Se levanta una vez más la inmensa figura de Cristina haciendo frente al proceso de persecución política que ha sufrido durante estos años.

Mirando de frente y a los ojos, tanto a los miembros del Tribunal Federal como al Fiscal, respondió uno por uno, destrozándolos, todos los argumentos del “guion” elaborado para sentarla en el banquillo.

La prensa hegemónica tuvo su foto, aunque no la que deseaban. La negativa a transmitir en tiempo real la formidable pieza de oratoria desplegada en más de tres horas fue una más de las irregularidades del “Juicio” por la obra pública, donde se le negaron todas y cada una de las medidas de prueba solicitadas por su defensa.

Durante su alegato, se encargó de poner de relieve las incongruencias y sinsentidos de cada una de las supuestas pruebas de la corrupción. Hizo mención del formateo del “sentido” creado por los medios hegemónicos en la mente de muchos compatriotas que aun defienden el argumento de que “se robaron todo”. Destacó la incongruencia de argüir que era delito ser amigo del presidente y beneficiario de la obra pública, mientras que en la praxis de la actual administración la norma era la amistad para ser parte.

Destacó la condición de “cosa juzgada” de esta causa, sobreseída en Santa Cruz, lo que impide su nueva incoación por constituir doble juzgamiento de un presunto delito. Y detalló fallos de Ercolini contradictorios en tanto fuera antes o después de 2015, sobreseyendo en la primera etapa y elevando a juicio después de la asunción de Macri. Denunció la existencia de una “mesa judicial” en el ámbito del ejecutivo encargada de determinar quién era juzgado o encarcelado y quien gozaba de sus favores tanto en los tribunales como en el Consejo de la Magistratura.

Asumió a un tiempo la defensa de la memoria de Néstor y la de su hija, sometida a la persecución judicial por su carácter de heredera de su padre y que hoy intenta reponerse de las consecuencias en la Isla de la Dignidad.

“Había que condenar a un gobierno. El de Néstor Kirchner. Había que traer de vuelta al FMI. Y para eso había que convencer que el que nos desendeudó era un chorro (…) Seguramente ya tienen la condena escrita. No me interesa. Yo he elegido la historia. A mí me va a absolver la historia”, culminó.

Será difícil encontrar entre los actuales funcionarios imputados, semejante declaración de dignidad frente al lawfare y la persecución proscriptiva de esta administración saliente.

ESCONDIDOS Y MEDROSOS. Con rápidos reflejos, Comodoro Py activó el llamado a indagatoria de algunos de los principales imputados en causas generadas en el gobierno saliente.

Así vimos desfilar, escapando de la foto y por la puerta trasera de los Tribunales, a la inefable Laurita Alonso, que pidió su sobreseimiento por considerar que avalar las acciones de Aranguren (ex CEO de Shell) a cargo de la Secretaría de Energía no constituían incompatibilidad o ‘conflicto de intereses’. Y esa es sólo una de las causas que la funcionaria tendrá que responder ante la Justicia. Imputado por su condición de accionista de la petrolera y a la vez Ministro de Energía, en una clara violación de la Ley de Ética Pública, Aranguren afirmó que jamás se interesó por ningún proveedor en particular.

Tanto ella como todo el elenco gubernamental, comenzando por el Presidente de la Nación, que enfrentará 144 acusaciones por mal desempeño de sus funciones, han sido denunciados por innumerables hechos de presunta corrupción a lo largo de estos largos cuatro años de atropellos a las leyes vigentes y la Constitución.

Por su lado, el acusador de CFK, Javier Iguacel, tendrá que rendir cuentas por la causa de los peajes junto al ministro de Transporte Guillermo Dietrich, por favorecer el negocio de empresas vinculadas a la familia del Presidente.

Contrariamente a lo ocurrido durante estos años de ignominia, donde la Doctrina Irurzun arrojó como resultado innumerables prisiones preventivas, el Gobierno se apresuró a tomar las medidas pertinentes para que no le sea aplicada a los funcionarios del gobierno saliente.