El pasado 19 de julio, al llegar a la escuela secundaria del Polo Mugica, inaugurado en marzo de este año, los docentes observamos que en una de las aulas se había desprendido una parte del techo, debido a una filtración de agua, en este caso del sistema de calderas del edificio. Esta filtración, se suma a una cantidad importante de irregularidades que venimos denunciando desde que se hizo la mudanza. Filtraciones cuando llueve, desbordamiento de cloacas, la cocina aún inhabilitada (en una escuela con comedor), ruptura de picaportes de casi todas las aulas (lo que implica abrir las puertas con tijeras), pizarrones en los que no se puede escribir, etc. Al momento de la mudanza no estaban habilitados el tercer y el cuarto piso, y tampoco había luz en un sector importante del edificio. Tampoco estaba el final de obra.

El Ministerio de Educación de la Ciudad quería mudar a la escuela a cualquier precio, solo para decir que habían cumplido con los plazos, sin importar el riesgo al que exponen a la comunidad educativa con todas estas irregularidades.

El mismo viernes 18 en la puerta de La Mugica se realizó una olla popular en el marco de la campaña “Un abrigo contra el ajuste”. La propuesta de hacer la actividad en la puerta de la escuela fue para pedirle al gobierno que no cierre los comedores escolares durante el receso de invierno, porque para muchos de nuestros estudiantes en la escuela está su único plato de comida. Este gobierno neoliberal cada vez arrastra a más gente a la pobreza y a la miseria y en las escuelas se ve reflejada la ausencia del Estado. Frente a esto, crece la solidaridad del pueblo.