PARA DERROTAR AL NEOLIBERALISMO

Una mayoría amplia, plural y diversa

 Este fue uno de los lineamientos principales expuesto por el compañero Máximo Kirchner en el histórico encuentro de la militancia realizado días atrás en el municipio de Ensenada. ¿Por qué histórico? Por sus contenidos programáticos, su masiva participación, su extendida representación política, social, sindical e institucional, y por el momento en el que se realizó, es decir, en el contexto de un furibundo ataque contra la conductora del movimiento político que expresa los intereses de las grandes mayorías nacionales: la compañera Cristina Fernández de Kirchner.

Los alcances de la cacería judicial dirigida contra Cristina son proporcionales a la magnitud de la crisis económica y social provocada por las políticas de ajuste y endeudamiento del gobierno nacional. Resulta difícil pasar en limpio la cantidad de medidas antipopulares dispuestas por Macri durante las últimas semanas (lo exigido por el FMI), al tiempo que se acumulan y superponen índices económicos de “amplio espectro” que descubren la profundidad de la recesión. Con tarifas dolarizadas, se anuncian casi semanalmente aumentos en el gas, la luz y el agua; en trenes, colectivos y subtes; en el precio de los combustibles, en las prepagas, configurando un espiral inflacionario fuera de control. Sólo en 2018, la harina aumentó un 87,7%, los huevos un 50,2%, el pan un 35,9%, los fideos secos un 40%, el arroz blanco un 34,2% y el aceite de girasol un 26,2%. En alimentos se van los magros ingresos de los más humildes.

Las jubilaciones estarán por lo menos 10 puntos por debajo de la inflación proyectada (de 32 a 35%). Igual suerte correrán salarios y asignaciones familiares, al margen de las correspondientes a zonas diferenciales, reducidas a la mitad por decreto. La actividad industrial cayó 8 puntos en mayo, según la comparación interanual. Continúan los despidos en la administración pública, en las empresas estatales y fundamentalmente en el sector privado, con un promedio de 5000 cesanteados por mes durante 2018. Este cuadro dantesco, no obstante, podría considerarse desactualizado. El pasado 13 de agosto la cotización del dólar superó los 30 pesos. Lejos de ser una novela turca, es una tragedia de factura bien argentina. Durante los últimos tres meses se rifó la friolera de 20 mil millones de dólares para contener a la divisa norteamericana. Un tercio de los 15 mil millones adelantados por el FMI también se escurrieron por la misma canaleta. Los enviados de Lagarde dijeron “basta, lo nuestro no se subasta más”.

Para intentar compensar lo que se esfuma vía fuga de divisas, suspendieron por 6 meses la rebaja de retenciones a los derivados de la soja, redujeron en un 65% los reintegros a las exportaciones industriales y eliminaron el Fondo Federal Solidario, que representaba un ingreso coparticipable de 1000 millones de dólares para las provincias. En suma, un ajuste de 65 mil millones de pesos. Los gobernadores, popes industriales y agroexportadores, “felices”. Por otro lado, impusieron un canje a una parte de los tenedores de Lebacs (antes de que salte todo por los aires), llevaron la tasa de interés al 45% y ofrecieron USD 500 millones para frenar la escalada devaluatoria. El dólar se retrajo sólo 20 centavos. A Macri se le acaban los cartuchos, y ni los propios le juegan unas fichas. Se sigue resquebrajando la coraza protectora.

Con la imagen del presidente en caída libre y sin variantes sólidas que garanticen la continuidad del neoliberalismo, el imperialismo comienza a jugar su carta de oro: proscribir a Cristina mediante su prisión. Es lo que ya hicieron con Lula, con idénticos mecanismos. No importa si apelan al club de los arrepentidos o al de los choferes: la decisión está tomada. Se llevan puestas las libertades democráticas, las garantías constitucionales y el estado de derecho. Sólo se pueden sostener con presos políticos, con las fuerzas armadas en las calles, con sindicatos intervenidos o embargados, y con un poder judicial que (tal es su esencia en el capitalismo) legaliza la voluntad de los intereses oligárquicos. Están retrocediendo y tiran patadas, esa es la realidad. Nuestro pueblo tiene una larga tradición de lucha, que es mayor aún frente a las aventuras autoritarias.

Por eso resulta tan acertada la afirmación de Máximo: “En los desafíos que tenemos por delante está el de organizarnos y este plenario tiene que ser una piedra basal en ese sentido”. Depende de nosotros mensurar correctamente la gravedad de los acontecimientos en desarrollo y estar a la altura de las circunstancias.