TRIUNFO POPULAR EN ECUADOR

Ganó Lenín, ganó la Patria Grande

Alianza País triunfó en el balotaje del pasado 2 de abril con un 51,17% de los votos. Duro golpe a la oligarquía regional y al imperialismo.

A pesar de la brutal campaña de propaganda mediática, el campo popular supo contrarrestar la estrategia electoral de la derecha y triunfar.

El candidato de Alianza País, Lenín Moreno, se impuso con el 51,17% de los votos por sobre el banquero Guillermo Lasso, candidato de la oligarquía y el capital financiero especulativo. “Hemos vencido nuevamente a una de las fortunas más grandes del Ecuador. Pudimos derrotar al viejo país, sus millones, su prensa, sus cámaras, sus deshonestos ‘periodistas’ y dirigentes empresariales, sus representantes del pasado, sus encuestadoras, sus ONGs”. Así se expresaba el presidente y líder de la Revolución Ciudadana Rafael Correa luego de conocerse los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE), que daban como vencedor a Lenín Moreno.

A los pocos minutos de la victoria, comenzaron los llamados de los diferentes presidentes y ex presidentes aliados, entre ellos, el llamado y felicitación de nuestra compañera Cristina Fernández de Kirchner, quien le mandó a Lenín, a Correa y a todo el pueblo ecuatoriano, un cálido y afectuoso saludo. Lenín también recibió el saludo de los presidentes de Bolivia, Venezuela, Colombia, El Salvador, Nicaragua, Rusia, China y Cuba, entre otros. “Te felicito por la victoria electoral que iniciará una nueva etapa de la Revolución Ciudadana y dará continuidad al compromiso de esa hermana nación con la unidad y la defensa de la soberanía de Nuestra América”, escribió el camarada presidente de Cuba Socialista Raúl Castro Ruz.

Fue una victoria popular y un duro golpe a la oligarquía y al capital financiero especulativo, no solo del Ecuador, sino de toda la región. Fue la derrota de una estrategia electoral digitada desde la embajada de Estados Unidos, la misma estrategia que hizo que un payaso vende patria como Mauricio Macri asuma como presidente de la República Argentina. El mismo estilo, las mismas frases prefabricadas, las mismas consignas de libro de autoayuda vacías de contenido y las mismas mentiras. Hasta el nombre del frente electoral fue sacado del libreto de la embajada yanqui: “Alianza por el Cambio”. Un cambio que sabemos que es un retroceso al neoliberalismo.

A pesar de la brutal campaña de propaganda mediática, el campo popular supo contrarrestar la estrategia electoral de la derecha y triunfar. El resultado provocó un estado de ira y odio desenfrenado en el bunker de Alianza por el Cambio. Ya con anterioridad a conocerse los resultados, el irresponsable de Guillermo Lasso salió a proclamarse vencedor. Esto demuestra que no iban a aceptar nunca una derrota. Finalmente, cuando se conoció el triunfo de Alianza País, Lasso llamó a desconocer el resultado y proclamar que hubo fraude. Acto seguido, un centenar de mercenarios y perros de la oligarquía salieron a generar disturbios e intentaron tomar el Consejo Nacional Electoral (CNE) por la fuerza. Desde el gobierno respondieron llamando a la calma y consiguieron dispersar a los derechistas sin represión. “Quiero denunciar la actitud caradura del encuestador pagado por el Banco de Guayaquil, que a sabiendas de que iban a perder expone a los ecuatorianos a un enfrentamiento”, expresó Lenín.

Los intereses populares triunfaron, pero la guardia debe estar más alta que nunca. El enemigo no descansa y tiene a su disposición miles de millones de dólares destinados a la desestabilización. Los trabajadores tienen la voluntad y la fuerza para organizarse, estudiar, planificar, superarse y vencer. Ese debe ser nuestro horizonte inmediato. Mientras tanto, a celebrar y defender las conquistas y victorias favorables a la clase obrera y al pueblo. “La Patria Grande está de fiesta por la victoria popular en Ecuador. ¡Gracias pueblo ecuatoriano! Dejo la Patria en puerto seguro y en las mejores manos”. Así se despedía el compañero presidente Rafael Correa, sabiendo que la Revolución Ciudadana seguirá siendo un polo de fuerza y aliento para la liberación definitiva de la Patria Grande.