El 18 de junio de 1974 fallecía, en Moscú, el Gran Mariscal de la Unión Soviética, Gueorgui Konstantínovich Zhúkov, un verdadero Héroe de la Humanidad, comandante del glorioso Ejército Rojo y principal vencedor del nazi-fascismo en la Segunda Guerra Mundial. Fue el Mariscal de la Victoria en la Gran Guerra Patria de los pueblos de la URSS, de los comunistas del mundo entero y de la Humanidad progresista toda.

Había nacido en Strelkovka, Rusia, un 1º de diciembre de 1896. De familia campesina, en 1915, Zhúkov fue aceptado por sus méritos en la Academia de Oficiales de Caballería de Rusia. Combatió en la Primera Guerra Mundial, siendo dos veces condecorado con la Orden de San Jorge.

Con la Revolución de Octubre se unió al Partido Bolchevique y combatió en la Guerra Civil (1918-1920), siendo reconocido con la Orden de la Bandera Roja.

En 1939, en el extremo oriente, derrotó al 6º Ejército de Japón en la Batalla de Jaljin Gol, aplicando, como buen oficial de caballería, por primera vez y exitosamente, la táctica de la “guerra móvil” de blindados apoyados por infantería y artillería motorizada. Aquel triunfo le valió su primera distinción como Héroe de la Unión Soviética y la Medalla de la Victoria sobre Japón de la República Popular de Mongolia.

En la Segunda Guerra Mundial se destacó por las victorias sobre la Alemania Nazi en las históricas Batallas de Moscú, Leningrado, Stalingrado y Kursk, la Operación Bagratión, la toma de Berlín (entre el 22 de abril y el 2 de mayo de 1945) y la Capitulación Incondicional del Alto Mando Alemán (en la madrugada del 9 de mayo en Moscú y aún 8 de mayo en Occidente).

A propósito, supo decir nuestro querido e inolvidable Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz: “En 1943 se desató con retraso la última ofensiva de primavera de los nazis por el famoso y tentador saliente de Kursk, con 900 mil soldados, 2.700 tanques y 2.000 aviones. Los soviéticos, conocedores de la psicología enemiga, esperaron en aquella trampa el seguro ataque con un millón 200 mil hombres, 3.300 tanques, 2.400 aviones y 20.000 piezas de artillería. Dirigidos por Zhúkov y el propio Stalin, destrozaron la última ofensiva de Hitler. En 1945, los soldados soviéticos avanzaron incontenibles hasta tomar la cúpula de la Cancillería alemana en Berlín, donde izaron la bandera roja teñida con la sangre de tantos caídos”.

Van a cumplirse 45 años de la desaparición física del Gran Mariscal. Pero la memoria de Gueorgui Zhúkov vive y vivirá.

R.G.M.