Por Rodolfo G. Módena

El próximo 1º de octubre se cumplirán 70 años de uno de los acontecimientos políticos más importantes del siglo XX: el triunfo de la Revolución y la proclamación de la República Popular China.

En 1911, había triunfado la Revolución Democrática contra la Dinastía Qing. Encabezada por Sun Yat-sen y el Kuomintang, el 1º de enero de 1912 fue fundada la República de China. Sun Yat-sen establecería su alianza con Lenin y la naciente Unión Soviética, y el Partido Comunista de China, fundado por Li Dashao en 1921, cogobernaría con el Kuomintang hasta 1927. Ese año, tras la muerte del Dr. Sun Yat-sen, el general Chiang Kai-shek tomó la conducción del Kuomintang y rompió la alianza con los comunistas, a los que persiguió y masacró sin piedad. Sería el comienzo de la Guerra Civil y la Larga Marcha hacia la victoria.

Conducido por el Partido Comunista de China y el liderazgo de Mao Zedong, junto a grandes dirigentes como Chou Enlai, Liu Shaoqui, Deng Xiaoping y Chu Teh, el pueblo trabajador chino, tras años de inmensos sufrimientos y humillación nacional, coronó su victoria revolucionaria, alcanzó la liberación nacional y emprendió el camino de la construcción del socialismo en el país más poblado de la Tierra.

El 1º de octubre de 1949 marcó el punto de partida de una nueva era para la nación asiática que hoy cuenta con unos 1400 millones de habitantes. En 1949 la población china llegaba a los 550 millones de habitantes y a la muerte de Mao, en 1976, ya alcanzaba casi los 1.000 millones. Esto habla del progreso del pueblo chino en tiempos de paz, independencia nacional y justicia social, ya que antes de la Revolución tuvo que sufrir la Guerra Civil (1927-1949), la invasión y las masacres japonesas durante la Segunda Guerra Mundial o Segunda Guerra sino-japonesa (1937-1945) y la desintegración nacional promovida por las potencias imperialistas y los feudales “señores de la guerra”. Millones y millones de chinos morían por año a causa de la guerra, la miseria, las enfermedades y el hambre.

En un país devastado y sumido en el atraso más tremendo, la construcción del socialismo significaba un desafío enorme para el Partido Comunista de China, el que no estaría exento de errores. Los avances fueron una constante durante los años 50, China fue consolidando su soberanía nacional y un aceptable nivel de pobreza digna del conjunto de su pueblo. El plan de alfabetización, la reforma agraria, la nacionalización de los recursos y empresas, los Planes Quinquenales y el desarrollo industrial, fueron la base para el Programa de las Cuatro Modernizaciones (industria, agricultura, defensa nacional y ciencia) de 1956. Todo con el trabajo y esfuerzo del Partido y el pueblo chino, así como con la incalculable solidaridad política y material de la Unión Soviética. (ver “Stalin, amigo del pueblo chino”, Mao Zedong, 1939).

Sin embargo, el fracaso del “Gran Salto Adelante” (1958-1962) y la desastrosa “Gran Revolución Cultural Proletaria” (1966-1976) condujeron a un descalabro económico-social y a una crisis política que se desataría tras la muerte de Mao y de Chou Enlai en 1976.

Tras dos años de crisis política, la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del PCCh (1978), reivindicó el programa de las “Cuatro Modernizaciones”, refrendó la conducción de Deng Xiaoping y su política de “Reforma y Apertura”. Allí Deng expuso su informe “Liberar el espíritu, buscar la verdad en los hechos, unirse de forma unánime y mirar hacia el futuro” y la consigna de “hacer de China una moderna y poderosa nación socialista antes de final de siglo”. Deng fue sucedido como Secretario General del Partido por Hu Yaobang, Zhao Ziyang, Jiang Zemin, Hu Jintao y Xi Jinping, respectivamente.

Por su parte, en el XIX Congreso Nacional del PCCh de 2017, su Secretario General, camarada Xi Jinping, señaló: “Todos los camaradas del Partido debemos mirar a lo lejos desde una gran altura; pensar en los eventuales peligros aun en tiempos de paz, y atrevernos a hacer cambios y a emprender innovaciones sin anquilosarnos ni estancarnos jamás en nuestro avance; y permanecer unidos al pueblo de todas las etnias del país y conducirlo para que logre el triunfo definitivo en la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, y conquiste con sus esfuerzos la gran victoria del socialismo con peculiaridades chinas de la nueva época”.

Además afirmó, sobre la Misión histórica del Partido Comunista de China en la nueva época: “Hace cien años, las salvas de los cañones de la Revolución de Octubre trajeron el marxismo-leninismo a China. Los elementos chinos avanzados vieron en la verdad científica del marxismo-leninismo una solución a los problemas de nuestro país. El Partido Comunista de China nació en 1921 como exigían los tiempos, en medio del violento movimiento de la sociedad china iniciado en la época moderna, de la enconada lucha de resistencia del pueblo chino contra la dominación feudal y las agresiones extranjeras, y del proceso de integración del marxismo-leninismo con el movimiento obrero chino. A partir de entonces, el pueblo chino empezó a contar con la columna vertebral de la lucha por la independencia nacional, la liberación popular, la prosperidad y la fortaleza del país y su propia felicidad, y se desplazó de su estado espiritual pasivo al activo”.

“En torno a este importante tema de nuestro tiempo, persistiendo en guiarse por el marxismo-leninismo, el pensamiento de Mao Zedong, la teoría de Deng Xiaoping, el importante pensamiento de la triple representatividad y la concepción científica del desarrollo, persistiendo en emancipar la mente, buscar la verdad en los hechos, avanzar con los tiempos y adoptar una actitud realista y práctica, y persistiendo en el materialismo dialéctico y el materialismo histórico, nuestro Partido, con una visión completamente nueva y en estrecha combinación con las nuevas condiciones de nuestro tiempo y las nuevas exigencias de la práctica, ha profundizado la comprensión sobre la ley del ejercicio del gobierno por parte de los partidos comunistas, la ley de la construcción socialista y la ley del desarrollo de la sociedad humana, y ha llevado adelante una ardua exploración teórica al respecto, obteniendo importantes logros en la innovación teórica y creando así el pensamiento sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva época”.

A siete décadas de la Revolución, China se ha convertido en una gran potencia económica y tecnológica, elevando considerablemente el nivel de vida de su pueblo. Además, la República Popular China y su alianza estratégica con la Federación Rusa, son actores centrales de la geopolítica global, impulsando el multilateralismo frente al hegemonismo unipolar del imperialismo norteamericano, siendo aliados fundamentales de la lucha por la liberación nacional y social de la Patria Grande Latinoamericana.

¡A 70 años de la Revolución China, viva la República Popular China y el Partido Comunista de China!