Con una participación del 75,78% del padrón electoral, el Frente de Todos se impuso a nivel nacional con el 47,65% de los votos frente al 32,08% de Juntos por el Cambio.

Con estos resultados, kirchnerismo y aliados ganaron de forma aplastante en casi todas las provincias del país, excepto en Córdoba y Capital Federal, donde igualmente se consiguieron muy buenos resultados.

En la Provincia de Buenos Aires, la más importante por su número de electores, la formula Kicillof-Magario se impuso en la gobernación por el 52,53% de votos dejando muy atrás a la gobernadora Vidal, que apenas superó el 34,67%. Así, el Frente de Todos aplastó a Cambiemos en todos los niveles y ganó en la mayoría de los partidos y distritos bonaerenses, incluso en el interior agropecuario. Excepto en Bahía Blanca, la fórmula Fernández-Fernández triunfó en 7 de las 8 secciones electorales, incluyendo sus cabeceras. En el Partido de General Pueyrredón (Mar del Plata y alrededores), el Frente de Todos dio un batacazo y salió primero con el 40,6% de los votos contra el 36,04% de Juntos por el Cambio (dando vuelta el resultado de las legislativas de 2017). Recordemos que Mar del Plata es una de las ciudades más castigadas por el neoliberalismo. Una situación similar ocurrió en La Plata (gobernada por Cambiemos), donde la formula FF le sacó casi diez puntos al oficialismo: 43,50% contra 35,54%. Florencia Saintout se perfila como la próxima intendenta de la ciudad. En el conurbano bonaerense la diferencia fue incluso más abrumadora, con triunfos aplastantes en todos los partidos salvo en San Isidro y Vicente López. Los municipios en donde el FdT sacó más ventaja fueron Presidente Perón (66% a 16%), Florencio Varela (66% a 18%), La Matanza (63% a 19%) y en Lomas de Zamora (56% a 25%). Sólo en la Tercera Sección electoral (la más populosa de la provincia) la diferencia entre el Frente de Todos y Cambiemos es de 1.131.000 votos, aproximadamente.

En las provincias del interior del país (NOA, NEA, Cuyo, Pampeana y Patagonia) el kirchnerismo y aliados se impuso en todas salvo en Córdoba: 48% para Cambiemos contra 30% del FdT (un muy buen resultado teniendo en cuento los números de 2015). En Santa Cruz, una provincia muy castigada por el gobierno nacional, el Frente de Todos se impuso con el 46,97% de los votos contra el 19,21% de Juntos por el Cambio. De esta manera la compañera Alicia Kirchner fue reelecta como gobernadora, tirando por tierra todas las barbaridades que se dijeron contra su gestión. En cuanto a Entre Ríos y Santa Fe, el Frente de Todos le sacó diez puntos a Cambiemos y aplastó en la ciudad de Rosario (47% contra 27%), otra de las urbes más castigadas por el neoliberalismo. Las provincias con resultados favorables más extremos se dieron en Santiago del Estero: 75% FdT contra 13% de JxC; y Formosa: 66% FdT contra 24% de JxC. En Rio Negro, de donde es oriundo el vice de Macri, Miguel Ángel Pichetto, el Frente de Todos aplastó a Cambiemos: 54% contra 22%. Lo mismo sucedió en Salta, gobernada por Juan Manuel Urtubey, cuya fórmula Consenso Federal terminó tercera con el 18%, muy lejos del FdT que obtuvo el 49% de los votos. En Jujuy, gobernada por el macrista Gerardo Morales, también se impuso el FdT 46% contra 29%.

En CABA, por el contrario, casi todas las Comunas prefirieron a Macri, en especial las del norte, aunque las tres más sureñas (la 4, la 8 y la 9) votaron mayoritariamente por el Frente de Todos. El kirchnerismo y aliados obtuvieron un 33% de los votos (unos diez más que las elecciones pasadas) mientras que el macrismo, encabezado por Horacio Rodríguez Larreta, obtuvo el 44,7% a presidente y el 46,5% a jefe de gobierno, cayendo unos 5 y 6 puntos porcentuales. En este caso podría darse un escenario de balotaje a nivel local entre Larreta y Lammens.

Con estos resultados, el derrumbe de la derecha neoliberal es total, mientras que es exponencial el crecimiento del Frente de Todos. La polarización de la elección dejó muy a tras a otras fórmulas: Lavagna no superó el 10% de los votos. El trotskismo perdió cerca de la mitad de sus votos al rozar apenas el 3% a nivel nacional (superado por los votos en blanco) y la derecha más rancia apenas superó el 2%. Este escenario demuestra el correcto análisis de nuestro Partido, respecto a la contradicción principal en esta etapa de la lucha de clases. En octubre redoblaremos los esfuerzos.