que por estos caminos se levante a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación: la nuestra. ¡Viva la patria!”.

Y tuvimos el 25 de mayo del Bicentenario con Cristina celebrando: “Aquí estamos, 200 años después y creí que era una buena manera de conmemorarlos en este escenario, en la inauguración de la Galería de Patriotas Latinoamericanos, aquí en la Casa Rosada de Buenos Aires.(…) yo quería, en nombre de la historia de todos estos hombres y mujeres que están en esta Galería, y que en los últimos 200 años abonaron con su vida, con su sangre, con sus ideales, una América del Sur más democrática, con libertad pero para la igualdad; quería y queríamos darnos los argentinos un Bicentenario diferente; un Bicentenario popular, con el pueblo en las calles. ¡Viva la patria! ¡Viva Argentina! ¡Viva América latina!”.

Pero como la vida está hecha de alegrías y de tristezas en ese 2010 de la Fiesta Patria, el 27 de octubre, falleció Néstor. La congoja popular fue tan estremecedora como memorable. Desde estas páginas, entonces, no dudamos en calificarlo como verdadero Prócer del Bicentenario.

En este nuevo 25 de mayo, con Néstor en la memoria, bajo la conducción de Cristina, con la más amplia unidad popular y con la fórmula Fernández-Fernández, nos aprestamos a librar una nueva batalla por retomar el curso progresivo de nuestra Historia, en la Línea de Mayo y de la Revolución Interrumpida.