En Rosario con motivo de la conmemoración del Día de la Bandera, el presidente, encerrado en un club de barrio con un público cautivo de niñas y niños, desplegó uno de sus discursos más ocurrentes al responsabilizar del desempleo y la crisis económica a la insaciable voracidad los trabajadores en su puja por mantener su salario. Para desviar la atención de la profunda crisis económica que fabricó el gobierno y el FMI, Macri insistió con el discurso de las mafias en tono electoralista y para su alicaída tribuna.

Sin embargo, las tasas de interés del 70%, los aumentos exorbitantes de combustibles y peajes, la apertura indiscriminada de las importaciones, los tarifazos en los servicios públicos y la baja en el poder adquisitivo son las causas del quebranto industrial y el desempleo en aumento. Casusas y efectos que se retroalimentan en un círculo vicioso que el gobierno piensa alimentar aún más en caso de ganar en octubre.

En el primer cuatrimestre del año hubo caídas de más de 80% en las principales producciones de la economía. La producción de las pymes industriales registró en mayo una caída interanual de 6,5% y en lo que va del año acumula un retroceso de 8,1%. Además, el 58,3% de las empresas encuestadas por la CAME reconoció pérdidas. Las ventas de la industria automotriz acumulan 12 meses en baja, con caídas superiores al 50% anual, llegando a su peor nivel desde 2006. El sector opera al 37,6% de su capacidad. La consecuencia es la aplicación de suspensiones masivas y cesantías de personal.

El informe de Estadísticas de Productos Industriales (EPI) que publicó el Indec, de donde surgen estos datos, revela que la matriz productiva sufre una fuerte primarización como respuesta a la crisis y a las medidas económicas. Entre las principales causas está la caída del consumo y la falta de crédito.

La crisis económica que cubre a todo el país produce un fuerte deterioro del empleo que se encuentra en su peor momento en 13 años. La población económicamente activa aumentó en 353.000 personas, pero la cantidad de ocupados creció en 198.000 puestos. En los 31 aglomerados urbanos medidos por el INDEC se generaron 155.000 desocupados respecto de igual período del año pasado, para alcanzar a 1.183.000 en esos distritos. Los subocupados crecieron en 296.000, un total de 1.562.000 trabajadores de medio tiempo. En el último año se perdió un puesto de trabajo registrado cada dos minutos. Un informe de la UCA reveló que el año pasado el 49,3% de la PEA se encontraba ocupada en el sector microinformal de la economía, un 1,4% más que en 2017. Dentro de ese grupo, el 81,7% tiene un empleo de baja calidad, el 75,9% afirmó no tener aportes en el sistema de seguridad social y el 51,3% no posee cobertura de salud.

Con estos datos, se calcula que el número de desempleados creció en 242.000 personas, hasta llegar a 2.133.000 desocupados en todo el país. Los partidos del conurbano bonaerense son los que lideran con 12,3%, equivalente a 705.000 personas sin empleo. Lo que se corresponde con los datos de pobreza e indigencia en el territorio de Vidal: 35,9% de las personas en el conurbano bonaerense son pobres. En indigencia, 8,5%, lo que equivale a 1.031.257 personas que no alcanzan a cubrir los costos de la canasta básica alimentaria.

Consecuencia de esta política de destrucción del empleo, es la impactante caída del consumo. El 70% de los consumidores redujo sus compras de carne vacuna. En el primer trimestre del año el consumo de carne vacuna fue de 49,6 kilos per cápita, el más bajo de los últimos 50 años. El 80% sustituyó las primeras marcas por otras opciones más baratas, 80% bajó o abandonó sus compras de indumentaria y 6 de cada 10 achicaron el consumo de artículos de higiene personal. El 40% redujo sus compras de remedios. En cine, teatro y entretenimiento, hay una merma del 76%, viajes y vacaciones el 74% bajó su nivel de consumo. También se redujeron los planes de cable, celulares y Netflix.

El plan de Macri es el de administrar y gestionar la miseria planificada de la mejor manera para llegar con alguna posibilidad a las elecciones. Como lo hizo en el 2017, lanza créditos del ANSES, cuotas con tarjeta, retrasa aumentos que llevarían el presupuesto familiar hasta el noveno infierno y con el financiamiento del FMI frena la subida del dólar y contiene a la procesión de pobres cada vez más nutrida con una menguada y cada vez más insignificante ayuda social. Como un pastor venido a menos, promete que tras el calvario y el sufrimiento vendrá un futuro mejor.

El plan de Macri es el de administrar y gestionar la miseria planificada de la mejor manera para llegar con alguna posibilidad a las elecciones. Como un pastor venido a menos, promete que tras el calvario y el sufrimiento vendrá un futuro mejor.

Pobreza e indigencia

Ambos indicadores, el de pobreza e indigencia, presentan en los partidos del Gran Buenos Aires números peores que el promedio nacional. La pobreza a nivel nacional se ubicó en el segundo semestre de 2018 en 32,0%, contra el 35,9% de las personas en el conurbano bonaerense. En indigencia, la comparación es del 6,7% nacional al 8,5 en el conurbano.

