PUTIN ANTE LA DUMA

Rusia es potencia

El 1 de marzo, el presidente ruso Vladimir Putin habló ante la Duma estatal (Parlamento) denunciando la política belicista de los Estados Unidos y señalando que su país no se quedará de brazos cruzados ante el cerco militar que impulsa el imperialismo norteamericano contra la Federación Rusa.

Durante su discurso anual, Putin presentó los últimos desarrollos científicos y técnicos de la industria militar rusa, entre ellos un nuevo tipo de misil intercontinental pesado, el “Sarmat”, con más de diez cargas nucleares y la capacidad de romper el escudo antimisiles que los yanquis emplazaron en Polonia. También dio a conocer al mundo nuevos prototipos de drones submarinos, un misil hipersónico de emplazamiento aéreo (el “Kinzhal”), un misil de crucero a propulsión nuclear, armas láser, entre otras, al tiempo que subrayó que Rusia no amenaza a nadie ni planea usar su potencial con fines ofensivos. Por el contrario, el país mantiene una política militar defensiva y disuasoria. Putin habló también sobre la historia de Rusia, su visión a futuro y confesó que le habría gustado evitar el desmoronamiento de la Unión Soviética si pudiese volver atrás.

Por su parte, el imperialismo reaccionó de forma histérica ante los anuncios y dichos del mandatario ruso. Desde Trump hasta la canciller alemana Angela Merkel expresaron su “preocupación” y llamaron a Rusia a desarmarse, al tiempo que amenazaron con incrementar las sanciones contra funcionarios y empresas rusas. El imperialismo no quiere una Rusia potencia como supo ser durante la existencia de la URSS.

“Rusia ha sido y sigue siendo una potencia nuclear. Nadie quería escucharnos. Ahora pueden hacerlo”, dijo el presidente ruso como respuesta a las amenazas de Trump, y recordó que la bomba atómica apareció por primera vez en EE.UU., no en Rusia. “Nunca hemos utilizado armas nucleares y EE.UU. las utilizó contra Japón. ¿Qué garantía tenemos de que esto no vuelva a suceder?”, se preguntó el mandatario.

Rusia celebrará el próximo 18 de marzo las elecciones presidenciales donde Vladimir Putin, con una intención de voto superior al 60%, buscará su reelección.