LA NOCHE DE LOS LÁPICES

No pudieron detener la primavera

Por Rodolfo G. Módena

 La popular y universal frase, “podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, consigna de innumerables grafitis, posters, volantes o artículos del movimiento popular, estudiantil y de los derechos humanos, se le atribuye tanto a Pablo Neruda como a Ernesto Che Guevara; pero como no hay ninguna certeza de si realmente fue de uno u otro, o de ninguno de los dos, que es lo más probable, bien podríamos decir con Silvio Rodríguez “que no es lo mismo pero es igual”. Porque la hermosa metáfora de origen incierto, ha sido, sigue y seguirá siendo estandarte de la lucha democrática y popular en torno a una de las formas (fascismo-antifascismo) derivadas de la contradicción fundamental (burguesía-proletariado) de la sociedad capitalista, en circunstancias históricas en que se torna contradicción principal.

Y así ha sido, históricamente, a nivel mundial, en los más diversos países, en nuestra América Latina y en nuestra Argentina, donde ha sido enarbolada para reivindicar la continuidad de la lucha de las generaciones frente a las derrotas infringidas al campo popular por la dominación oligárquico-imperialista y su reacción fascista ante los avances democráticos, tanto políticos como sociales de nuestra historia. En especial tras los recurrentes golpes de Estado y las sangrientas represiones dictatoriales que hemos sufrido los argentinos, y muy especialmente, la juventud de los distintos momentos.

El 16 de septiembre de 1976, “La Noche de los lápices”, fue uno de esos momentos, acaso uno de los más trágicos, por la temprana edad de sus víctimas. La dictadura genocida instaurada el 24 de marzo de aquel año, se ensañó contra la juventud obrera y los estudiantes universitarios, pero esa noche -que no fue la única noche de aquel septiembre negro- descargó su furia asesina contra los estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, varios de los cuales continúan desaparecidos.

Los nombres de esos compañeros: Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Horacio Úngaro y Daniel Racero, están inscriptos para siempre en el martirologio de nuestro pueblo. Hubo sobrevivientes como Emilce Moler, Pablo Díaz y otros muchos que por aquellos días sufrieron persecuciones, amenazas, allanamientos, secuestros y torturas inenarrables. La mayoría eran militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), rama secundaria de la Juventud Peronista, otros fueron compañeros de la Federación Juvenil Comunista (FJC-PC) y de otras organizaciones que resistían a la dictadura, luchaban por las conquistas sociales del pueblo trabajador (el Boleto Secundario conseguido en 1975 era una) y por la liberación nacional y social de los argentinos. Eran estudiantes del Colegio Nacional “Rafael Hernández” y del Bachillerato de Bellas Artes (ambos dependientes de la UNLP), así como de otros de los colegios más politizados de La Plata.

Desde entonces, la consigna-poema se hizo cada vez más fuerte, y cada 16 de septiembre late en la conciencia de las nuevas generaciones de jóvenes estudiantes secundarios que se incorporan a la misma lucha por la que cayeron los compañeros de “La Noche de los Lápices”. Con los años, a ella se sumó la muy acertada de “Los lápices siguen escribiendo”. Porque lo seguirán haciendo mientras haya un joven argentino conciente y dispuesto a luchar contra el neoliberalismo, contra la dominación oligárquico-imperialista y contra el fascismo que es una de las formas que suelen adoptar las clases dominantes cuando sienten peligrar su poder.

Es por eso, también, que “los lápices” y “la primavera”, deben marchar siempre junto al “Nunca Más”. Nunca más dictaduras cívico-militares fascistas, nunca más Terrorismo de Estado, genocidio nunca más. Y a no bajar la guardia, aún en la victoria popular que se avecina en octubre y en adelante, porque el “huevo de la serpiente” del fascismo siempre incuba en las entrañas del capital.

Hoy por hoy, el mejor homenaje a nuestros compañeros desaparecidos, será la victoria del Frente de Todos en las elecciones del próximo 27 de octubre y las batallas venideras, porque como ha dicho nuestra querida Cristina: “siempre va a faltar la victoria definitiva mientras haya un pobre en la Patria.”