1.031.257 personas en la indigencia es el número de personas que no alcanzan a cubrir los costos de la canasta básica alimentaria en el conurbano bonaerense. Representa el 8,5% del total de la población del Gran Buenos Aires. El dato corresponde al segundo semestre de 2018 y es el último informado hasta el momento por el organismo oficial. El próximo se conocerá el 30 de septiembre y es muy probable que la indigencia alcance los dos dígitos por primera vez desde la crisis de 2001-2002, un retroceso social inimaginable.

Consumo

El 70% de los consumidores redujo sus compras de carne vacuna y de gaseosas en los últimos meses y el 80% sustituyó primeras marcas por otras opciones más baratas en el mercado de consumo masivo. También 8 de cada 10 personas bajaron o abandonaron sus compras de indumentaria y 6 de cada 10 achicaron el consumo de artículos de higiene personal. El 40% redujo sus compras de remedios.

El alimento más afectado por la baja de consumo es la carne vacuna. El 72% de los encuestados dijo haber restringido o abandonado esas compras, junto con gaseosas. La Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados informó que en el primer trimestre del año el consumo de carne vacuna en el mercado interno fue de 49,6 kilos per cápita (anuales), el más bajo de los últimos 50 años.

Le siguen cerveza (-66,0), vino (-54,0), postres lácteos (-54,0) y fiambres (-51 %). Entre el 40 y el 50% de los encuestados achicó o abandonó sus compras de pescado, manteca, azúcar, agua mineral, quesos y yogur, mientras que en la franja de entre el 40 y el 30% de los encuestados aparece la caída o eliminación del consumo de aceite, galletitas, leche y pan. Los únicos dos productos que mejoraron su desempeño son arroz y fideos, ya que cuatro de cada diez encuestados dice haber aumentado esos consumos.

Caída de la actividad productiva

En el primer cuatrimestre del año hubo caídas de más de 80% en las principales producciones de la economía. Rubros diversos como lácteos, carnes, termotanques a gas, equipos de aire acondicionado, televisores y monitores, celular, automotores y motos, biodiesel y cosechadoras y sembradoras fueron los productos con peor desempeño en el primer cuatrimestre del año.

La producción de las pymes industriales registró en mayo una caída interanual de 6,5 % y en lo que va del año acumula un retroceso de 8,1 %. El 58,3 % de las empresas encuestadas por la CAME registró pérdidas.

Desocupación

Desde que asumió el actual gobierno el nivel de desempleo casi se duplicó: de 5,9 % del tercer trimestre de 2015 hasta el 10,1 % actual, 2.133.000 personas.

En los 31 aglomerados urbanos medidos por el Indec se generaron 155.000 desocupados respecto de igual período del año pasado, para alcanzar a 1.183.000 en esos distritos. En subocupados la cifra creció en 296.000, a 1.562.000 trabajadores de medio tiempo. En el último año se perdió un puesto de trabajo registrado cada dos minutos en la Argentina.

En cuanto al desempleo por rama, el más elevado se da en comercio 18,3 %, 0,3 puntos por encima de igual trimestre del año pasado. El conglomerado industrial es el segundo con el 11,3%. En servicios financieros y alquiler, donde repercute el cierre de inmobiliarias (sólo 900 en región AMBA) el desempleo ascendió en el primer trimestre a 11,3. En construcción, se mantuvo en 8,6 %, igual que el registro de un año atrás.

La subocupación creció de manera significativa en dos puntos porcentuales, a 11,8 %, respecto de igual trimestre de 2018. Los desocupados que llevan menos de un mes de búsqueda laboral crecen en 3,8 puntos.

Desempleo por región

El Gran Buenos Aires y la región Pampeana lideraron los niveles de desempleo dentro del relevamiento de los 31 aglomerados. El desempleo en GBA fue de 11,1%, mientras que en la zona pampeana alcanzó al 10,2%. La caída del empleo en estas dos regiones se explica por la fuerte destrucción de industrias y comercios en los principales polos productivos.

El desempleo en los partidos del conurbano bonaerense lidera todos los rankings por región y aglomerado, en porcentaje y cantidad absoluta, con 12,3%, equivalente a 705.000 personas económicamente activas sin empleo. Sólo es superada en términos porcentuales por Ushuaia-Río Grande, con el 13%, seguido por Rawson-Trelew, con el 12,3%.

Dentro de la zona pampeana el desempleo castigó con más fuerza en Gran Rosario (11,7%), Gran Córdoba (11,3%), Gran La Plata (10,8%) y Mar del Plata (10,1%).

En el Noroeste el desempleo se ubicó en 9,5%, donde los principales aglomerados con destrucción de puestos de trabajo fueron Jujuy-Palpalá (11,4%), Gran Tucumán (10,6%) y Salta (9,9%).

Informalidad laboral

El año pasado el 49,3% de la población activa se encontraba ocupada en el sector micro-informal de la economía, un 1,4% más que en 2017. Dentro de ese grupo, el 81,7% tiene un empleo de baja calidad, el 75,9% afirmó no tener aportes en el sistema de seguridad social y el 51,3% no posee cobertura de salud.

Los trabajadores habitantes del Conurbano Bonaerense presentan 1,8 veces más de probabilidades de encontrarse ocupados en el sector micro-informal que los residentes en la Ciudad de Buenos Aires. El grupo de trabajadores posee una mayor proporción de mujeres que el sector privado formal, un menor porcentaje de población de 35 a 59 años, una mayor proporción de trabajadores sin secundario completo y un mayor porcentaje de residentes en hogares de nivel socioeconómico muy bajo.