Desindustrialización: la timba en alza

El gobierno fomenta la bicicleta financiera, la fuga de capitales y la mayor concentración monopólica, mientras desindustrializa y se opone a políticas de reactivación de PyMES, mercado interno, empleo y salarios.

Las políticas económicas de shock implementadas por el gobierno del ingeniero Macri han producido una baja significativa en los niveles de la producción local, y la recomposición de la rentabilidad, vía devaluación, no alcanzó para impulsar las tan mentadas inversiones de capital. En cambio, deterioraron fuertemente los dos componentes de la demanda que dinamizaban la producción y funcionaban como políticas anticíclicas en el contexto de la crisis económica mundial y del principal socio comercial, Brasil: el consumo masivo y la inversión pública. De hecho, la industria local registró en los últimos meses fuertes tensiones para sostener sus negocios debido a la caída del mercado interno.

De acuerdo a datos suministrados por la UIA, el estancamiento y caída en el nivel de actividad fue casi generalizado. La industria experimentó una contracción de 4,6% en el primer trimestre. Los datos de FIEL (la fundación ultra liberal amiga del Pro) coinciden en afirmar el mal desempeño fabril, con un alarmante rojo de 6,1% en abril con respecto al mismo mes del año anterior.

La excepción se dio en el sector de alimentos, fundamentalmente la molienda de oleaginosas que debe su repunte a la megadevaluación, y la industria química. En el otro extremo se encuentra el sector automotriz, la producción de acero crudo y la producción de minerales no metálicos (cemento). Según la Cámara Argentina del Acero, la producción de acero crudo en el mes de abril de 2016 fue de 319.100 toneladas, un 16,9% inferior a la de abril de 2015 (383.800 toneladas). La producción acumulada del primer cuatrimestre de 2016 resultó un 17,2% inferior a la del mismo periodo del año anterior. Mayor aún fue la caída en la construcción, que llegó al 22,7 por ciento en los cuatro primeros meses del año y que explica en parte la contracción de la producción de cemento y muchas otras ramas asociadas.

Los cambios verificados en la composición del comercio exterior sugieren que estas cifras son las primeras alertas del cambio en la infraestructura y en el papel que la industria tendrá en el nuevo modelo de acumulación que el macrismo pretende imponer. Se advierte un ascenso en las importaciones de vehículos finales (44%) y bienes de consumo (6%), y una fuerte caída de los insumos intermedios (-12%), combustibles y lubricantes (-16%), piezas y accesorios para bienes de capital (-2%), y bienes de capital (-1%). Además de los automóviles, entre los bienes que más aumentaron sus importaciones se encuentran juguetes, muebles, calzado y abonos, lo que representa un golpe mortal a las pequeñas y medianas empresas.

El enfriamiento de la economía repercute en mayor medida en los rubros fabriles más dependientes del dinamismo del mercado interno y más sensibles al crecimiento de la importación. El sector emblemático es el textil. La Fundación Pro Tejer ya advirtió que la producción sectorial cayó un 25 por ciento en lo que va de 2016. Las PyMES están íntimamente vinculadas con el mercado interno, que es alimentado por el salario, las jubilaciones y el gasto público.

Las PyMES representan el 99 por ciento del universo empresarial, emplean al 70 por ciento de los trabajadores del país, representan el 45 por ciento de las ventas totales, el 65 por ciento de la inversión productiva y financian con fondos propios el 75 por ciento de esas inversiones. La conjunción de las políticas económicas del macrismo es la que las pone al borde del abismo junto con los miles de puestos de trabajo: a la reducción del mercado interno, consecuencia de las medidas inflacionarias tomadas por el gobierno (devaluación, quita de retenciones y tarifazo) se le agrega la apertura de las importaciones y el fin de las DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importaciones), el aumento de los costos (principalmente debido a los aumentos de alquiler, de costos importados y de energía) y la dificultad del acceso al crédito por el aumento desmesurado de las tasas de interés (que también implican un aumento del costo financiero por deudas tomadas a tasas variables).

Ante este panorama, la salida que ofrecen las políticas del gobierno de Macri para la industria es la de diversificar sus negocios: por un lado, reemplazando su producción nacional por productos importados, y, por otro lado, colocando sus activos a “trabajar” en el mercado financiero, dadas las altas tasas de interés, como la compra de LEBAC ofrecidas por el gobierno a una tasa anual de alrededor del 36 por ciento. En cualquier caso, el modelo económico que pretenden imponer es uno en el cual lo productivo tiene cada vez menos peso específico y donde el desempleo y precariedad laboral se vuelvan nuevamente estructural.

Las señales ya están, lo que verdaderamente se incentivó en el primer bimestre del año fue la fuga de capitales: 3000 millones de dólares mensuales, lo que constituye un 364% más que en el mismo periodo del año anterior. Se contuvo en marzo, cuando el Banco Central llevó al 38 por ciento la tasa de las LEBACS, lo que promueve la especulación financiera y aleja los capitales de la inversión.

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ACTIVIDAD INDUSTRIAL

La industria experimentó una contracción de 4,6% en el primer trimestre. En abril, la actividad registró un retroceso del 6,1 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior.

 CONSTRUCCIÓN

La actividad de la construcción, entre diciembre de 2015 y marzo de 2016, tuvo una caída del 22,7% en su nivel de actividad, de acuerdo con el índice Construya.

 OBRA PÚBLICA

Si se compara el promedio mensual de los gastos de capital realizados por el sector público nacional en los primeros meses del nuevo gobierno (diciembre de 2015 a febrero de 2016) con los correspondientes a enero-noviembre de 2015, se observa una caída que alcanza el 21,8% en términos nominales.

PyMES

Son 7000 que PyMES que atraviesan una situación crítica. Estas representan el 99 por ciento del universo empresarial, emplean al 70 por ciento de los asalariados, explican el 45 por ciento de las ventas totales, el 65 por ciento de la inversión productiva y financian con fondos propios el 75 por ciento de esas inversiones.

INDUSTRIA TEXTIL

El enfriamiento de la economía repercute en mayor medida en los rubros fabriles más dependientes del dinamismo del mercado interno y más sensibles al crecimiento de la importación. El sector emblemático es el textil. La Fundación Pro Tejer ya advirtió que la producción sectorial cayó un 25 por ciento en lo que va de 2016.

SALARIOS

Por la devaluación nominal del 60 por ciento y el fuerte aumento en las tarifas de servicios públicos (da un índice anualizado de inflación del 40,7 por ciento) se calcula una caída del poder adquisitivo del salario del 12 por ciento y una fuerte retracción del consumo, que en abril fue del 6,6 por ciento interanual.

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FUGA DE CAPITALES

Lo que verdaderamente se incentivó en el primer bimestre del año fue la fuga de capitales: 3000 millones de dólares mensuales, lo que constituye un 364% más que en el mismo periodo del año anterior.

TIMBA FINANCIERA

La salida que ofrecen las políticas del gobierno de Macri para la industria es la de diversificar sus negocios: por un lado, reemplazando su producción nacional por productos importados, y, por otro lado, colocando sus activos a “trabajar” en el mercado financiero, dadas las altas tasas de interés, como la compra de LEBAC ofrecidas por el BCRA a una tasa anual de alrededor del 36 por ciento.

IMPORTACIONES DE PRODUCTOS FINALES

Se advierte un ascenso en las importaciones de vehículos finales (44%) y bienes de consumo (6%), y una fuerte caída de los insumos intermedios (-12%), combustibles y lubricantes (-16%), piezas y accesorios para bienes de capital (-2%), y bienes de capital (-1%).