La ciudad china de Hong Kong, una de las ciudades más ricas del mundo, fue elegida por el imperialismo como cabeza de playa para generar caos en la República Popular China. Enmarcada en la guerra comercial entre China y EE.UU., Hong Kong lleva más de cuatro meses sufriendo de manifestaciones violentas y destrozos por parte de sectores anticomunistas radicales, financiados y apoyados por la CIA y el MI6.

Hong Kong es una Región Administrativa Especial dentro de la República Popular China y mantiene un nivel de autonomía muy importante desde que dejó de ser colonia del Reino Unido en 1997. Su autonomía se enmarca en la idea de “Un país, dos sistemas”, que aplica el gigante asiático para estos casos. El éxito económico y político de la unificación con China permitió a Hong Kong duplicar su PIB llegando a casi U$D 360 mil millones en 2018, más del doble que en 1996, además de otorgarle a sus ciudadanos el derecho a votar (algo prohibido durante la colonia).

Las manifestaciones, en principio pacíficas, comenzaron el 31 de marzo para oponerse a la aprobación de una ley de extradición de Hong Kong hacia China continental y Taiwán. Tomando en cuenta el descontento de este sector, la ley fue finalmente dada de baja por la Jefa Ejecutiva Regional, Carrie Lam. Sin embargo, las protestas continuaron escalando. Hoy en día los manifestantes se declaran abiertamente anticomunistas y marchan con banderas de Reino Unido y de Estados Unidos. Muchos de ellos incluso hacen proclamas racistas contra sus compatriotas de China continental y atacan en banda a todo aquel que los enfrente o critique. Los destrozos que ocasionan en la ciudad están generando pérdidas multimillonarias.

“La intención de estas facciones radicales es sabotear el estado de derecho de Hong Kong y amenazar las bases de ‘Un país, dos sistemas’. El gobierno central apoya firmemente al gobierno y la policía local en la toma de todas las medidas necesarias para llevar a los responsables ante la justicia y defender la estabilidad social de Hong Kong. Los asuntos de Hong Kong son únicamente asuntos internos de China”, afirmó con contundencia el embajador chino en Estados Unidos, Cui Tiankai. Mientras la policía local tenga controlada la situación, el Ejército Popular de Liberación se mantiene cauto.