Ante el proyecto del Frente de Todos de gravar las grandes fortunas, tiene lugar un gran lobby empresarial y mediático protagonizado por los ganadores de siempre, para levantar el aislamiento social, preventivo y obligatorio, para maximizar ganancias sin tener en cuenta la salud de los trabajadores. Quiénes están detrás y las falacias de la vulgata de la desinformación.

El pueblo argentino sigue afrontando la pandemia de coronavirus y viviendo situaciones impensadas y extraordinarias, dominadas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio que, con mucho tino y una orientación netamente sanitaria, el gobierno nacional dispuso desde el pasado 20 de marzo. Esta medida es exitosa: logró su cometido de achatar la curva, y alargar la duplicación de casos en el tiempo a un promedio nacional de 25 días, pudiendo ganar tiempo para abastecer con los insumos críticos necesarios a nuestro vapuleado sistema de salud. Pero, aunque el coronavirus esté controlado, no está derrotado. Al cierre de esta edición comienzan a registrarse récords de contagios en la región metropolitana y todavía no estamos a las puertas del invierno. Es por esto que, en la región del AMBA, la cuarentena continúa en fase 3 hasta el 24 de mayo, con grandes restricciones en las principales ciudades del país, donde se presentan la gran mayoría de contagios.

El éxito parcial del aislamiento social, preventivo y obligatorio, con números de contagios y muertes propios de una curva achatada, les da margen a los voceros de las corporaciones para presionar al gobierno en favor de levantar el aislamiento. Con otras palabras, se trata de un auténtico lobby empresarial contra la salud pública y en favor únicamente de sus ganancias, como expresó con claridad el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en conferencia de prensa conjunta con el Presidente: “no operen con los lobbies, no traten de empujar, pese a los climas que quieren generar nos toca ser responsables y nos toca seguir en casa”, haciendo énfasis en que el virus está controlado, pero sigue acechando. Alberto fue en igual sentido: “no me van a torcer el brazo”.

Lejos quedaron los primeros días del brote, caracterizados por una tregua social con aplausos a las 21 horas en los balcones citadinos y loas a la solidaridad y la unidad de los argentinos en los medios de comunicación: entre el decreto de prohibición de despidos, la divulgación del proyecto de impuesto a las grandes fortunas y la oferta de canje de deuda en default virtual, esta tregua se rompió y el capital concentrado volvió a la carga con operaciones mediáticas de todo tipo, desde rechazar ‘la infiltración de médicos cubanos’ en el Conurbano bonaerense, hasta la ya desmantelada operación mediático-judicial por ‘la liberación de presos’, y un fuerte anclaje en los efectos colaterales no deseados del aislamiento, léase el parate económico.

El proyecto de impuesto extraordinario a las grandes riquezas, que aún no se trató en el Congreso, propone gravar los patrimonios de las personas humanas superiores a los tres millones de dólares estableciendo una alícuota del 1 por ciento de la base imponible, y por única vez. Según una estimación realizada por el Centro de Economía Política (CEPA), si se cobrara un impuesto del 1,5% a estas fortunas, la recaudación ascendería a $55.046 millones de pesos. Por caso, esta recaudación extraordinaria serviría, por ejemplo, para fondear el 70% del costo del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de $10.000 para monotributistas, que solo en el mes de abril ascendió a $78.000 millones de pesos.

Siguiendo el relevamiento de la revista Forbes, la familia más rica es la de Paolo Rocca (que ya se opuso a las medidas sanitarias en Bérgamo, Italia) y además se cuentan entre los que tendrían que aportar, según sus fortunas, Alejandro Pedro Bulgheroni y familia, Gregorio Pérez Companc y familia, Alberto Roemmers, Jorge Pérez, Marcos Galperín, Hugo Sigman y Silvia Gold, entre otros. Son las caras detrás del lobby empresarial y mediático contra la medida sanitaria que el gobierno estableció para salvar vidas.

Frente a la posibilidad de ver sus ganancias mínimamente diezmadas, los capitalistas nucleados en la Asociación Empresaria Argentina, muchos de ellos acreedores del país tras la compra de bonos de deuda durante la era Macri, ejercen presión no solo en favor de levantar la cuarentena, sino que piden al gobierno pagar la deuda como requieren los bonistas, para evitar el default (que ya existe porque Macri nos dejó en ese estado, pese a no haber sido declarado).

