Bertolt Brecht

NUESTRA CULTURA ANTIFASCISTA

Por Rodolfo G. Módena

El 14 de agosto de 1956 -van a cumplirse hace 60 años- fallecía en Berlín, entonces capital de la República Democrática Alemana, uno de los más destacados e influyentes dramaturgos del siglo XX y del presente.

Escritor y poeta alemán y universal, Bertolt Brecht, nació en Augsburgo un 10 de febrero de 1898.

Nació en la gran tierra de genios humanos: la de Schiller y Goethe, la de Bach, Brahms, Wagner y Beethoven, en la de Marx y Engels, la de Kant, Hegel, Feuerbach, Einstein y tantos…

También en la de Marlene Dietrich: “una maravillosa aventura, desbordante de cosas, aunque de un gusto espantoso…”, al decir del propio Brecht de la diva de “El ángel azul”, “Sag mir, wo die Blumen sind” y las piernas perfectas.

¡Aunque también nació en la paradojal y desgraciada cuna del nazismo!

Y tendría que exiliarse, tras ser prohibido y todos sus libros quemados en aquella hoguera infernal.

Entonces, cuando una oscuridad eterna parecía cubrir al mundo, cuando el nazi-fascismo amenazaba de esclavitud al Hombre, él supo decir: “No aceptes lo habitual como cosa natural, porque en tiempos de desorden sangriento, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar”.

Su formación marxista también nos dejó una interpretación materialista del fenómeno que atormentaba a la razón misma: “La brutalidad no viene de la brutalidad, sino de los negocios que, sin ella, ya no se llevarían a cabo. Muchos de los escritores que hemos experimentado, horrorizados, el terror del fascismo, no hemos aprendido aún la lección, no hemos descubierto la raíz de la brutalidad que nos espanta. Persiste el peligro de considerarlas crueldades inútiles”.

¡Y no es exageración proyectar sus palabras al presente nuestro: son los negocios del capital y su barbarie consecuente!

Toda su obra está impregnada de compromiso político y ético con la lucha por la libertad concreta del Hombre: el comunismo.

“El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”.

¡Y qué mayor corrupción que la de un gobierno de gerentes y lacayos del gran capital como el de Macri y compañía…!

Exiliado en Estados Unidos y con éxito en Hollywood, Brecht pronto sería perseguido por el Comité de Actividades Antiamericanas del oscuro senador Joseph Mc Carthy.

Con Hitler derrotado y muerto al fin en Alemania, el macartismo lo corría del “país de la libertad”.

Entonces regresó a su patria liberada por el Ejército Rojo soviético. Y allí se radicó -en la RDA- los últimos años de su vida, ejerciendo diversas funciones político-culturales y su creatividad socialista de siempre, hasta su último aliento.

Toda su obra está impregnada de compromiso político y ético con la lucha por la libertad concreta del Hombre: el comunismo.