Pero el argumento principal, basado en el mito de que en Argentina ya se pagan impuestos como en ninguna otra parte del mundo, se cae por si solo: según la OCDE, en la Argentina a 2017 los impuestos a la renta ganancial pesan 5,3%, mientras que en países como Brasil o Chile pesan 7%. En Francia 10,9%, Israel 11,6%, Alemania 12,2%, Estados Unidos 12,4%, Italia 13,4%, Canadá 15,4%, Australia 15,9%. Las diferencias son grandes. De esta manera observamos que, la recaudación argentina de impuestos a la riqueza es (al menos) un 25 por ciento menor que la de Brasil y Colombia (1,2 por ciento de su PBI) y mucho más baja que la de los países desarrollados.

Este tipo de iniciativas no son solo propiedad del gobierno antineoliberal que están articulando Alberto y Cristina: en España, el proyecto de gravar a las grandes fortunas se llama “Impuesto de solidaridad temporal”; en Italia, “Tasa Covid”; en Gran Bretaña, “Nuevo control social impositivo”; en Suiza, “Impuesto de solidaridad de coronavirus”; Rusia aplicará impuestos a los dividendos extranjeros y a los depósitos bancarios que superen el millón de rublos.

La avaricia del capital es inhumana y no conoce límites. Pero les llegó la hora de ganar menos y hacer valer, por una vez, la necesidad del pueblo del que tanto se sirven.

IMPUESTO A LAS GRANDES RIQUEZAS

El proyecto de impuesto extraordinario a las grandes riquezas, que aún no se trató en el Congreso, propone gravar los patrimonios de las personas humanas superiores a los tres millones de dólares estableciendo una alícuota del 1 por ciento de la base imponible, y por única vez.

A QUIENES AFECTA

Marcos Galperín de Mercado Libre; Federico Braun del Banco Galicia; Alfredo Coto de la cadena de supermercados homónima; el inefable CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto; la propia familia Macri; Paolo Rocca, de Techint; Alejandro Bulgheroni de Axion Energy; Pérez Companc de Molinos Río de la Plata; Eduardo Eurnekian de Corporación América; Alberto Roemmers, del laboratorio homónimo, entre otros.

EL MITO DE LOS IMPUESTOS EN ARGENTINA

En la Argentina a 2017 los impuestos a la renta ganancial pesan 5,3%, mientras que en países como Brasil o Chile pesan 7%. En Francia 10,9%, Israel 11,6%, Alemania 12,2%, Estados Unidos 12,4%, Italia 13,4%, Canadá 15,4%, Australia 15,9%. Las diferencias son grandes.

EL IMPUESTO A LAS GRANDES FORTUNAS EN EL MUNDO

En España, se llama “Impuesto de solidaridad temporal”; en Italia, “Tasa Covid”; en Gran Bretaña, “Nuevo control social impositivo”; en Suiza, “Impuesto de solidaridad de coronavirus”; Rusia aplicará impuestos a los dividendos extranjeros y a los depósitos bancarios que superen el millón de rublos.


RENEGOCIACIÓN DE LA DEUDA

Respaldo a la propuesta argentina

El gobierno nacional no solo se encuentra batallando para morigerar el impacto de la pandemia mundial, sino que también viene enfrentando las consecuencias económicas que dejó la aplicación de un modelo neoliberal en nuestro país, en manos del macrismo. Parte fundamental de ello es la compleja negociación de la deuda externa, que viene encabezando el Ministro de Economía, Martín Guzmán. El espíritu de la negociación se basa en que la Argentina está dispuesta a pagar lo que está en condiciones de pagar, con la prioridad puesta en la deuda interna. La batalla más dura es la negociación con los bonistas extranjeros, que representan el mayor porcentaje de la deuda contraída, y quienes no están dispuestos a obtener una menor ganancia. El objetivo de la negociación es lograr una quita sustancial sobre los intereses y un periodo de gracia de tres años, el cual permitiría al Gobierno recuperarse de la crisis, y lograr una baja en la tasa de interés acorde al crédito internacional.

Sobre la base de esta propuesta se redactó una carta de apoyo, elaborada y firmada por economistas de renombre del ámbito internacional, donde dejan explicitada su recomendación de que el nuevo acuerdo sea sostenible en el tiempo, en sintonía con la propuesta del Gobierno. En la misma línea se pronunció la directora del FMI, en un seminario dictado por el Financial Times. Más de 1000 personalidades del arte y la cultura de nuestro país también manifestaron su respaldo.

Por otra parte, la provincia de Buenos Aires extendió hasta el 26 de mayo el plazo para que sus acreedores respondan a una propuesta para reestructurar la deuda pública del distrito. Esta propuesta conto el apoyo de los 135 intendentes de la provincia de Buenos Aires, quienes manifestaron su acuerdo a la renegociación que lleva adelante el Gobierno de Kicillof, en consonancia con el Gobierno Nacional.